Publicado: septiembre 18, 2025, 2:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/decenas-heridos-180-detenidos-protestas-francia-austeridad-20250918200221-nt.html
La gran jornada de huelgas y manifestaciones, convocadas por todos los sindicatos, unidos, no consiguió este jueves «paralizar Francia», como era su objetivo, víctima de una movilización muy inferior de lo esperado por las izquierdas. Según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, la jornada se saldó con 26 policías heridos y 309 arrestos.
Según la CGT, sindicato de origen comunista, más de un millón de manifestantes desfilaron en toda Francia, París y cerca de 300 ciudades de provincias. Según el ministerio del Interior, la movilización fue muy inferior: poco más de 500.000 manifestantes.
En una Francia de 68 millones de habitantes, un millón o medio millón de manifestantes son una movilización modesta o muy modesta. En París, la capital, todos los sindicatos, unidos, apenas consiguieron la participación de 55.000 manifestantes. Cifra irrisoria, poniendo de manifiesto el eco muy modesto de la convocatoria de ocho sindicatos y cinco partidos de izquierda.
Comparativamente, las manifestaciones de este jueves fueron mucho más modestas que las grandes jornadas de protesta de los últimos treinta años, cuando sindicatos y partidos de izquierda eran capaces de movilizar entre dos y tres millones de manifestantes para protestar contra cuestiones menos graves que la crisis sin precedentes que vive Francia, la más profunda desde la creación del Régimen, entre 1958 y 1962.
Detalle igualmente significativo de un relativo «desencanto» sindical. Tras el anuncio, días pasados, de un «otoño caliente», los sindicatos fueron incapaces de anunciar una fecha concreta para nuevas jornadas de protesta, cuando la crisis política y económica continúa agravándose.
Desde primeras horas de la mañana hasta primeras horas de la noche del jueves, las manifestaciones se sucedieron en orden disperso en toda Francia, con mucho color y bastantes «encontronazos» entre manifestantes radicales, partidarios de una cierta tensión o violencia física, y un despliegue espectacular de varias decenas de gendarmes y fuerzas anti disturbios.
Alrededor de 16.000 manifestantes en Nantes, entre 8.000 y 30.000 manifestantes en Burdeos, entre 18.000 y 40.000 manifestantes en Toulouse… movilizaciones modestas en toda la Francia «profunda», con muchas banderolas y pequeñas movilizaciones.
En los transportes públicos, metro, autobuses, trenes de cercanías, los llamamientos a la huelga no tuvieron el eco esperado. En París, por ejemplo, el metro sufrió paros y retrasos aleatorios, pero la circulación funcionó con relativa «normalidad». Otro tanto ocurrió con los autobuses y trenes de cercanías.
En el comercio y la empresa privada, el paro fue sencillamente insignificante. En el sector público, solo un 12 % de los 2,7 millones de funcionarios franceses estuvieron en huelga. Cifra de una modestia excepcional. En la educación y los hospitales, la huelga fue incluso más baja.
En las escuelas, institutos y universidades, la movilización estudiantil fue igualmente pequeña. Durante la mañana, se sucedieron muy diversos movimientos de ocupación, que terminaron por «ceder» a un poderoso movimiento de represión policial, «restaurando el orden» tras numerosas escaramuzas en el norte de París y muchas ciudades de provincias.
Sin grandes problemas en París
En París, se temía el riesgo del vandalismo en los Campos Elíseos, la gran avenida nacional. Muchos comercios cerraron y «cubrieron» sus escaparates. Un impresionante servicio de seguridad impidió cualquier manifestación de protesta. En la plaza de la Nación, en el este de la capital, donde terminaron todas las manifestaciones nacionales, los antidisturbios sofocaron con rapidez varios intentos de «lucha armada».
Detalles francamente inusual, como colofón de una jornada de protestas, Bruno Retailleau, ministro del Interior, y líder de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), lanzó un llamamiento al «diálogo».
«Las reivindicaciones de los sindicatos están en el corazón del diálogo social», declaró Retailleau a última hora de la tarde del jueves, agregando: «Recibiré los próximos días a todas las fuerzas sindicales para seguir discutiendo de los problemas que afectan a todos los franceses. Favorable al diálogo, debo condenar las violencias que se han sucedido, recibiendo la respuesta correspondiente por parte de las fuerzas del orden».
Según un sondeo publicado en la páginas web del matutino conservador ‘Le Figaro’, un 85 % de sus lectores estiman que la movilización sindical fue un fracaso.