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Alemania condena a un espía chino infiltrado durante 17 años como asesor de un eurodiputado de AfD

Cuatro años y nueve meses de prisión es la condena que adjudica por espionaje el Tribunal Regional Superior de Dresde a Jian G., el ex empleado del político Maximilian Krah, de Alternativa para Alemania (AfD). G. estuvo durante años haciendo llegar a China … información interna, confidencial y relevante de la Unión Europea.
El Tribunal ha declarado al alemán de origen chino y de 44 años de edad, culpable de espionaje en un caso particularmente grave. La Fiscalía Federal había solicitado una pena de prisión de siete años y medio, de la que se descuenta el tiempo que lleva ya preso por peligro de fuga.
Durante el juicio se ha probado que G. pasó cientos de documentos del Parlamento Europeo , algunos de ellos altamente sensibles, al servicio secreto chino, mientras trabajaba como empleado de la oficina de Krah en Bruselas entre 2019 y 2024. También espió a numerosos disidentes chinos y grupos de oposición en Europa sirviéndose de los medios internos de información de las instituciones europeas y transmitió además información sobre el liderazgo de AfD.

G. llegó a Alemania, a Dresde, en 2002. Estudió allí, y en 2011, recibió la ciudadanía alemana. Aparentemente su traslado estuvo respaldado desde el principio por la inteligencia china, que no activó a su agente hasta que estuvo posicionado en la oficina de Krah.
La también acusada en el mismo juicio, la ciudadana china Yaqi X., ha sido condenada a una pena condicional de un año y nueve meses. Como empleada de una empresa de logística en el aeropuerto de Leipzig-Halle, proporcionó a G. datos y fotos sobre vuelos militares y pasajeros a cambio de contraprestaciones monetarias, incluida una lista de empleados de la empresa de armamento Rheinmetall con nombres, direcciones y números de pasaporte. Durante el juicio admitió que había transmitido información a G. a petición de él, pero asegura que no sabía que trabajaba como agente de un servicio secreto, sino que intuía que precisaba la información para sus propios negocios. La Fiscalía Federal había exigido para ella una pena de prisión de dos años y nueve meses, finalmente rebajada por falta de material probatorio en la parte más grave, la de espionaje extranjero.
Durante la lectura de la sentencia, el juez presidente del Tribunal Regional Superior de Dresde Hans Schlüter-Staats, ha subrayado el estado de indefensión en el que se encuentran los servicios y las infraestructuras en casos en los que los servicios de inteligencia extranjeros llevan a cabo en territorio europeo proyectos a tan largo plazo. El espía permaneció como «agente dormido» durante 17 años y trabajó todo ese tiempo para situarse en una posición autorizada desde la que acceder a la información confidencial.
Durante el proceso, G. no ha realizado ninguna declaración. Sólo en la penúltima sesión del juicio, cuando sus abogados consideraron que todo estaba perdido, le aconsejaron declarar que no había trabajado para un servicio de inteligencia chino y que era inocente. La defensa había pedido la absolución debido a la falta de pruebas suficientes y habló de un «juicio con documentos secretos». No se pudieron probar los pagos de China a G. Al mismo tiempo, la defensa había señalado que G. no podía haber hecho una confesión abierta porque tenía que contar con graves consecuencias para él y su familia en China.
G. había sido monitoreado durante más de dos años y medio por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, que escuchaba sus conversaciones telefónicas, incluso con su oficial superior y su esposa. Cuando se volvió más cauteloso en su comunicación, la Oficina de Protección de la Constitución intervino su Mercedes, a principios de 2003. Según un oficial del servicio secreto, el plazo para su vigilancia se había extendido catorce veces hasta su arresto en abril de 2024.
El entonces eurodiputado Maximilian Krah, que ahora es miembro del Bundestag, hubo de comparecer como testigo en el juicio, y aseguró que no sabía nada sobre esta actividad de espionaje. Reconoció que tenía una estrecha relación de trabajo con G. y le había dado, así como a todo el personal de su oficina de Bruselas, acceso a su cuenta personal en el sistema de información del Parlamento Europeo. Krah ha estado por su parte bajo investigación desde mayo en un caso separado bajo sospecha de soborno y lavado de dinero, que involucra posibles pagos chinos al político de AfD.
El 11 de septiembre, los investigadores realizaron una redada en las oficinas y viviendas de Krah en Berlín, así como en Dresde, Limbach-Oberfrohna y Bruselas con el apoyo del poder judicial belga. El Bundestag había levantado previamente la inmunidad de Krah, que considera esas acusaciones «absurdas» y «políticamente motivadas».

Publicado: septiembre 30, 2025, 6:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/alemania-condena-espia-chino-infiltrado-anos-asesor-20250930122957-nt.html

Cuatro años y nueve meses de prisión es la condena que adjudica por espionaje el Tribunal Regional Superior de Dresde a Jian G., el ex empleado del político Maximilian Krah, de Alternativa para Alemania (AfD). G. estuvo durante años haciendo llegar a China información interna, confidencial y relevante de la Unión Europea.

El Tribunal ha declarado al alemán de origen chino y de 44 años de edad, culpable de espionaje en un caso particularmente grave. La Fiscalía Federal había solicitado una pena de prisión de siete años y medio, de la que se descuenta el tiempo que lleva ya preso por peligro de fuga.

Durante el juicio se ha probado que G. pasó cientos de documentos del Parlamento Europeo , algunos de ellos altamente sensibles, al servicio secreto chino, mientras trabajaba como empleado de la oficina de Krah en Bruselas entre 2019 y 2024. También espió a numerosos disidentes chinos y grupos de oposición en Europa sirviéndose de los medios internos de información de las instituciones europeas y transmitió además información sobre el liderazgo de AfD.

G. llegó a Alemania, a Dresde, en 2002. Estudió allí, y en 2011, recibió la ciudadanía alemana. Aparentemente su traslado estuvo respaldado desde el principio por la inteligencia china, que no activó a su agente hasta que estuvo posicionado en la oficina de Krah.

La también acusada en el mismo juicio, la ciudadana china Yaqi X., ha sido condenada a una pena condicional de un año y nueve meses. Como empleada de una empresa de logística en el aeropuerto de Leipzig-Halle, proporcionó a G. datos y fotos sobre vuelos militares y pasajeros a cambio de contraprestaciones monetarias, incluida una lista de empleados de la empresa de armamento Rheinmetall con nombres, direcciones y números de pasaporte. Durante el juicio admitió que había transmitido información a G. a petición de él, pero asegura que no sabía que trabajaba como agente de un servicio secreto, sino que intuía que precisaba la información para sus propios negocios. La Fiscalía Federal había exigido para ella una pena de prisión de dos años y nueve meses, finalmente rebajada por falta de material probatorio en la parte más grave, la de espionaje extranjero.

Durante la lectura de la sentencia, el juez presidente del Tribunal Regional Superior de Dresde Hans Schlüter-Staats, ha subrayado el estado de indefensión en el que se encuentran los servicios y las infraestructuras en casos en los que los servicios de inteligencia extranjeros llevan a cabo en territorio europeo proyectos a tan largo plazo. El espía permaneció como «agente dormido» durante 17 años y trabajó todo ese tiempo para situarse en una posición autorizada desde la que acceder a la información confidencial.

Durante el proceso, G. no ha realizado ninguna declaración. Sólo en la penúltima sesión del juicio, cuando sus abogados consideraron que todo estaba perdido, le aconsejaron declarar que no había trabajado para un servicio de inteligencia chino y que era inocente. La defensa había pedido la absolución debido a la falta de pruebas suficientes y habló de un «juicio con documentos secretos». No se pudieron probar los pagos de China a G. Al mismo tiempo, la defensa había señalado que G. no podía haber hecho una confesión abierta porque tenía que contar con graves consecuencias para él y su familia en China.

G. había sido monitoreado durante más de dos años y medio por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, que escuchaba sus conversaciones telefónicas, incluso con su oficial superior y su esposa. Cuando se volvió más cauteloso en su comunicación, la Oficina de Protección de la Constitución intervino su Mercedes, a principios de 2003. Según un oficial del servicio secreto, el plazo para su vigilancia se había extendido catorce veces hasta su arresto en abril de 2024.

El entonces eurodiputado Maximilian Krah, que ahora es miembro del Bundestag, hubo de comparecer como testigo en el juicio, y aseguró que no sabía nada sobre esta actividad de espionaje. Reconoció que tenía una estrecha relación de trabajo con G. y le había dado, así como a todo el personal de su oficina de Bruselas, acceso a su cuenta personal en el sistema de información del Parlamento Europeo. Krah ha estado por su parte bajo investigación desde mayo en un caso separado bajo sospecha de soborno y lavado de dinero, que involucra posibles pagos chinos al político de AfD.

El 11 de septiembre, los investigadores realizaron una redada en las oficinas y viviendas de Krah en Berlín, así como en Dresde, Limbach-Oberfrohna y Bruselas con el apoyo del poder judicial belga. El Bundestag había levantado previamente la inmunidad de Krah, que considera esas acusaciones «absurdas» y «políticamente motivadas».

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