Publicado: abril 6, 2025, 12:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/brian-pannebecker-rostro-america-trump-quiere-salvar-20250406040619-nt.html
Cuando Donald Trump presentó su ‘arancelazo’ el pasado miércoles en los jardines de la Casa Blanca no invitó al micrófono a ningún miembro de su Gobierno. Ni siquiera a Howard Lutnick, secretario de Comercio y arquitecto de su plan, que solo le sirvió de asistente para que le trajera y llevara las aparatosas tablas con los aranceles para cada país. Tampoco habló ningún experto económico, ningún CEO partidario. Con todo el planeta pendiente del anuncio del presidente de EE.UU., el pistoletazo de salida a un nuevo orden mundial, Trump miró al público y dijo: «Brian, me gustaría que subieras aquí un momento».
Apareció un tipo con chaleco amarillo, vaqueros, bigote rubio de herradura y visera con las cuatro letras del presidente. «Él entiende esto mucho mejor que los economistas», dijo sobre su invitado. Era Brian Pannebecker, un antiguo trabajador y sindicalista del sector de la automoción al que Trump ha convertido en la cara de la América que quiere salvar con sus aranceles.
Este periódico conoció a Pannebecker el pasado julio, en plena campaña electoral. Fue en un mitin en Grand Rapids, en Míchigan, uno de los estados decisivos de las presidenciales y la patria del sector del automóvil, el mismo que perdió brillo con la globalización, el mismo al que Trump promete devolver su gloria. Era un momento clave: poco después de la convención republicana de Milwaukee y el primer mitin de Trump desde su intento de asesinato. Pannebecker fue una de las decenas de seguidores de Trump con los que habló ABC allí para entender el tirón del multimillonario neoyorquino entre la clase trabajadora del llamado ‘cinturón del óxido’ de EE.UU. La sorpresa fue cuando, poco después, en medio del mitin, Trump sacó al sindicalista al escenario.
«Son ya siete veces las que me ha invitado a subir», cuenta ahora por teléfono Pannebecker, de vuelta en Míchigan. Explica que Trump descubrió en campaña que Pannebecker había organizado el grupo ‘Trabajadores de la Automoción por Trump’. Hacían piquetes pro-Trump fuera de las fábricas de Míchigan. Era algo muy valioso para el entonces candidato. Los sindicatos de la automoción están abrazados a los demócratas. Pero entre sus miembros hay mucho votante de Trump y Pannebecker les daba plataforma, visibilidad.
«Me empezó a invitar a estar con él entre bastidores, antes de los mítines. Nos hicimos amigos», dice Pannebecker, que creció en una familia de demócratas y ahora es el rostro de la política proteccionista de Trump. «Es una gran responsabilidad», dice sobre un papel que un operario durante décadas en las plantas de Chrysler y Ford nunca imaginó que tendría. «El trabajador estadounidense ha sido un olvidado durante décadas. Detroit está rodeado de factorías abandonadas, que se fueron a México».
Pocos días antes del anuncio de Trump, alguien de la Casa Blanca telefoneó a Pannebecker. Querían que acudiera con veinte trabajadores de la automoción al anuncio de aranceles de Trump. No le costó encontrar voluntarios. «Uno de mis compañeros estaba de crucero en el Caribe. Y se vino corriendo. Fue el que se levantó de la silla y le dio la mano al presidente, que no estaba previsto», recuerda.

El fundador de Auto Workers for Trump, Brian Pannebecker, habla junto a Trump
Pannebecker dice que Trump es una «persona normal» en la distancia corta: «Pregunta mucho. Quiere saber los detalles sobre nuestra industria, sobre cómo están los trabajadores. Escucha, trata de entender. Y tiene sentido del humor, le gusta bromear, reírse».
¿Se puso nervioso ese día, con todo el mundo mirando lo que pasaba en la Casa Blanca? «No pienso en ello», responde. «Ya me siento cómodo en esas situaciones, no tenía nada de nervios. Y, sobre todo, es que creo en lo que está haciendo. Se han aprovechado de los trabajadores de EE.UU. y él está luchando por nosotros».