Publicado: julio 15, 2025, 2:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/china-crece-primera-mitad-ano-pese-guerra-20250715075640-nt.html
China se ha anotado un crecimiento del 5,2% en el segundo trimestre del año, según cifras oficiales reveladas esta mañana por la Oficina Nacional de Estadística. El gigante asiático avanza así hacia su objetivo anual de PIB, pese a la guerra comercial … con Estados Unidos, los roces con la Unión Europea y los problemas estructurales de su economía.
Este dato se sitúa solo ligeramente por debajo del periodo anterior, y en ese sentido mejora con mucho las tumultuosas expectativas. El PIB chino registró un 5,4% de enero a marzo, un trimestre en gran medida a salvo de la guerra comercial desatada por Donald Trump, que elevó los aranceles mutuos hasta el 145% estadounidense frente al 125% chino, en la práctica un embargo que amenazaba con reducir a cero un comercio bilateral valorado el año pasado en más de 650.000 millones de dólares (575.000 millones de euros).
Los moratones, por tanto, se esperaban en este segundo trimestre, del mismo modo que la tregua alcanzada a finales de julio se manifestará en el tercero. Sin embargo, estos han resultado superficiales. «China ha crecido en la primera mitad del año a base de demanda externa», explica Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia del banco de inversión Natixis. «Las exportaciones a EE.UU. se desplomaron en mayo, pero todo este volumen está yendo a otros lugares, en particular la UE y el Sur Global».
Esta reconducción supone una carga adicional a la de por sí tensa relación entre China y UE, y conecta con perpetuas reclamaciones comunitarias sobre el desequilibrio comercial y la falta de reciprocidad. Así, su cumbre anual, programada para la semana que viene en Pekín, podría acabar escenificando una colisión frontal. «El déficit comercial va a seguir creciendo. Las importaciones chinas permanecen planas, y dentro de ese nivel estable la cuota europea está cayendo», augura García-Herrero. «Es complicado encontrar un ángulo positivo a esta cumbre».
Todo a la innovación
«A corto plazo los aranceles deberían debilitar la economía más, pero mitigados por los estímulos. Los estímulos se concentran en la infraestructura, no el consumo», añade. Las ventas al por menor, métrica representativa de esta última dimensión, aumentaron un 4,8% interanual este último mes, mientras que la inversión privada perdió un 0,6% en la primera mitad del año. La tasa de desempleo urbano se mantuvo estable en el 5%, pero la inversión inmobiliaria sigue parpadeando en rojo: en los primeros seis meses cayó un 11,2%, evidencia de la profunda crisis de un sector que representa un cuarto del PIB.
Sea como fuere, y en lo que a los grandes números respecta, el 5,3% semestral mantiene a China en la senda de su objetivo anual, fijado en «alrededor del 5%» por tercer ejercicio consecutivo en la reunión del aparato legislativo celebrada a principios de marzo. Un guarismo ambicioso ante la coyuntura y a la vez modesto en comparación con una serie histórica que hasta hace poco arroja dobles dígitos.
«Vamos a mantener nuestra previsión del 4,2% para este año», concluye García-Herrero. «El problema de China no es el impacto de Trump a corto plazo, sino sus problemas estructurales. En nuestras proyecciones el crecimiento potencial cae al 1% a partir de 2035». Unas cifras quizá inasumibles para un contrato social que, en su formulación actual, intercambia libertad por prosperidad. Ante esta situación, la estrategia del gigante asiático no pasa por reforzar el consumo, sino por una innovación que le permita dominar las tecnologías esenciales del futuro. «¿Puede la innovación mitigar el declive estructural? Quizá. China está poniendo los medios pero todavía no hay resultados, la productividad no está creciendo. De momento innovar no es suficiente para crecer».