Publicado: marzo 19, 2025, 10:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/bruselas-pide-liderar-compras-conjuntas-armamento-ue-20250319154030-nt.html

La Comisión Europea ha presentado este miércoles el Libro Blanco de la UE, descrito por el comisario europeo de Defensa y el Espacio Andrius Kubilius como «una hoja de ruta», un plan «para hacer frente a las amenazas inmediatas y reforzar la defensa a largo … plazo». La propuesta del organismo es liderar las compras conjuntas de armamento para toda la UE, como ya hicieran durante la pandemia del coronavirus con la compra de vacunas.
Sin embargo, el punto caliente reside en que la UE quiere enfocar este reabastecimiento de material militar en clave europea, aspira a nutrirse de un 65% de procedencia continental, lo que implica darle la espalda a Estados Unidos. Cabe recordar que Washington es el primer suministrador mundial de armamento, con un 43% de las exportaciones totales, según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Francia ocupa el segundo puesto con un tímido 9,6% y Rusia, el tercero con un 7,6%.
Bruselas, en este Libro Blanco, demanda prioridades de inversión y urge a los Estados a realizar adquisiciones conjuntas de material militar fabricado en Europa con el objetivo de contribuir a proyectos paneuropeos de seguridad. Así, apunta a una mejor coordinación del gasto y a facilitar la adquisición de material incluso para países con menor capacidad económica. El medio propuesto por la UE para superar una de las barreras más complejas, la atomización del sector militar europeo, es un decreto ‘ómnibus’ de defensa que se aprobaría el mes de junio.
Paralelamente, la Comisión Europea ha instado este miércoles a las administraciones de los Estados a solicitar en abril la activación de la cláusula nacional de escape, que les permitirá desviarse de las reglas fiscales ya desde verano para iniciar el incremento de la inversión en defensa que requiere la UE ante la amenaza que supone la guerra de agresión de Rusia a Ucrania, recoge EP.
En el marco del Libro Blanco sobre Defensa, que aspira a ser la guía estratégica para dirigir el gasto militar en el seno de la UE, Bruselas ha apremiado a los Estados miembro a solicitar la activación de esta salvaguarda que excluirá los gastos en defensa del déficit nacional antes de finales de abril.
El documento recalca que Moscú superará el gasto en Defensa de los Estados miembros en 2025 y ha dejado claro que «sigue en guerra con Occidente». Y añade: «Rusia seguirá siendo una amenaza fundamental para la seguridad de Europa en el futuro próximo, incluida su postura nuclear más agresiva y la colocación de armas nucleares en Bielorrusia».
Según ha explicado Andrius Kubilius, esta batería de iniciativas representa solo el «comienzo de un camino y no uno fácil», poniendo el acento en que ahora la UE debe centrarse en aplicar las medidas y planes para disuadir a Vladímir Putin de futuras agresiones.
Además, Bruselas ha lanzado la propuesta de crear de un Mecanismo de Ventas Militares de la UE para tener un catálogo único en la Unión que incentive la compra de material fabricado en Europa. Igualmente se pone sobre la mesa establecer «reservas de preparación» en las que el material y los equipos militares estén disponibles para su compra y entrega inmediatas a los socios europeos, recoge EP.
Limita el papel de EE.UU.
A principios de este mes de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó el plan ‘ReArm Europe’, una iniciativa avalada por los líderes europeos que pretende llegar a movilizar en total hasta 800.000 millones de euros, que combina el uso flexible de los presupuestos nacionales con préstamos mutualizados, al tiempo que abre la posibilidad de que se desvíen fondos de cohesión del presupuesto comunitario para gastos militares. Concretamente, presentó una línea de crédito hasta de 150.000 millones de euros con los que financiar la compra de material militar, principalmente de origen europeo, como se mencionaba con anterioridad.
En el caso de sistemas complejos como defensas antiaéreas, material espacial o Inteligencia Artificial, los proveedores deben tener «autoridad de diseño», esto es que sean capaces de sustituir cualquier componente que pueda limitarse o restringirse por legislación, lo que en la práctica supone dar preferencia europea y protegerse de una eventual restricción al uso de material, incluyendo de armamento estadounidense.
Aunque Kubilius ha insistido en que no se excluye a nadie, de facto estas condiciones limitan la posible participación de Estados Unidos en el plan, pese a que la iniciativa sí permite que algunos proveedores de contratos ya en marcha estén establecidos en terceros países.
De esta forma, insta a los Estados miembros a presentar en el plazo de seis meses sus planes de compras, que se beneficiarán de exenciones de IVA, procedimientos de adquisiciones simplificados y de un alto nivel de prefinanciación por parte del Ejecutivo europeo.
El plan de Bruselas está abierto a que «países afines» participen en las compras conjuntas, aunque no se beneficien de los préstamos europeos. En esta lista la UE incluye a Noruega, Moldavia, Corea del Sur, Japón, Albania y Macedonia del Norte, países con los que mantiene acuerdos de seguridad y defensa, aunque apunta a que hay conversaciones abiertas con otros, como es el caso de Reino Unido, Canadá e India. Otros países como Turquía, aliado de la OTAN y candidato a la UE, está en la lista de países que pueden solicitar entrar en el plan de compras conjuntas.
En el caso de Ucrania, se plantea una excepción para que su industria armamentística se pueda beneficiar de las compras conjuntas en pie de igualdad con la industria europea, señala el Libro Blanco. Mientras Noruega se presenta como un «socio completo» de los programas de la UE por su contribución al presupuesto comunitario, por lo que se podrá comprar material de fabricación noruega.
Según ha detallado luego Kubilius, las empresas deben estar establecidas en la UE o en Ucrania y Noruega. Las empresas de fuera de la Unión deberán estar asentadas en alguno de los Estados miembros, lo que excluye a las estadounidenses.