Publicado: marzo 16, 2025, 4:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/jose-m-de-areilza-atlantismo-militante-20250315101057-nt.html
MONNET & CO.
Este atlantismo latente y militante no solo es estoico: lleva a actuar para estrechar lazos incluso en un momento tan difícil como el que atravesamos

Donald Trump ha resquebrajado la relación transatlántica en pocas semanas. Había resucitado con el apoyo de Estados Unidos y los europeos a Ucrania para defenderse de la invasión rusa. Se trataba de un alineamiento estratégico necesario en un mundo más inestable y peligroso. Al … defender la democracia y la libertad de los ucranianos, las dos orillas del Atlántico Norte se preparaban para contener a una China asertiva y nacionalista, dispuesta a proyectar su modelo político y económico al Pacífico y a otras partes del mundo.
Pero el regreso de Trump a la Casa Blanca desbarata la relación de confianza y colaboración en múltiples terrenos, desde la defensa a las finanzas globales. El presidente considera a la Unión Europea una conjura y apoya abiertamente a los partidos anti-europeos, desde los neo-nazis alemanes o los húngaros que hacen de caballo de Troya de Moscú. Además, difunde la propaganda rusa sobre la guerra de Ucrania y presiona de manera incalificable al país invadido. Vladímir Putin sube la apuesta de lo que espera conseguir –Ucrania como un país vasallo o fallido– gracias a la ayuda de Washington, un mediador que parece más bien su abogado defensor.
Pero el poder es siempre cambiante y nada dura para siempre. A los atlantistas de Estados Unidos y Europa les queda esperar y, en la medida que puedan, tender puentes sobre el mar que los une. Este atlantismo latente y militante no solo es estoico: lleva a actuar para estrechar lazos incluso en un momento tan difícil como el que atravesamos. Estados Unidos es un país muy dividido y el trumpismo no representa la diversidad y la riqueza de intereses y opiniones. La democracia estadounidense está amenazada por la expansión del poder ejecutivo y su privatización, los conflictos de intereses del presidente y su entorno y el choque del gobierno con decisiones judiciales que protegen valores constitucionales. Pero la superpotencia occidental tiene capacidad de resistencia frente a los que la debilitan. Si los demócratas salen de la depresión colectiva, hacen autocrítica y se movilizan, pueden recuperar el legislativo dentro de dos años. ¡Atlantistas de todos los países, uníos!
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