Publicado: diciembre 12, 2025, 5:15 am
Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/adios-alopecia-20251212042243-nt.html
Quedarse calvo ya no es un destino inexorable. La alopecia común afecta cada vez a más gente, pero la buena noticia es que su resultado final, la pérdida del cabello, es una condición que está camino de extinguirse. En la última década se ha … producido una verdadera revolución en los tratamientos para frenar la temida pérdida del pelo. Aunque existen más de 100 tipos de alopecia, la androgénica o común es la más frecuente, responsable del 95% de los casos, y también la que cuenta con un mayor arsenal para revertirla.
Perder hasta 100 pelos diarios es normal. También que, en determinadas épocas del año, se perciba como algo más llamativo. El pelo no es perenne. Pero si se nota una pérdida desproporcionada y hay zonas del cuero cabelludo que clarean, merece la pena consultar con el dermatólogo.
El doctor David Saceda, especialista en la Unidad de Tricología del Grupo de Dermatología Pedro Jaén, en Madrid, e investigador, va más allá y recomienda incluso una primera revisión con el dermatólogo una vez cumplidos los 18 años, si hay antecedentes familiares de calvicie.
«En los últimos 10 años hemos vivido una revolución respecto a los tratamientos médicos de diferentes formas de alopecia. Existen terapias tanto vía oral, tópica, inyectada… Me atrevería a decir que hoy en día si un paciente acude a consulta a tiempo es muy improbable que se quede calvo», asegura el doctor Sergio Vañó, dermatólogo del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV (GEDET), director de la Unidad de Tricología del Hospital Universitario Ramón y Cajal e investigador.
Es un hecho que la alopecia androgénica (de origen hormonal y genético) está aumentando, especialmente entre la población femenina, aunque la mayoría de los afectados siguen siendo hombres.
En cuanto a los tratamientos, el doctor Saceda asegura que nos encontramos en «un momento excelente». A día de hoy, afirma el especialista en Tricología del Grupo Pedro Jaén, el 99,9 por ciento de los pacientes con alopecia androgénica mejoran. «Hace 8 años no teníamos las opciones de ahora y dentro de ocho años tendremos otras nuevas. Hay un horizonte esperanzador con mucha inversión en investigación pública y privada», señala.
Investigación española
A día de hoy, para tratar la alopecia androgénica se utilizan antiandrógenos orales (dutasterida y finasterida para hombres, y espironolactona, bicalutamida, finasterida y dutasterida para mujeres), minoxodil oral y tópico, antiandrógenos tópicos, microinyecciones de dutasterida, plasma rico en plaquetas y láser de baja potencia.
En concreto, el minoxidil oral ha cambiado mucho el panorama. El formato tópico, que lleva años disponible, podía resultar engorroso para los pacientes porque ensucia el pelo, mientras que con el oral se ingiere una cápsula al día, lo que favorece la adherencia. «Con muy pequeñas dosis conseguimos recuperar tanto la pérdida como el ritmo de crecimiento del pelo», señala el doctor Saceda.
«El uso de minoxidil oral ha revolucionado el tratamiento de muchas formas de alopecia, y concretamente, una parte considerable de los estudios de esta nueva terapia han sido publicados gracias a investigadores y grupos de investigación españoles. España está siendo uno de los países en los que más investigación se realiza acerca de nuevas terapias para la alopecia», añade el doctor Sergio Vañó.
Para el doctor David Saceda, el éxito está en la combinación de todas estas opciones, según las necesidades del paciente. Todos estos tratamientos funcionan mientras se utilizan, por lo que conseguir una buena adherencia es importante. Si se suspende su uso, la alopecia sigue su curso. Además, es importante ser paciente con los resultados porque la mejoría es progresiva.
España está siendo uno de los países en los que más investigación se realiza acerca de nuevas terapias para la alopecia
En las alopecias autoinmunes, como la areata (pérdida en parches que puede llegar a ser total y de un día para otro), también ha habido avances. Afecta tanto a hombres como a mujeres, niños y adolescentes, con un gran impacto psicológico. «El pelo se puede regenerar. Hay una serie de tratamientos nuevos, inhibidores de JAK, que han revolucionado la areata. Se toleran estupendamente y con un perfil de seguridad más que razonable. Son muy efectivos. Responden más de la mitad de los pacientes pasados unos meses. La desventaja es que son un poco lentos», describe el doctor Saceda. En España, para casos más graves es una medicación incluso financiada por la Seguridad Social a partir de los 12 años. En nuestro país, ahora mismo, se está desarrollando un ensayo clínico con estos fármacos a partir de los 6 años.
En cuanto a la alopecia frontal fibrosante, aunque la incidencia es baja, España se encuentra entre los países con más casos, sobre todo en mujeres. «Estamos viendo un aumento en mujeres muy jóvenes, de entre 30-40 años», asegura el doctor Saceda, que añade que, «además de la predisposición genética, se está estudiando el papel que pueden jugar los tratamientos hormonales y hay un debate abierto sobre ciertos ingredientes presentes en cosméticos», señala el experto. La filosofía en este caso sigue siendo frenar porque, por sus características, no puede recuperarse el pelo ya perdido, salvo trasplante capilar. Los signos más característicos son la pérdida de cejas o de patillas y también puede verse afectada la línea frontal de nacimiento. En estos pacientes, relata, se intenta tratar el cabello con minoxidil y antiandrógenos para estabilizar la enfermedad, además de infiltraciones locales con antiinflamatorios corticoides combinado con plasma rico en plaquetas.
Actualmente están desarrollándose tratamientos en forma de crema y por vía oral con perfil antiinflamatorio parecido a los que se usan en alopecia areata.
Lo que viene
Al arsenal con el que ya cuentan los tricólogos, en los próximos años seguramente se unirán otras terapias aún más eficientes, que ya están en ensayo. Se espera de ellas que, además de buenos resultados, necesiten menos aplicaciones y que apenas tengan efectos secundarios. En alopecia común, se están estudiando una serie de tratamientos vía tópica, en loción, que pueden ser «igual o más efectivos que algunos orales, como la finasterida y la dutasterida, pero sin los efectos secundarios que éstos pueden tener en la vía sexual», apunta Saceda.
Como novedades, el doctor Vañó también menciona SAMiRNA, que es «un tratamiento cosmético antiandrógeno tópico que se ha comercializado en Europa como producto cosmético. Está aún por determinar su eficacia real». Una de sus ventajas es que tan solo requiere una aplicación a la semana.
Otra terapia en ensayo es el PP405, un tratamiento tópico con un mecanismo innovador que reactiva las células madre «dormidas» o en fase telógena del folículo piloso, «aunque todavía está en una fase de estudio muy preliminar y no se pueden sacar conclusiones», matiza Vañó.
Y también hay tratamientos que hoy en día parecen de ciencia-ficción, pero que podrían ser una realidad en el medio-largo plazo, como la terapia con células madre. «Aunque la clonación tardará en conseguirse en folículos pilosos humanos, se están desarrollando interesantes terapias con células madre que permitirán mejorar la densidad capilar», asegura el experto del Hospital Ramón y Cajal.
Uno de los grupos españoles que está trabajando en esta línea es el del doctor Eduardo López Bran en el Hospital Clínico San Carlos, cuyos resultados se publicaron el pasado verano en la revista ‘Stem Cell Research&Therapy’. «Es el primer estudio en el mundo con células madre mesenquimales del tejido adiposo para revertir la alopecia androgénica en modelos animales. Las extraemos de un donante, aislamos las células madre de la grasa, las replicamos y obtenemos millones de células, las activamos con una molécula energizante y se las inyectamos a los ratones a los que les hemos inducido alopecia androgenética. Hemos conseguido en estudios preclínicos unos resultados exitosos con una recuperación del pelo en todos los ratones macho y en el 90% de las hembras. Estamos muy ilusionados y con confianza de que sean extrapolables a humanos«, explica el doctor López Bran, jefe del servicio de Dermatología del hospital madrileño y autor principal del estudio. Se espera que, si todo va bien, el primer ensayo en humanos con alopecia androgénica comience en 2026.
Efluvio por los nuevos fármacos para adelgazar
Otras veces la caída tiene que ver con un efluvio telógeno agudo, que produce una pérdida del cabello muy llamativa durante un período de tiempo limitado. Es reversible. Entre las causas que lo desencadenan se encuentran las infecciones, las cirugías, eventos traumáticos o estresantes, el postparto, déficits vitamínicos, etc. Los casos de efluvio telógeno, apunta el doctor Saceda, han aumentado sensiblemente en los últimos años por causas muy concretas. «Por supuesto, la pandemia y el Covid fueron principales causas. Ahora, los nuevos fármacos para adelgazar son una causa súper frecuente de efluvio. Se están estudiando las razones porque se está viendo incluso en gente sin bajadas de peso rápidas», afirma el experto. Incluso en estos casos, bien manejada, esta caída es recuperable.
Más allá de la medicación, en el día a día también hay pequeños gestos que ayudan a proteger el pelo. «El cabello, como la piel, es uno de los principales órganos que sufren envejecimiento. Hay que evitar todo lo que aumenta el estrés oxidativo, como el síndrome metabólico (aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos), alcohol y tabaco. Y hay que seguir una dieta mediterránea, hacer ejercicio físico aeróbico y de fuerza, gestionar el estrés y mantener una buena higiene del sueño», recomienda el experto del Grupo Pedro Jaén.
Y no, lavarse el pelo a menudo no es malo. Todo lo contrario. «Es bueno lavárselo con una frecuencia alta, incluso a diario si se necesita. Eliminamos descamación, regulamos el microbioma del cuero cabelludo, quitas restos de polución y de partículas de bajo peso, que influyen de forma negativa. Tener un cuero cabelludo sano hace que tengas un pelo que crece mejor y es más resistente», concluye el doctor Saceda.
