Publicado: abril 8, 2025, 6:45 am
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Echando un vistazo a la sección de cosméticos de cualquier perfumería, llama la atención que cada vez hay más productos que incluyen la leyenda: para piel sensible, sin perfume… Las búsquedas en Google de ‘piel sensible’ y ‘productos para piel sensible’ también han crecido de forma significativa en los últimos años. Pero, ¿qué es en realidad la piel sensible y por qué preocupa cada vez más?
Síntomas de la piel sensible
La piel sensible no es un tipo de piel, como sí lo es la piel grasa, mixta o seca. Se trata de una condición que puede afectar a cualquier tipo de piel en algún momento, como explica Blanca Llácer, farmacéutica especialista en dermofarmacia y fundadora y CEO de la firma The Lab. «La piel sensible, denominada también piel reactiva, intolerante o piel hiperexcitada, es un estado cutáneo que puede afectar a cualquier piel, edad y sexo. Es una condición que la hace reaccionar de forma desmesurada a factores externos como cambios de temperatura, contaminación o productos cosméticos, entre otros».
Para saber si tu piel es sensible o sufres de algún tipo de sensibilidad cutánea en determinados momentos, hay que prestar atención a los síntomas que detalla la farmacéutica Blanca Llácer: «los principales son escozor, ardor, prurito, hormigueo e incluso dolor. Signos muy característicos en este tipo de pieles son el rubor facial y eritema, arañas vasculares, dilatación de los vasos sanguíneos, enrojecimiento en la piel e inflamación en mayor o menor grado».
Piel sensible, la pandemia cutánea del siglo XXI
El aumento de la piel sensible en los últimos años no es solo una percepción. Según la experta, la piel sensible podría ser la pandemia cutánea del siglo XXI. «Debemos tener en cuenta que un 71% de la población adulta manifiesta tener piel sensible en algún grado. Incluso hay estudios que demuestran que la prevalencia en Japón, Europa y Estados Unidos es del 50 % mujeres y del 30 % en hombres. En el caso concreto de España, más de 11 millones de españoles declaran tener piel sensible o muy sensible, en concreto un 35,4% de las mujeres y un 27,9 % de los hombres«.
En cuanto a las razones del aumento de la piel sensible, la farmacéutica apunta a «todos esos factores extrínsecos que nos rodean conocidos como exposoma y que cada día son más cruentos. La radiación solar, la contaminación, la alimentación, la falta de sueño y el estrés, el tabaco, así como rutinas cosméticas inadecuadas son enemigos de este tipo de piel. Todos ellos unidos muchas veces a la genética propia hacen que la piel sensible sea un proceso multifactorial muy difícil de controlar».
Cómo cuidar la piel sensible
Antes de pasar a los cuidados, es importante señalar que hay diversos tipos de sensibilidad, y que en ocasiones es necesario consultar con un dermatólogo. Blanca Llácer nos cuenta que «por una parte, existe el denominado síndrome de piel sensible primario en el caso de que no exista ninguna razón aparente que explique la aparición de esta sintomatología de disconfort. Pero en cambio, en el caso de que se dé algún tipo de patología como la dermatitis atópica, la rosácea, el acné o dermatitis de contacto causada por determinados ingredientes cosméticos, como pueden ser los perfumes, o activos como el retinol, hablamos de piel sensible secundaria o de piel sensibilizada. En ambos casos un correcto cuidado de la piel, puede contribuir a una mejora de la misma o, incluso, a resolver esta situación transitoria».
En cuanto a los cuidados de la piel sensible, como consejo general, «deben utilizarse siempre productos exentos de perfumes e ingredientes que contengan alérgenos de declaración obligatoria, como el linalool, geraniol, citral o limonene, ya que está más que demostrado que estos pueden aumentar la probabilidad de sufrir determinadas reacciones de sensibilización cutánea».
La rutina de cuidados en casa es similar a la de cualquier piel pero prestando atención a los productos y los ingredientes. Para limpiar la piel, Blanca Llácer aconseja «rutinas de doble limpieza con productos de fase oleosa como bálsamos gel to milk o cremas limpiadoras sin jabón, con alto contenido en aceites vegetales y lípidos fisiológicos naturales. En lo referente a la fase acuosa me decantaría por syndets espumosos formulados con bases lavantes suaves enriquecidas con activos hidratantes y calmantes como la glicerina o el pantenol».
Algo que está desaconsejado completamente en la piel sensible es la exfoliación mecánica o los peelings químicos (los que incluyen partículas). La experta aconseja elegir «peelings enzimáticos formulados con proteasas, como papaína o bromelaína, ya que tienen un mecanismo de acción selectivo que no altera la función barrera, ni el pH, ni el dermobioma».
En cuanto a los activos, las pieles sensibles deben optar, según Blanca Llácer, por «las ceramidas esenciales y la fitoesfingosina, que juegan un papel crucial en el mantenimiento y mejora de la función barrera física. La niacinamida también es muy interesante, porque mejora la función barrera, tiene propiedades antiinflamatorias, además de antioxidantes y despigmentantes. El ácido hialurónio, por su efecto humectante e hidratante, es esencial porque la función barrera alterada hace que padezca una mayor pérdida de agua transepidérmica y por tanto una mayor deshidratación, aumentando la sintomatología de disconfort y disminuyendo la calidad cutánea de estos pacientes».
En cuanto a los activos que podrían resultar perjudiciales para este tipo de piel figuran el retinol, aunque la farmacéutica comenta que «existen derivados como el retinaldehído o los ésteres de retinol, que se suponen ligeramente más tolerables, pero hace falta una correcta pauta por parte de un profesional y un seguimiento dermofarmacéutico muy estrecho». También hay que evitar las altas concentraciones de activos como los alfahidroxiácidos (ácido glicólico y otros). En cuanto a la vitamina C, las pieles sensibles no toleran la vitamina C pura «ya que necesita un pH ácido de 3-3,5 para ser estable y efectiva, lo cual hace que estas fórmulas no sean toleradas por una piel sensible. Pero en cambio existen otros tipos de vitamina C estabilizada, como el Ascorbyl glucósido, que se formula a pH fisiológico, lo cual la hace totalmente tolerable por las pieles más sensibles».