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«Caos total»: nuevas revelaciones sobre 'Signalgate' debilitan aún más al jefe del Pentágono

Las turbulencias no acaban en el Pentágono y colocan a su jefe, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una situación cada vez más complicada. Después de que la semana pasada el Pentágono sufriera la sacudida de los despidos de tres altos cargos cercanos a … Hegseth por su supuesta participación en filtraciones, este domingo resucitaron los fantasmas de ‘Signalgate’, el escándalo por la utilización de un grupo de chat de la aplicación Signal para compartir información militar que debería ser clasificada, con el bochornoso y peligroso agravante de la inclusión -en aparente error- de un periodista en ese chat.
Ahora se ha conocido que, además de ese grupo de chat, Hegseth también compartió información sensible en otro grupo en el que estaban su mujer, su hermano y su abogado personal, además de otros altos cargos de Defensa.
Se trataba de la misma información que se compartió en ‘Signalgate’ a mediados del mes pasado y a la que tuvo acceso ese periodista, Jeffrey Goldberg, director de la revista ‘The Atlantic’: detalles sobre una operación militar contra las milicias hutíes en Yemen, incluidos los objetivos que se buscaban, el horario exacto de los ataques y el armamento.

Fue el propio Goldberg quien reveló la existencia de ese chat y su inclusión en él, algo que provocó uno de los mayores escándalos de las primeras semanas de la presidencia de Donald Trump. Entre los altos cargos incluidos en el chat estaban el vicepresidente del Gobierno, J. D. Vance; el propio Hegseth y Mike Walz, el asesor de seguridad nacional. Fue Waltz quien, al parecer, metió a Goldberg en el chat.
La revelación mostró cómo los altos cargos de Defensa utilizaban una plataforma como Signal, que no tiene las medidas de seguridad necesarias para gestionar información militar sensible, además del fallo incomprensible de incluir al periodista.

Información sensible

Ahora se conoce que no fue el único descuido. Hegseth compartió esa misma información con su esposa, Jennifer, una exproductora de la cadena Fox News, donde el ahora líder del mayor Ejército del mundo trabajó como presentador hasta ser elegido por Trump para el Pentágono. Y también con su hermano, Phil, y con Tim Parlatore, su abogado personal.
Tanto Parlatore como el abogado de Hegseth trabajan en el Pentágono, pero no está claro que, por sus posiciones, deberían acceder a esa información tan sensible.
Su mujer no tiene ningún cargo gubernamental, pero suele viajar con el jefe del Pentágono y en ocasiones asiste a reuniones de trabajo. El mes pasado, ‘The Wall Street Journal’ reveló que Jennifer Hegseth había asistido al menos a dos reuniones de alto nivel: una con el secretario de Defensa de Reino Unido, John Healey; y otra con altos cargos de la OTAN.
Al parecer, Hegseth compartió la información sensible con sus familiares -además de otros miembros de su equipo en el Pentágono- casi al mismo tiempo que lo hacía en el otro grupo, en el que estaban las más altas autoridades de EE.UU.
La revelación de la existencia de ese grupo de chat es otra demostración de que las aguas bajan revueltas en el Pentágono. Poco después de conocerse, John Ullyot, el que ha sido hasta hace pocos días el portavoz de Hegseth y hasta ahora aliado leal, se desmarcó con una tribuna en la que asegura que el último mes «ha sido un caos total en el Pentágono».
«Desde filtraciones de planes operativos sensibles a despidos masivos, la disfunción es una gran distracción en estos momentos para el presidente, que merece algo mejor por parte de sus altos cargos», escribió.
Ullyot dejó el Pentágono hace unos días, después de que Hegseth le colocara a otro portavoz por encima suyo, que fue quien gestionó la crisis desatada por ‘Signalgate’. Además de las nuevas revelaciones relacionadas con ese escándalo, es muy crítico con la caída en desgracia de tres altos cargos -el asesor sénior Dan Caldwell, el segundo del jefe de Gabinete, Darin Selnick; y el jefe de Gabinete del subsecretario de Defensa, Colin Carroll-, que Ullyot retrata como una situación de «casi colapso de la cúpula del Pentágono».
A los tres les acusaron de filtraciones, algo que ahora Ullyot niega y vincula solo al «desorden» dentro del Departamento de Defensa y a las peleas intestinas entre diferentes facciones. Según el autor, su salida tiene que ver con una campaña de difamación. Entre otras cosas, se dijo que iban a ser sometidos a una prueba del polígrafo, algo que no se hizo antes de su retirada.
Estas salidas no han sido las únicas ordenadas por Hegseth, que también ha incomodado a parte de la cúpula militar con el despido de una decena de generales y almirantes de sus cargos.
Hegseth aguantó la primera ola en el escándalo de ‘Signalgate’ gracias al apoyo de Trump, que apostó fuerte por poner al frente del Pentágono a un expresentador de la cadena Fox News sin experiencia relevante en defensa y seguridad, más allá de su paso por el ejército. Presionó a los senadores republicanos para que le apoyaran en su confirmación, que salió adelante por la mínima, con varias deserciones republicanas, solo gracias al desempate que propició el vicepresidente Vance, que también tiene el cargo de presidente del Senado.

‘Fake news’

De momento, nada apunta a que Trump vaya a cambiar su apoyo. Este lunes, pocas horas después de las últimas revelaciones, defendía desde la Casa Blanca que Hegseth está haciendo «un gran trabajo. Solo pregúntales a los hutíes cómo lo está haciendo. Es solo ‘fake news’, se están inventado historias, suena a algo de empleados contrariados. Se le puso ahí para que echara a un montón de gente mala y eso es lo que está haciendo. Y no siempre te quedas con muchos amigos cuando haces eso».
Es la misma línea de defensa que siguió Hegseth, que acusó de las últimas filtraciones a «antiguos empleados contrariados» y defendió que las revelaciones sobre el grupo de chat con sus familiares son «noticias viejas que no importan».
Por el momento -algo que no cambiará hasta que Trump dé señales de que se le agota la paciencia con Hegseth- el líder del Pentágono mantiene la confianza de los republicanos. Pero el último episodio de ‘Signalgate’ ofrece carne fresca para los demócratas contra Trump: «Siguen saliendo detalles, seguimos enterándonos de que Pete Hegseth puso vidas en peligro. Pero Trump es demasiado débil para despedirle», reacción Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado. «¿Cuántas veces tiene que dejar escapar inteligencia clasificada Pete Hegseth hasta que Trump y los republicanos entiendan que no solo es un jodido mentiroso, sino también una amenaza nuestra seguridad nacional?», exigió su compañera de bancada y exmilitar, la senadora Tammy Duckworth.
Citando fuentes oficiales, la radio pública NPR informó de que la Casa Blanca está buscando un sustituto para Hegseth.

Publicado: abril 21, 2025, 10:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/caos-total-nuevas-revelaciones-sobre-signalgate-debilitan-20250421205147-nt.html

Las turbulencias no acaban en el Pentágono y colocan a su jefe, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una situación cada vez más complicada. Después de que la semana pasada el Pentágono sufriera la sacudida de los despidos de tres altos cargos cercanos a Hegseth por su supuesta participación en filtraciones, este domingo resucitaron los fantasmas de ‘Signalgate’, el escándalo por la utilización de un grupo de chat de la aplicación Signal para compartir información militar que debería ser clasificada, con el bochornoso y peligroso agravante de la inclusión -en aparente error- de un periodista en ese chat.

Ahora se ha conocido que, además de ese grupo de chat, Hegseth también compartió información sensible en otro grupo en el que estaban su mujer, su hermano y su abogado personal, además de otros altos cargos de Defensa.

Se trataba de la misma información que se compartió en ‘Signalgate’ a mediados del mes pasado y a la que tuvo acceso ese periodista, Jeffrey Goldberg, director de la revista ‘The Atlantic’: detalles sobre una operación militar contra las milicias hutíes en Yemen, incluidos los objetivos que se buscaban, el horario exacto de los ataques y el armamento.

Fue el propio Goldberg quien reveló la existencia de ese chat y su inclusión en él, algo que provocó uno de los mayores escándalos de las primeras semanas de la presidencia de Donald Trump. Entre los altos cargos incluidos en el chat estaban el vicepresidente del Gobierno, J. D. Vance; el propio Hegseth y Mike Walz, el asesor de seguridad nacional. Fue Waltz quien, al parecer, metió a Goldberg en el chat.

La revelación mostró cómo los altos cargos de Defensa utilizaban una plataforma como Signal, que no tiene las medidas de seguridad necesarias para gestionar información militar sensible, además del fallo incomprensible de incluir al periodista.

Información sensible

Ahora se conoce que no fue el único descuido. Hegseth compartió esa misma información con su esposa, Jennifer, una exproductora de la cadena Fox News, donde el ahora líder del mayor Ejército del mundo trabajó como presentador hasta ser elegido por Trump para el Pentágono. Y también con su hermano, Phil, y con Tim Parlatore, su abogado personal.

Tanto Parlatore como el abogado de Hegseth trabajan en el Pentágono, pero no está claro que, por sus posiciones, deberían acceder a esa información tan sensible.

Su mujer no tiene ningún cargo gubernamental, pero suele viajar con el jefe del Pentágono y en ocasiones asiste a reuniones de trabajo. El mes pasado, ‘The Wall Street Journal’ reveló que Jennifer Hegseth había asistido al menos a dos reuniones de alto nivel: una con el secretario de Defensa de Reino Unido, John Healey; y otra con altos cargos de la OTAN.

Al parecer, Hegseth compartió la información sensible con sus familiares -además de otros miembros de su equipo en el Pentágono- casi al mismo tiempo que lo hacía en el otro grupo, en el que estaban las más altas autoridades de EE.UU.

La revelación de la existencia de ese grupo de chat es otra demostración de que las aguas bajan revueltas en el Pentágono. Poco después de conocerse, John Ullyot, el que ha sido hasta hace pocos días el portavoz de Hegseth y hasta ahora aliado leal, se desmarcó con una tribuna en la que asegura que el último mes «ha sido un caos total en el Pentágono».

«Desde filtraciones de planes operativos sensibles a despidos masivos, la disfunción es una gran distracción en estos momentos para el presidente, que merece algo mejor por parte de sus altos cargos», escribió.

Ullyot dejó el Pentágono hace unos días, después de que Hegseth le colocara a otro portavoz por encima suyo, que fue quien gestionó la crisis desatada por ‘Signalgate’. Además de las nuevas revelaciones relacionadas con ese escándalo, es muy crítico con la caída en desgracia de tres altos cargos -el asesor sénior Dan Caldwell, el segundo del jefe de Gabinete, Darin Selnick; y el jefe de Gabinete del subsecretario de Defensa, Colin Carroll-, que Ullyot retrata como una situación de «casi colapso de la cúpula del Pentágono».

A los tres les acusaron de filtraciones, algo que ahora Ullyot niega y vincula solo al «desorden» dentro del Departamento de Defensa y a las peleas intestinas entre diferentes facciones. Según el autor, su salida tiene que ver con una campaña de difamación. Entre otras cosas, se dijo que iban a ser sometidos a una prueba del polígrafo, algo que no se hizo antes de su retirada.

Estas salidas no han sido las únicas ordenadas por Hegseth, que también ha incomodado a parte de la cúpula militar con el despido de una decena de generales y almirantes de sus cargos.

Hegseth aguantó la primera ola en el escándalo de ‘Signalgate’ gracias al apoyo de Trump, que apostó fuerte por poner al frente del Pentágono a un expresentador de la cadena Fox News sin experiencia relevante en defensa y seguridad, más allá de su paso por el ejército. Presionó a los senadores republicanos para que le apoyaran en su confirmación, que salió adelante por la mínima, con varias deserciones republicanas, solo gracias al desempate que propició el vicepresidente Vance, que también tiene el cargo de presidente del Senado.

‘Fake news’

De momento, nada apunta a que Trump vaya a cambiar su apoyo. Este lunes, pocas horas después de las últimas revelaciones, defendía desde la Casa Blanca que Hegseth está haciendo «un gran trabajo. Solo pregúntales a los hutíes cómo lo está haciendo. Es solo ‘fake news’, se están inventado historias, suena a algo de empleados contrariados. Se le puso ahí para que echara a un montón de gente mala y eso es lo que está haciendo. Y no siempre te quedas con muchos amigos cuando haces eso».

Es la misma línea de defensa que siguió Hegseth, que acusó de las últimas filtraciones a «antiguos empleados contrariados» y defendió que las revelaciones sobre el grupo de chat con sus familiares son «noticias viejas que no importan».

Por el momento -algo que no cambiará hasta que Trump dé señales de que se le agota la paciencia con Hegseth- el líder del Pentágono mantiene la confianza de los republicanos. Pero el último episodio de ‘Signalgate’ ofrece carne fresca para los demócratas contra Trump: «Siguen saliendo detalles, seguimos enterándonos de que Pete Hegseth puso vidas en peligro. Pero Trump es demasiado débil para despedirle», reacción Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado. «¿Cuántas veces tiene que dejar escapar inteligencia clasificada Pete Hegseth hasta que Trump y los republicanos entiendan que no solo es un jodido mentiroso, sino también una amenaza nuestra seguridad nacional?», exigió su compañera de bancada y exmilitar, la senadora Tammy Duckworth.

Citando fuentes oficiales, la radio pública NPR informó de que la Casa Blanca está buscando un sustituto para Hegseth.

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