China protege a Venezuela ante los «abusos» de Estados Unidos

China ha salido este martes en defensa de Venezuela ante la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles de hasta el 25% a cualquier país que compre su petróleo, una maniobra que considera una «injerencia» en los asuntos internos del país sudamericano a la … que se «opone firmemente». Una reacción también en defensa propia, pues China es el primer importador de crudo venezolano.
«Estados Unidos ha abusado durante mucho tiempo de las sanciones unilaterales ilegales y de la llamada «jurisdicción de brazo largo», interfiriendo gravemente en los asuntos internos de otros países. China se opone firmemente a estas acciones», ha criticado esta tarde el portavoz de Exteriores, Guo Jiakun, durante la rueda de prensa diaria del organismo. «Instamos a EE.UU. a que cese su injerencia en los asuntos internos de Venezuela, levante sus sanciones unilaterales ilegales contra el país y adopte medidas que contribuyan a la paz, la estabilidad y el desarrollo tanto en Venezuela como a nivel global».
El representante gubernamental ha concluido reiterando la frase convertida en salmo desde el regreso a la Casa Blanca de Trump y, con él, de esta segunda guerra comercial entre las dos potencias: «Las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores; imponer aranceles adicionales solo causará mayores pérdidas a las empresas y consumidores estadounidenses».

Esta última andanada se produjo este lunes, en forma de publicación del presidente estadounidense en su plataforma Truth Social. «Venezuela ha mostrado una gran hostilidad hacia Estados Unidos y las Libertades que defendemos. Por lo tanto, cualquier País que compre Petróleo y/o Gas a Venezuela deberá pagar un Arancel del 25 % a Estados Unidos sobre cualquier Comercio que realice con nuestro País [sic]», proclamaba.
Así, Trump atizaba a dos regímenes rivales con un solo golpe. Según datos de Lipow Oil Associates, Venezuela produjo 921.000 barriles diarios de crudo en 2024, 351.000 de los cuales (38%) fueron a parar a China. Dada la naturaleza cumulativa de la propuesta, en caso de que esta acabara entrando en vigor las exportaciones generales de productos chinos a EE.UU. abonarían aranceles a partir del 45%, cada vez más cerca del 60% que Trump llegó a sugerir durante la campaña electoral.
Curiosamente, el segundo cliente por detrás de China es el propio EE.UU., receptor de 228.000 barriles (24%). En total, el país adquirió petróleo y gas venezolano por valor de 5.600 millones de dólares (5.170 millones de euros), transacciones facilitadas por el levantamiento temporal de sanciones, las cuales fueron restablecidas de nuevo en abril de 2024 ante la manipulación del proceso electoral. Trump no ha aclarado cómo afectarán estos nuevos aranceles a su política energética.

Economía e ideología

Venezuela afianzó sus lazos con China de manera significativa desde la llegada al poder de Hugo Chávez, hasta convertirse en su principal aliado en la región. Desde entonces el régimen chino ha proporcionado asistencia en forma de cuantiosos préstamos, ayudas y todo tipo de proyectos. Tanto es así que China se convirtió en la primera potencia global en reconocer y secundar la fraudulencia victoria de Nicolás Maduro en las elecciones de julio, derrotado en realidad por el opositor Edmundo González.
«China y Venezuela son buenos amigos y socios que se apoyan mutuamente», festejó entonces el ministerio de Exteriores chino. «China otorga gran importancia a sus relaciones con Venezuela y está dispuesta a trabajar junto con el lado venezolano para fortalecer la asociación estratégica de cooperación integral en todas las circunstancias, generando mayores beneficios para ambos pueblos».
«Después de varias décadas de lo que a menudo se ha denominado como un «olvido benigno», América Latina ha vuelto a estar en el centro de la política exterior estadounidense», apuntaba un informe reciente de la consultora Capital Economics. «Un factor subyacente en la atención de Trump hacia la región es la presencia de China. Esto se hizo evidente en sus preocupaciones sobre la posibilidad de que la tecnología china llegara a EE.UU. a través de las cadenas de suministro en México y en su afirmación de que China controlaba el canal de Panamá». El estudio sentenciaba: «La presencia de China en América Latina es vista cada vez más como una amenaza estratégica por parte de EE.UU.».