Publicado: julio 5, 2025, 10:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/estilo/belleza/elegir-crema-solar-proteccion-necesaria-frente-quemaduras-20250705170233-nt.html
La cultura del bronceado está ampliamente extendida en España, uno de los países más soleados de Europa, con una media de 2.500 horas de sol anuales. Sin embargo, los dermatólogos no dejan de repetir el mensaje de que cualquier bronceado supone un daño cutáneo … , incluso aunque no haya quemadura. Desde hace 25 años, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) lanza anualmente su campaña Euromelanoma para promover hábitos saludables de exposición solar. En las últimas décadas, el cáncer de piel ha registrado un crecimiento sostenido tanto en España, como en el resto del mundo. Se estima que cada año se diagnostican más de 500.000 nuevos casos de cáncer de piel a nivel global. En España, según los últimos datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), la incidencia del melanoma cutáneo ha aumentado casi un 50 % en los últimos 10 años, con más de 8.000 nuevos casos anuales. Este incremento se asocia a factores como el envejecimiento de la población, una mayor exposición acumulada a la radiación ultravioleta, el uso de cabinas de bronceado artificial y una mejora en las técnicas de detección precoz, que permiten identificar más casos en estadios iniciales.
Aunque el sol está presente en nuestro país todo el año, en verano los rayos son más fuertes y, además, son los meses de mayor exposición, por las vacaciones y el mayor tiempo libre. La solución que plantean los dermatólogos no es esconderse en casa, sino protegerse de forma adecuada, como explica la doctora Elena Godoy, responsable Nacional de Coordinadores Territoriales de la Campaña Euromelanoma. «No se trata de demonizar el ocio al aire libre, ni de evitar la playa o el deporte, sino de aprender a exponernos al sol de forma saludable: con ropa adecuada, sombreros, gafas de sol homologadas y crema fotoprotectora, sin buscar activamente el bronceado y evitando las horas centrales del día».
No existe el bronceado saludable
Durante siglos el ideal de belleza fue la tez pálida, y solo las clases más bajas, los campesinos y las personas que trabajaban en el exterior, principalmente, lucían la piel morena. Sin embargo, en el siglo XX los cánones de belleza cambiaron por la influencia de los famosos y, en concreto, de la diseñadora Coco Chanel, que regresó de unas vacaciones en barco presumiendo de bronceado.
Hoy en día muchas personas siguen asociando la piel morena con la buena salud. Uno de los datos más significativos del estudio anual sobre los hábitos al sol de la población española, que realiza el laboratorio español Cantabria Labs, es precisamente este: el 41% de la población española sigue pensando que tener la piel morena por exposición al sol es sinónimo de belleza o salud. Durante la presentación del Observatorio Heliocare by Cantabria Labs, la doctora Yolanda Gilaberte, presidenta de la AEDV, insistió que «en que cualquier bronceado supone un daño en la piel».
La relación entre la sobreexposición a la radiación ultravioleta que emite el sol y el cáncer de piel está documentado científicamente. Además, también está demostrado que el sol es uno de los factores más importantes en el envejecimiento prematuro de la piel, al degradar más rápidamente el colágeno y la elastina, proteínas esenciales para mantener su juventud, y desencadenar hiperpigmentaciones, como el melasma o las manchas solares.
Elegir la mejor fotoprotección
Los españoles, cada vez son más conscientes de los efectos asociados al sol, algo que se refleja en el aumento de la fotoprotección. Entre 2019 y 2024, el consumo de cremas solares en España ha crecido un 55% (según datos de mercado de la Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, NielsenIQ y IQVIA).
A la hora de elegir la fotoprotección hay que tener en cuenta diversas cuestiones: el fototipo (los más bajos tienen una mayor tendencia a quemarse, y por lo tanto, deben elegir un SPF más alto), la zona de aplicación (es recomendable diferenciar entre cara y cuerpo, porque las texturas son diferentes, así como los formatos) y necesidades específicas (si se practica deporte, si se va a usar en la playa o en la ciudad, si la piel tiene alguna patología como el acné, el melasma o la dermatitis, etc.).
La farmacéutica Gema Herrerías explica en su manual de dermofarmacia ‘Código Piel’ que «para que un protector solar sea verdaderamente eficaz, no solo debe aplicarse correctamente y en la cantidad adecuada, sino que, además, debe ser de amplio espectro real, es decir, capaz de proteger frente a UVB, UVA-II, UVA-I, VIS y radiación infrarroja (IR-A)».
Por otra parte, a la hora de formular un fotoprotector se usan dos tipos de filtros, físicos o minerales y químicos u orgánicos. «Los primeros son ideales para pieles sensibles, y aunque tradicionalmente dejaban un tono blanquecino, las versiones micronizadas mejoran la textura sin alterar la eficacia. Los filtros químicos ofrecen texturas más ligeras y transparentes, aunque pueden causar irritación en pieles reactivas. Además, están los filtros biológicos que no bloquean la radiación de igual manera, pero ayudan a proteger la piel del daño oxidativo», explica Gema Herrerías.
Las recomendaciones de los expertos
La crema solar es esencial, pero Yolanda Gilaberte asegura que «hay combinarla con otras protecciones como la ropa, las gafas, las gorras y sombreros… además de evitar el sol en las horas centrales del día y no exponerse al sol porque sí». La dermatóloga aconseja, por otra parte, «personalizar la crema solar, no todo el mundo necesita un SPF50+. Con un SPF30 puede ser suficiente en un fototipo III, el más habitual en España. En pieles muy claras, que nunca se van a broncear, y que corren riesgo de quemarse, sí se debe aplicar un SPF50+».
Es importante elegir un formato que nos resulte cómdo de usar, y cuya textura nos guste, porque el mejor fotoprotector es el que se usa. No conviene utilizar fotoprotectores de años pasados, porque si estuvieron expuestos al sol, probablemente habrán perdido su eficacia.
La crema se debe aplicar de forma generosa para cubrir todas las zonas del cuerpo que estén expuestas, incluidas las orejas, los empeines o las manos, que suelen olvidarse frecuentemente. En el rostro, los profesionales aconsejan la regla de los dos dedos (dos líneas de fotoprotector en los dedos índice y corazón desde su base al extremo) para saber la cantidad correcta. En el cuerpo, debería usarse el equivalente a dos cucharadas. Además, es importante reaplicar cada dos horas y siempre después del baño, aunque se haya elegido una crema resistente al agua. Finalmente, la protección se debe usar también en los días nublados, porque los rayos atraviesan las nubes.