Cortometraje “Märbles”, del puertorriqueño Ariel Orama, es considerado para los premios Oscar

El cineasta puertorriqueño Ariel Orama ha logrado un hito en su carrera al recibir, por quinto año consecutivo, la consideración para el Premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, mejor conocido como los premios Oscar, en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación por su producción “Märbles” (2024).

A lo largo de su carrera, Orama ha creado cinco cortometrajes multilaureados, uno por año, enfrentándose a desafíos como los huracanes María y Fiona, terremotos y la pandemia, lo que ha puesto a prueba su perseverancia y pasión por contar historias que impactan a nivel global.

“Definitivamente, esto ha sido un honor inmenso y un regalo del firmamento. Hay una frase que me inspira mucho: ‘pregúntale a Jesús por un milagro y lo recibirás’. Desde pequeño, soñaba con hacer cine y todo se fue orquestando en mi vida y entrelazando de una manera armoniosa para poder adquirirr experiencias diversas en las bellas artes, lo que me ha permitido aprender del séptimo arte desde distintas miradas”, indicó Orama, nacido en Mayagüez. “Mi prioridad ha sido clara: que, al menos, un proyecto puertorriqueño pueda ser parte de la selección para consideración de los premios Oscar continuamente, como un llamado para dar a conocer nuestras historias, desde un puertorriqueño que lo efectúa sin grandes presupuestos, pero con tranquilidad y gran importancia al detalle en el proceso”.

De hecho, “Märbles” ya ha sido reconocido en varios festivales internacionales y es uno de los 88 cortometrajes seleccionados para la consideración en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación para los Oscar.

“Esta es una historia que nace ya en el desarrollo del proyecto ‘AËRC-02′. Tenía otro nombre (’Andro/ID’), puesto que iba por otra dirección cuando solamente estaba en ‘bocetos’ o apuntes. ‘MÄRBLES’ (2024) es una historia muy hermosa basada en tres elementos importantes: el amor incondicional, el cuidado de nuestro planeta y el valor y respeto hacia los seres humanos”, añadió Orama. “Es una historia de corte universal, precisa en tiempo y con gran expectativa de nosotros en que sea acogida en diversos festivales internacionales”.

En esta ocasión, la colaboración de Orama con el animador Jorge Dardo Cáceres, el compositor Rafael Fernández Viedma y las coproductoras Vivian y Carmen Orama ha sido clave en el éxito del proyecto, que utiliza cinco técnicas de animación diferentes, desde dibujos a mano hasta complejas caracterizaciones.

“Poder conceptuar con Jorge Dardo (animador) fue un proceso muy interesante y con un resultado increíble por que es justo lo que imaginaba. Sobre la pieza, el compositor Rafael Fernández Viedma me había enviado una de sus composiciones y la tenía pendiente para un proyecto futuro. Tanto el animador como yo coincidimos con la misma pieza musical que, definitamente, es tan importante como el concepto y el arte animado”, añadió Orama.

La producción ha sido presentada en importantes festivales internacionales, incluyendo el Grauman Theatre en Hollywood, Santa Mónica, Escocia y Nazaret. En febrero de 2025, se estrenará en Nueva York en el North Film Festival, donde competirá en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación. Además, el trabajo anterior de Orama, “AËRC-02″, también está siendo considerado en este festival. En el verano de 2025, “Märbles” se proyectará en el Festival de Cannes, un reconocimiento que marcará la tercera vez que una de sus películas es presentada en el prestigioso evento.

A lo largo de su carrera, Orama ha ganado numerosos premios en diversas categorías, como mejor director, mejor animación y mejor banda sonora, en festivales tanto nacionales como internacionales. Su trabajo ha sido destacado en medios de comunicación fuera de Puerto Rico, consolidando su reputación en la industria cinematográfica.

Mirando hacia el futuro, Orama tiene planes de combinar dos de sus proyectos en una película de animación. Busca colaboradores que compartan su visión y reconozcan el potencial de su trabajo, tanto por su narrativa única como por su presencia creciente en festivales internacionales.

“Tengo un deseo ferviente de dejar un legado en la historia de nuestro cine y en las portadas de nuestras noticias positivas, con un sacrificio enorme, tanto intelectual, como artístico”, añadió el cineasta y psicólogo. “La idea es poner un grano de arena para que la Academia pueda conocer más de nuestras historias, de nuestra cultura y de nuestro lenguaje cinematográfico. Puerto Rico merece un rincón dentro de la Academia y los Oscars, y aportar como una isla/archipiélago al Séptimo Arte, tanto en cortometrajes como en largometrajes. De esa manera, he querido contribuir a ello, desde el alma”.