Bruselas ya planea externalizar la expulsión de inmigrantes

Una de las mayores frustraciones de la Comisión Europea es no haber logrado que prácticamente ninguno de los países relevantes en materia de inmigración y con los que mantiene relaciones intensas haya aceptado firmar un acuerdo por el que estaría obligado a readmitir a … sus nacionales que se encuentren ilegalmente en la UE.
Para tratar de salir de esta situación de impotencia, el ejecutivo comunitario ha presentado un plan alternativo para lograr que cuando alguien sea expulsado de la UE abandone efectivamente el territorio y que se basa en la apertura de «centros de retorno» en países terceros. No es lo mismo que el plan de la italiana Giorgia Meloni para llevar a Albania a los solicitantes de asilo mientras se resuelve su expediente, sino para trasladar allí a aquellos que han sido definitivamente condenados a abandonar el territorio europeo, pero se niegan a hacerlo.
El comisario de Migración, Magnus Brunner, y la vicepresidenta ejecutiva, Henna Virkkunen, han preparado un plan que ya ha sido presentado en el Parlamento Europeo y que pretende agilizar las deportaciones. Incluye la creación en otros países de esos «centros de retorno», algo que podría haberse considerado un tabú en la política migratoria, que desde 1999 es competencia comunitaria.

Tal como están las cosas, en 2023, más de 480.000 personas recibieron la orden de abandonar la UE, pero solo se cumplió en el 20% de los casos. El 80% de los que debían haber vuelto a sus países sencillamente se han quedado en Europa y han ignorado la decisión de abandonar el territorio.

Países «seguros»

La Comisión se siente fuertemente presionada por el creciente numero de ciudadanos que votan a partidos antiinmigración, generalmente en el espectro del populismo nacionalista, y que por ello hay cada vez más gobiernos en los que están presentes –o directamente los presiden– fuerzas que utilizan este argumento en contra de la propia UE. Por ahora, el elemento principal en el que están de acuerdo la mayoría de los partidos tradicionales es precisamente que para poner orden en la política migratoria, lo primer que hay que hacer es lograr que se cumplan las órdenes de expulsión.
Por eso es poco probable que la Comisión tenga problemas a la hora de aprobar este plan, dado que no pretende construir infraestructuras propias como ha hecho Italia en Albania, sino subcontratar la acogida a estas personas en países a los que se les declarará como «seguros».
En el Parlamento han pedido incluso que Bruselas actúe con más dureza contra los países que se niegan a firmar acuerdos de readmisión con la UE, Algunos países tienen acuerdos bilaterales con socios clave como Marruecos, pero no son efectivos.