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Comer a la hora correcta podría prevenir la diabetes y otras enfermedades crónicas

05/05/2025 a las 12:25h.

Comer no solo es cuestión de qué y cuánto, sino también de cuándo. Así lo afirma la Diana Díaz Rizzolo, experta en obesidad y diabetes, quien advierte que el horario de las comidas influye significativamente en el control glucémico y, por tanto, en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico.
Durante el XXXVI Congreso Nacional de la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes (FSED), la investigadora de la UOC y la Universidad de Columbia ha presentado evidencias que relacionan el momento del día en que se ingieren las calorías con la respuesta del cuerpo a la glucosa. «La tolerancia a la glucosa es mejor por la mañana. Una cena tardía o rica en carbohidratos puede elevar la glucemia nocturna y la glucosa en ayunas del día siguiente», señaló.

Este enfoque se basa en la crononutrición, una disciplina que estudia cómo la alimentación interactúa con nuestros ritmos circadianos.

Según Díaz Rizzolo, comer tarde puede descompensar el metabolismo y aumentar el riesgo de enfermedades. Por eso, propone adaptar las recomendaciones nutricionales al cronotipo de cada persona (su predisposición natural a estar más activo en ciertos momentos del día), los horarios laborales y las condiciones metabólicas individuales.

Publicado: mayo 5, 2025, 6:15 am

Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/comer-hora-correcta-prevenir-diabetes-enfermedades-cronicas-20250505122330-nt.html

05/05/2025 a las 12:25h.

Comer no solo es cuestión de qué y cuánto, sino también de cuándo. Así lo afirma la Diana Díaz Rizzolo, experta en obesidad y diabetes, quien advierte que el horario de las comidas influye significativamente en el control glucémico y, por tanto, en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico.

Durante el XXXVI Congreso Nacional de la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes (FSED), la investigadora de la UOC y la Universidad de Columbia ha presentado evidencias que relacionan el momento del día en que se ingieren las calorías con la respuesta del cuerpo a la glucosa. «La tolerancia a la glucosa es mejor por la mañana. Una cena tardía o rica en carbohidratos puede elevar la glucemia nocturna y la glucosa en ayunas del día siguiente», señaló.

Este enfoque se basa en la crononutrición, una disciplina que estudia cómo la alimentación interactúa con nuestros ritmos circadianos.

Según Díaz Rizzolo, comer tarde puede descompensar el metabolismo y aumentar el riesgo de enfermedades. Por eso, propone adaptar las recomendaciones nutricionales al cronotipo de cada persona (su predisposición natural a estar más activo en ciertos momentos del día), los horarios laborales y las condiciones metabólicas individuales.

«En consulta, aplicar la crononutrición puede marcar una diferencia real en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo 2», afirma. Incluso propuso considerar la hora de las comidas como una variable clínica más.

Díaz Rizzolo recomienda cinco hábitos esenciales para mejorar el control de la glucosa: Comer la mayor parte de las calorías por la mañana; evitar cenas copiosas y tardía; mantener horarios regulares alineados con la luz solar; conocer el propio cronotipo; apostar por pequeños cambios sostenidos, sin obsesionarse, y recuperar lo tradicional: dieta atlántica y mediterránea

En este sentido, María del Mar Calvo Malvar, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, subraya la importancia de volver a patrones alimentarios clásicos como la dieta atlántica o la mediterránea, por su eficacia en la salud cardiovascular y su facilidad de aplicación.

Ambas dietas, basadas en alimentos frescos, locales y poco procesados, no solo son saludables sino también sostenibles. «Recuperar nuestras tradiciones alimentarias puede ser una de las mejores estrategias nutricionales actuales», apunta Calvo.

La dieta atlántica, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescados y aceite de oliva, ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Además, por su bajo impacto ecológico, se alinea con la ‘Planetary Health Diet’, un modelo propuesto a nivel mundial para proteger la salud del planeta y de las personas.

Ambas expertas coinciden en que avanzar hacia una nutrición sostenible y adaptada al reloj biológico humano no solo es posible, sino necesario. «Es hora de comer a conciencia, no solo por lo que ponemos en el plato, sino por cuándo lo hacemos», concluye Díaz Rizzolo.


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