Cambio de paradigma en la estética: del antienvejecimiento a la longevidad - Colombia
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Cambio de paradigma en la estética: del antienvejecimiento a la longevidad

A nadie le gusta envejecer, ni por los problemas de salud que conlleva la edad, ni por los cambios físicos visibles a cualquier ojo: arrugas, manchas, flacidez, pérdida de luminosidad… Estar sano es, evidentemente, lo más importante, pero la imagen sigue pesando mucho en … una sociedad visual, en la que la exposición permanente es inevitable. No es extraño que la industria de la cosmética y la medicina estética muevan millones en todo el mundo. Sin embargo, en los últimos años el cuidado de la piel se aborda de manera diferente, ya no se lucha contra el envejecimiento, sino que ahora el objetivo es mantener la salud de la piel el mayor tiempo posible. La longevidad, que no trata solo de vivir más años, sino de vivir con salud esos últimos años, llega así a los cuidados de belleza. Cumplir años sin que el aspecto exterior delate ese paso del tiempo es posible. No se puede parar el tiempo, pero sí se puede envejecer de una forma más bella, saludable y natural, porque no se trata de cambiar la expresión o recuperar la cara que se tiene con 30 años, sino de afrontar el paso del tiempo con elegancia.

Edad cronológica vs edad biológica

La edad cronológica es la que aparece en el DNI, pero cada vez se habla más de la importancia de otras edades en el envejecimiento, como apunta el doctor Ramón Vila-Rovira, especialista en cirugía plástica, estética y reparadora y autor del libro ‘Vivir 120 años’: «además de la edad cronológica, hay otras cinco edades, la biológica, la psicológica, la social y la sexual. Hay que cuidarlas todas para alcanzar la longevidad, vivir más años, pero llegar bien, sanos, independientes y con buen aspecto». La edad biológica refleja el estado de las células y los tejidos, e influye tanto en la salud, como en la apariencia. Por eso hay personas que parecen más jóvenes ‘para su edad’, y, otras, en cambio, parecen mayores. Lo interesante es que mientras que la edad cronológica no se puede parar, sí es posible ralentizar la biológica y retrasar el envejecimiento.
Para conocer la edad biológica existen diversos tests y pruebas, como explica la doctora Tanya Álvarez, experta en longevidad de ZEM Wellness Clinic Altea: «podemos hacer una prueba muy interesante, que es la medición de la longitud telomérica. Eso nos daría como resultado el valor real de nuestra edad biológica. No es un número establecido desde la fecha de nacimiento, sino cómo se encuentra la salud a nivel celular. También hacemos otra prueba, que es la medición de NAD+, muy popular en la actualidad, y que permite hacerle un programa al paciente de los suplementos que puede tomar para proteger los telómeros». Para valorar la longevidad de la piel, las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez, cirujanas plásticas y fundadoras de Stem Beauty, utilizan, por ejemplo «un test que analiza los genes dedicados a la calidad de la piel, a la producción de colágeno, de elastina… Así podemos saber si el colágeno se degrada más rápido, y abordar el envejecimiento de forma personalizada».

La edad biológica refleja el estado de las células e influye en la apariencia de la piel

Longevidad de la piel

El aumento de la esperanza de vida en los últimos años, gracias a los avances en medicina, alimentación, condiciones sanitarias… impulsó el interés por la longevidad. La doctora Mariel Silva, especialista en envejecimiento saludable y salud digestiva y directora de servicios médicos de SHA España, recalca que «no es importante tanto la cantidad de años que alargamos la vida, sino, la buena salud. Una longevidad sin estar sano no tiene sentido. Todo lo que hagamos hoy tiene impacto en una longevidad saludable». La doctora Sari Arponen, especialista en Medicina Interna y autora del libro ‘¿Envejeces o rejuveneces?’, cree que «la industria de la longevidad es muy importante. Hay diversas vertientes, todo lo que es tecnociencia despierta mucho interés y cuenta con gran inversión, ya que hay millonarios interesados, como Jeff Bezos o Elon Musk, que no quieren envejecer. En el ámbito de la estética y la cosmética también interesa mucho la longevidad. A muchas personas no les preocupa tanto estar saludables, como verse jóvenes. Pero es esencial que vaya unido, porque la parte exterior refleja cómo nos sentimos por dentro. Si no te cuidas desde dentro los resultados de los tratamientos estéticos no tienen tanto efecto».
En la misma línea, la doctora María Calvo Pulido, especialista en Dermatología, asegura que «la longevidad de la piel no se trata de un concepto meramente estético, que la piel luzca más joven, con tono unificado, sin flacidez y sin arrugas, sino, sobre todo, que siga cumpliendo sus funciones básicas: de protección frente a radiaciones, infecciones y otras agresiones externas, de regeneración celular y producción de colágeno y elastina, y equilibrada desde el punto de vista de microbioma cutáneo tan importante para ayudar a su defensa natural. Con este concepto claro, es importante entender que la piel no es un órgano independiente del resto del cuerpo, sino interrelacionado con todos, por eso es fundamental mantener un estado general saludable para que nuestra piel también lo esté. Se ha visto que aquellos pacientes cuya piel tiene un aspecto más joven viven más, por lo que queda demostrado que una buena salud cutánea va ligada a un cuerpo más saludable y por tanto más longevo».

«Aquellos pacientes cuya piel tiene un aspecto más joven viven más, por lo que queda demostrado que una buena salud cutánea va ligada a un cuerpo más saludable»

María Calvo Pulido
Dermatóloga

Envejecer de forma saludable

Cada persona envejece a un ritmo diferente, algo que está determinado, en parte, por la genética, y, en parte, por la epigenética, los factores externos que influyen en los genes. La doctora Sari Arponen señala que «la genética es fundamental para determinar la edad que vas a vivir, pero llegar en buena forma a los últimos años de vida sí depende de los hábitos. Se dice que el 25% del envejecimiento está determinado por la genética y el 75% por el estilo de vida, pero la ciencia en realidad no lo sabe de verdad, no se puede afirmar».
Para envejecer de forma saludable no hay cremas, alimentos o tratamientos milagrosos, sino un cuidado preventivo y constante que debería comenzar más pronto de lo que la mayoría piensa. «Aunque suene fuerte, el desgaste celular empieza desde que nacemos, lo que sucede es que durante la infancia la capacidad regenerativa lo compensa y a partir de los 20-25 años esa balanza empieza a descompensarse y en ese momento es vital empezar a ayudar a nuestra piel en lo que podamos para potenciar los efectos hidratantes, regeneradores y protectores», asegura la doctora María Calvo.
Las recomendaciones de los expertos para hacer frente al paso de los años y seguir luciendo un aspecto saludable son las mismas que para estar sanos, como detalla la doctora Mariel Silva «una dieta antiinflamatoria, sin azúcares ni procesados, evitando el alcohol y con un importante consumo de vegetales y frutas, el ejercicio físico, combinando la fuerza y el cardio, tener un sueño reparador y regenerador, y el manejo del estrés, así como evitar el tabaco». Junto a ello, la doctora María Calvo añade «una buena rutina dermatológica diaria y constante que incluya limpieza, hidratación, tratamiento activo y protección solar».
La suplementación es también un pilar importante, según los expertos, en el envejecimiento saludable, pero ante la oferta infinita de suplementos (magnesio, colágeno, vitamina D, omega 3…), las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez recomiendan la personalización, que debería pautar un profesional. «Mucha gente toma suplementos de muchos tipos, pero pocos saben realmente lo que necesita su cuerpo. Debería haber un estudio previo para valorar tanto la genética, como la influencia del estilo de vida en las células. Con esos resultados se pueden aconsejar los suplementos que realmente necesita cada persona. Además, no todos cumplen con los estándares de calidad para que funcionen».

Tratamientos estéticos regenerativos
Tratándose de piel y de belleza, no pueden faltar los tratamientos estéticos, que suponen una ayuda extra para conseguir un envejecimiento saludable. La tendencia actual es la medicina estética regenerativa que busca regenerar los tejidos desde el interior y no solo tratar las arrugas. Estos tratamientos, cuyos resultados se alejan de esas caras con volúmenes y extra lisas de hace años, estimulan las propias células del cuerpo que producen el colágeno o la elastina, proteínas esenciales para mantener la juventud de la piel. Los polinucleótidos, los factores de crecimiento, el plasma rico en plaquetas, los exosomas (aunque en Europa de momento solo se usan de forma cosmética)… son algunos ejemplos, que conviven con otros más conocidos como el ácido hialurónico y la toxina botulínica (el popular bótox, que no rellena, solo ayuda a mejorar las arrugas al paralizar el músculo), así como con aparatología como el láser, los ultrasonidos o la radiofrecuencia. Además, la doctora María Calvo Pulido apuesta por acompañarlos con «otras medidas y tratamientos que ayuden al cuidado desde el interior como una cámara hiperbárica que aumenta la microoxigenación cutánea, ‘ice lab’ o cámara de frío que disminuye el estado inflamatorio crónico, plasma rico en plaquetas que consigue un efecto regenerador celular o una sueroterapia intravenosa que aporta un cóctel antioxidante a nuestro torrente sanguíneo y un plan personalizado de suplementos en función de las necesidades. Todas estas medidas van más orientadas a buscar un efecto más regenerativo, a sacar el potencial que nuestro cuerpo tiene y mantenerlo ‘vivo’ más tiempo».

Del ‘antiaging’ al ‘proaging’

La oferta cosmética para cuidar la piel es abrumadora, lo que dificulta elegir los productos adecuados y que realmente van a ayudar en esa búsqueda de la longevidad de la piel. La farmacéutica Inmaculada Vicente María, autora del libro ‘Salud Infinita’, explica cómo ha evolucionado en los últimos años el cuidado de la piel. «Algunos de los cambios más notables serían, en primer lugar, el enfoque holístico, que no solo contempla el cuidado de la piel, sino un autocuidado integral en el que la alimentación, el descanso y el bienestar emocional y mental son factores imprescindibles. Otro factor importante es que las personas ya no solo compran productos por publicidad o promesas, sino que se informan buscando rutinas personalizadas para su tipo y estado de piel. Ahora importa más la calidad de los productos que la cantidad, y por ello, las consumidoras buscan activos respaldados por la ciencia: retinol, péptidos, niacinamida, ácido hialurónico o vitamina C son populares porque tienen evidencia detrás».
Además, la experta pone el énfasis en un cambio de terminología que implica algo más. «Antes, el término ‘antiaging’ (antienvejecimiento) tenía una carga negativa, como si envejecer fuera algo que había que evitar a toda costa, casi una batalla contra el tiempo. Se trataba de borrar arrugas, ocultar signos de la edad y perseguir una imagen ‘eterna’ de juventud. Sin embargo, ahora, con el enfoque ‘proaging’, el cambio es más positivo, realista y empoderado. El ‘proaging’ nos invita a cuidar de nosotros mismos con amor, no desde la crítica. A aceptar cada etapa como valiosa y bella, con rutinas que nutran y fortalezcan, en lugar de intentar borrar el paso del tiempo. ‘Proaging’ no significa resignarse, sino aceptar que el envejecimiento es un proceso natural, y acompañarlo con cuidados conscientes para sentirte y verse bien. Se trata de tener una piel sana, funcional y luminosa a cualquier edad, más allá de eliminar arrugas o flacidez. La salud de la piel se prioriza antes que su apariencia perfecta».

Publicado: mayo 7, 2025, 10:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/estilo/belleza/antienvejecimiento-longevidad-piel-20250508134058-nt.html

A nadie le gusta envejecer, ni por los problemas de salud que conlleva la edad, ni por los cambios físicos visibles a cualquier ojo: arrugas, manchas, flacidez, pérdida de luminosidad… Estar sano es, evidentemente, lo más importante, pero la imagen sigue pesando mucho en una sociedad visual, en la que la exposición permanente es inevitable. No es extraño que la industria de la cosmética y la medicina estética muevan millones en todo el mundo. Sin embargo, en los últimos años el cuidado de la piel se aborda de manera diferente, ya no se lucha contra el envejecimiento, sino que ahora el objetivo es mantener la salud de la piel el mayor tiempo posible. La longevidad, que no trata solo de vivir más años, sino de vivir con salud esos últimos años, llega así a los cuidados de belleza. Cumplir años sin que el aspecto exterior delate ese paso del tiempo es posible. No se puede parar el tiempo, pero sí se puede envejecer de una forma más bella, saludable y natural, porque no se trata de cambiar la expresión o recuperar la cara que se tiene con 30 años, sino de afrontar el paso del tiempo con elegancia.

Edad cronológica vs edad biológica

La edad cronológica es la que aparece en el DNI, pero cada vez se habla más de la importancia de otras edades en el envejecimiento, como apunta el doctor Ramón Vila-Rovira, especialista en cirugía plástica, estética y reparadora y autor del libro ‘Vivir 120 años’: «además de la edad cronológica, hay otras cinco edades, la biológica, la psicológica, la social y la sexual. Hay que cuidarlas todas para alcanzar la longevidad, vivir más años, pero llegar bien, sanos, independientes y con buen aspecto». La edad biológica refleja el estado de las células y los tejidos, e influye tanto en la salud, como en la apariencia. Por eso hay personas que parecen más jóvenes ‘para su edad’, y, otras, en cambio, parecen mayores. Lo interesante es que mientras que la edad cronológica no se puede parar, sí es posible ralentizar la biológica y retrasar el envejecimiento.

Para conocer la edad biológica existen diversos tests y pruebas, como explica la doctora Tanya Álvarez, experta en longevidad de ZEM Wellness Clinic Altea: «podemos hacer una prueba muy interesante, que es la medición de la longitud telomérica. Eso nos daría como resultado el valor real de nuestra edad biológica. No es un número establecido desde la fecha de nacimiento, sino cómo se encuentra la salud a nivel celular. También hacemos otra prueba, que es la medición de NAD+, muy popular en la actualidad, y que permite hacerle un programa al paciente de los suplementos que puede tomar para proteger los telómeros». Para valorar la longevidad de la piel, las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez, cirujanas plásticas y fundadoras de Stem Beauty, utilizan, por ejemplo «un test que analiza los genes dedicados a la calidad de la piel, a la producción de colágeno, de elastina… Así podemos saber si el colágeno se degrada más rápido, y abordar el envejecimiento de forma personalizada».

La edad biológica refleja el estado de las células e influye en la apariencia de la piel

Longevidad de la piel

El aumento de la esperanza de vida en los últimos años, gracias a los avances en medicina, alimentación, condiciones sanitarias… impulsó el interés por la longevidad. La doctora Mariel Silva, especialista en envejecimiento saludable y salud digestiva y directora de servicios médicos de SHA España, recalca que «no es importante tanto la cantidad de años que alargamos la vida, sino, la buena salud. Una longevidad sin estar sano no tiene sentido. Todo lo que hagamos hoy tiene impacto en una longevidad saludable». La doctora Sari Arponen, especialista en Medicina Interna y autora del libro ‘¿Envejeces o rejuveneces?’, cree que «la industria de la longevidad es muy importante. Hay diversas vertientes, todo lo que es tecnociencia despierta mucho interés y cuenta con gran inversión, ya que hay millonarios interesados, como Jeff Bezos o Elon Musk, que no quieren envejecer. En el ámbito de la estética y la cosmética también interesa mucho la longevidad. A muchas personas no les preocupa tanto estar saludables, como verse jóvenes. Pero es esencial que vaya unido, porque la parte exterior refleja cómo nos sentimos por dentro. Si no te cuidas desde dentro los resultados de los tratamientos estéticos no tienen tanto efecto».

En la misma línea, la doctora María Calvo Pulido, especialista en Dermatología, asegura que «la longevidad de la piel no se trata de un concepto meramente estético, que la piel luzca más joven, con tono unificado, sin flacidez y sin arrugas, sino, sobre todo, que siga cumpliendo sus funciones básicas: de protección frente a radiaciones, infecciones y otras agresiones externas, de regeneración celular y producción de colágeno y elastina, y equilibrada desde el punto de vista de microbioma cutáneo tan importante para ayudar a su defensa natural. Con este concepto claro, es importante entender que la piel no es un órgano independiente del resto del cuerpo, sino interrelacionado con todos, por eso es fundamental mantener un estado general saludable para que nuestra piel también lo esté. Se ha visto que aquellos pacientes cuya piel tiene un aspecto más joven viven más, por lo que queda demostrado que una buena salud cutánea va ligada a un cuerpo más saludable y por tanto más longevo».

«Aquellos pacientes cuya piel tiene un aspecto más joven viven más, por lo que queda demostrado que una buena salud cutánea va ligada a un cuerpo más saludable»

María Calvo Pulido

Dermatóloga

Envejecer de forma saludable

Cada persona envejece a un ritmo diferente, algo que está determinado, en parte, por la genética, y, en parte, por la epigenética, los factores externos que influyen en los genes. La doctora Sari Arponen señala que «la genética es fundamental para determinar la edad que vas a vivir, pero llegar en buena forma a los últimos años de vida sí depende de los hábitos. Se dice que el 25% del envejecimiento está determinado por la genética y el 75% por el estilo de vida, pero la ciencia en realidad no lo sabe de verdad, no se puede afirmar».

Para envejecer de forma saludable no hay cremas, alimentos o tratamientos milagrosos, sino un cuidado preventivo y constante que debería comenzar más pronto de lo que la mayoría piensa. «Aunque suene fuerte, el desgaste celular empieza desde que nacemos, lo que sucede es que durante la infancia la capacidad regenerativa lo compensa y a partir de los 20-25 años esa balanza empieza a descompensarse y en ese momento es vital empezar a ayudar a nuestra piel en lo que podamos para potenciar los efectos hidratantes, regeneradores y protectores», asegura la doctora María Calvo.

Las recomendaciones de los expertos para hacer frente al paso de los años y seguir luciendo un aspecto saludable son las mismas que para estar sanos, como detalla la doctora Mariel Silva «una dieta antiinflamatoria, sin azúcares ni procesados, evitando el alcohol y con un importante consumo de vegetales y frutas, el ejercicio físico, combinando la fuerza y el cardio, tener un sueño reparador y regenerador, y el manejo del estrés, así como evitar el tabaco». Junto a ello, la doctora María Calvo añade «una buena rutina dermatológica diaria y constante que incluya limpieza, hidratación, tratamiento activo y protección solar».

La suplementación es también un pilar importante, según los expertos, en el envejecimiento saludable, pero ante la oferta infinita de suplementos (magnesio, colágeno, vitamina D, omega 3…), las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez recomiendan la personalización, que debería pautar un profesional. «Mucha gente toma suplementos de muchos tipos, pero pocos saben realmente lo que necesita su cuerpo. Debería haber un estudio previo para valorar tanto la genética, como la influencia del estilo de vida en las células. Con esos resultados se pueden aconsejar los suplementos que realmente necesita cada persona. Además, no todos cumplen con los estándares de calidad para que funcionen».

Del ‘antiaging’ al ‘proaging’

La oferta cosmética para cuidar la piel es abrumadora, lo que dificulta elegir los productos adecuados y que realmente van a ayudar en esa búsqueda de la longevidad de la piel. La farmacéutica Inmaculada Vicente María, autora del libro ‘Salud Infinita’, explica cómo ha evolucionado en los últimos años el cuidado de la piel. «Algunos de los cambios más notables serían, en primer lugar, el enfoque holístico, que no solo contempla el cuidado de la piel, sino un autocuidado integral en el que la alimentación, el descanso y el bienestar emocional y mental son factores imprescindibles. Otro factor importante es que las personas ya no solo compran productos por publicidad o promesas, sino que se informan buscando rutinas personalizadas para su tipo y estado de piel. Ahora importa más la calidad de los productos que la cantidad, y por ello, las consumidoras buscan activos respaldados por la ciencia: retinol, péptidos, niacinamida, ácido hialurónico o vitamina C son populares porque tienen evidencia detrás».

Además, la experta pone el énfasis en un cambio de terminología que implica algo más. «Antes, el término ‘antiaging’ (antienvejecimiento) tenía una carga negativa, como si envejecer fuera algo que había que evitar a toda costa, casi una batalla contra el tiempo. Se trataba de borrar arrugas, ocultar signos de la edad y perseguir una imagen ‘eterna’ de juventud. Sin embargo, ahora, con el enfoque ‘proaging’, el cambio es más positivo, realista y empoderado. El ‘proaging’ nos invita a cuidar de nosotros mismos con amor, no desde la crítica. A aceptar cada etapa como valiosa y bella, con rutinas que nutran y fortalezcan, en lugar de intentar borrar el paso del tiempo. ‘Proaging’ no significa resignarse, sino aceptar que el envejecimiento es un proceso natural, y acompañarlo con cuidados conscientes para sentirte y verse bien. Se trata de tener una piel sana, funcional y luminosa a cualquier edad, más allá de eliminar arrugas o flacidez. La salud de la piel se prioriza antes que su apariencia perfecta».

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