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Andry Nirina Rajoelina, el presidente a la fuga tras las protestas juveniles y el golpe 'suave' de los militares

Andry Nirina Rajoelina (51 años), presidente de Madagascar desde el 16 de diciembre de 2023, ha huido del país tras un fuerte levantamiento juvenil al que finalmente se ha unido una facción del Ejército y la Policía. Rajoelina, que además de presidente es DJ, … tiene tres hijos: Arena, Adrialy e Ilonstoa. Anteriormente fue presidente de un Gobierno provisional de 2009 a 2014 tras una crisis política y otro golpe de Estado respaldado por los militares.
Rajoelina, conocido también por su negacionismo con el COVID-19, estuvo trabajando en el sector privado antes de la política. Una de sus empresas –llamada Injet– pertenecía al sector de la impresión y la publicidad. También hizo una incursión profesional en el mundo de la radio y la televisión en 2007.
Madagascar, la isla más grande de África y la cuarta más grande del mundo ubicada al este de Mozambique, se encuentra ahora en un momento convulso y de enorme tensión. En el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 2022 Madagascar figura en el puesto 177 de 191 países. El PIB per cápita fue de 516 euros en 2024. El país cuenta con 32 millones de habitantes y la capital, Antananarivo, tiene unos 3,8 millones de habitantes.

El golpe en curso en Madagascar –antigua colonia francesa– supone una nueva intervención del Ejército en la política africana consolidando una tendencia clara que hace del alzamiento militar una vía para cambios de gobierno.
En este caso, todo parte de unas manifestaciones populares lideradas por los más jóvenes (generación Z) cuyo detonante fueron los cortes de luz y agua constantes en Madagascar.
La resistencia de las protestas, su permanencia a lo largo del tiempo (prácticamente tres semanas) y la suma progresiva de otros grupos sociales de peso como sindicatos o grupos estudiantiles han ido otorgando fuerza a las movilizaciones.
«En apenas una semana las protestas lograron que el presidente Rajoelina destituyese al primer ministro y al Gobierno en bloque. Además, se mostró partidario de un diálogo que fue rechazado por la generación Z, algunos medios de comunicación y sindicatos profesionales que mantenían una máxima: la renuncia de Rajoelina», explica Jesús Romero, periodista y analista especializado en el continente africano.
«Cuando se dan estas movilizaciones en el contexto africano el Ejército o las Fuerzas de Seguridad juegan un papel importante. Su posicionamiento acaba determinando en muchas ocasiones el resultado del proceso. En Sudán en 2019, la unión de Ejército y población civil derrocó a Omar El-Bashir. En este caso, aunque con matices, la situación ha sido similar. El respaldo que el CAPSAT, una unidad de élite del Ejército, ha dado a los manifestantes ha desembocado en la caída de Rajoelina», agrega.
El CAPSAT ha logrado el control total del aparato militar forzando al Gobierno a reconocer a un nuevo jefe de Estado Mayor y, aunque sus líderes no hablan de golpe de Estado, su propósito es claro: apartar al Gobierno y a Rajoelina para dar paso a un nuevo liderazgo en Madagascar.
«En un golpe ‘suave’, los militares han precipitado los acontecimientos. Rajoelina está fuera del país, lo que denota su falta de apoyos internos (ninguna facción del Ejército ha declarado su alineamiento con el presidente y varios ministros han aceptado las demandas de los sublevados) y aunque no ha dimitido oficialmente todo apunta a que su final político es un calco a su inicio en 2009: un golpe de Estado», señala Romero.
Por su parte, la Unión Africana (UA) ha expresado su preocupación ante los recientes acontecimientos políticos y de seguridad ocurridos en Madagascar. Ha instado a todos los actores, tanto civiles como militares, «a mantener la calma y la moderación, y a priorizar soluciones pacíficas y consensuadas» y mostró su apoyo «a los esfuerzos nacionales y regionales encaminados al rápido retorno a la normalidad institucional, estabilidad y consolidación de la paz».
Ante la extrema gravedad de esta situación, la oficina del presidente ha condenado este intento de desestabilización y ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas de la nación para unirse en defensa del orden constitucional y la soberanía nacional.
Inspiradas en movilizaciones juveniles recientes en países como Kenia y Nepal, estas protestas son las peores que vive la isla del océano Índico en años y el mayor desafío que afronta el jefe de Estado desde su reelección en 2023.

Publicado: octubre 14, 2025, 12:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/andry-nirina-rajoelina-presidente-fuga-tras-protestas-20251014161131-nt.html

Andry Nirina Rajoelina (51 años), presidente de Madagascar desde el 16 de diciembre de 2023, ha huido del país tras un fuerte levantamiento juvenil al que finalmente se ha unido una facción del Ejército y la Policía. Rajoelina, que además de presidente es DJ, tiene tres hijos: Arena, Adrialy e Ilonstoa. Anteriormente fue presidente de un Gobierno provisional de 2009 a 2014 tras una crisis política y otro golpe de Estado respaldado por los militares.

Rajoelina, conocido también por su negacionismo con el COVID-19, estuvo trabajando en el sector privado antes de la política. Una de sus empresas –llamada Injet– pertenecía al sector de la impresión y la publicidad. También hizo una incursión profesional en el mundo de la radio y la televisión en 2007.

Madagascar, la isla más grande de África y la cuarta más grande del mundo ubicada al este de Mozambique, se encuentra ahora en un momento convulso y de enorme tensión. En el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 2022 Madagascar figura en el puesto 177 de 191 países. El PIB per cápita fue de 516 euros en 2024. El país cuenta con 32 millones de habitantes y la capital, Antananarivo, tiene unos 3,8 millones de habitantes.

El golpe en curso en Madagascar –antigua colonia francesa– supone una nueva intervención del Ejército en la política africana consolidando una tendencia clara que hace del alzamiento militar una vía para cambios de gobierno.

En este caso, todo parte de unas manifestaciones populares lideradas por los más jóvenes (generación Z) cuyo detonante fueron los cortes de luz y agua constantes en Madagascar.

La resistencia de las protestas, su permanencia a lo largo del tiempo (prácticamente tres semanas) y la suma progresiva de otros grupos sociales de peso como sindicatos o grupos estudiantiles han ido otorgando fuerza a las movilizaciones.

«En apenas una semana las protestas lograron que el presidente Rajoelina destituyese al primer ministro y al Gobierno en bloque. Además, se mostró partidario de un diálogo que fue rechazado por la generación Z, algunos medios de comunicación y sindicatos profesionales que mantenían una máxima: la renuncia de Rajoelina», explica Jesús Romero, periodista y analista especializado en el continente africano.

«Cuando se dan estas movilizaciones en el contexto africano el Ejército o las Fuerzas de Seguridad juegan un papel importante. Su posicionamiento acaba determinando en muchas ocasiones el resultado del proceso. En Sudán en 2019, la unión de Ejército y población civil derrocó a Omar El-Bashir. En este caso, aunque con matices, la situación ha sido similar. El respaldo que el CAPSAT, una unidad de élite del Ejército, ha dado a los manifestantes ha desembocado en la caída de Rajoelina», agrega.

El CAPSAT ha logrado el control total del aparato militar forzando al Gobierno a reconocer a un nuevo jefe de Estado Mayor y, aunque sus líderes no hablan de golpe de Estado, su propósito es claro: apartar al Gobierno y a Rajoelina para dar paso a un nuevo liderazgo en Madagascar.

«En un golpe ‘suave’, los militares han precipitado los acontecimientos. Rajoelina está fuera del país, lo que denota su falta de apoyos internos (ninguna facción del Ejército ha declarado su alineamiento con el presidente y varios ministros han aceptado las demandas de los sublevados) y aunque no ha dimitido oficialmente todo apunta a que su final político es un calco a su inicio en 2009: un golpe de Estado», señala Romero.

Por su parte, la Unión Africana (UA) ha expresado su preocupación ante los recientes acontecimientos políticos y de seguridad ocurridos en Madagascar. Ha instado a todos los actores, tanto civiles como militares, «a mantener la calma y la moderación, y a priorizar soluciones pacíficas y consensuadas» y mostró su apoyo «a los esfuerzos nacionales y regionales encaminados al rápido retorno a la normalidad institucional, estabilidad y consolidación de la paz».

Ante la extrema gravedad de esta situación, la oficina del presidente ha condenado este intento de desestabilización y ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas de la nación para unirse en defensa del orden constitucional y la soberanía nacional.

Inspiradas en movilizaciones juveniles recientes en países como Kenia y Nepal, estas protestas son las peores que vive la isla del océano Índico en años y el mayor desafío que afronta el jefe de Estado desde su reelección en 2023.

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