Comunicar ampliamente, cuidar ‘el elemento’ humano (en especial a los colaboradores) y apuntar la eficiencia en los múltiples componentes de la operación empresarial, son algunas de las principales lecciones de lo que implica la gestión de las empresas en tiempos de crisis.
Y es que la crisis derivada de la pandemia covid-19 puso a las organizaciones, como nunca antes, a reinventarse de una manera como difícilmente podría preverse.Las lecciones que esta está dejando la actual pandemia fueron motivo de análisis durante un conversatorio virtual organizado por el CESA.
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Pese a la llegada de enfermedades como la gripa A-H1N1 o el SIDA, la covid-19 ha suscitado medidas sin comparación con las que se tomaron cuando aquellas aparecieron.
Por esta razón, en opinión de Liliana López, CEO de Thuoper, consultora para el liderazgo en entornos organizacionales, es probable que hasta la misma resiliencia que se pensaba era necesaria para enfrentar una crisis, cambie. Con un aislamiento social y la vida en sí misma de por medio, ya “no solo se trata de pensar cómo nos reinventamos como empresa, sino también como personas, con una mayor resistencia”.
La comunicación es un asunto esencial, pero además distinto.
Crisis como la de Avianca en un pasado reciente, con intereses corporativos, empleados, pilotos y pasajeros dentro de la misma ecuación, demostraron que la comunicación, tanto interna como externa, tiene que ser constante. Sin embargo, bajo las circunstancias actuales, en las que más de la mitad de los trabajadores está en teletrabajo, es imprescindible garantizar el feedback con la gente e incidir en las rutinas que ayuden a la estabilización de la operación del negocio, conceptuó Jorge Mejía, socio fundador de Social Business Transformation.
Según Mejía, es vital ajustar el liderazgo en tiempos de teletrabajo, pues más allá de tener que incidir favorablemente en la productividad, los directores tienen que partir de la premisa de “es mi equipo el que me va a ayudar a cruzar al otro lado”.
De allí la trascendencia de preservar también la salud de los trabajadores, y la mental no es la excepción. Alexandra Cajiao, presidenta de Hoteles Cosmos, explicó que un equipo de ocho psicólogos atiende las necesidades de los colaboradores. Así mismo, se han conformado cuadrillas de empleados que ocupan habitaciones en los hoteles para que no deban tomar transporte público y ser más vulnerables ante la pandemia.
Daniel Bilbao, CEO de Truora, una startup, afirmó que si bien hay que tener aplomo en las decisiones, pues se conforma de manera natural un ambiente de nerviosismo en las empresas, hay que reaccionar rápido.
Según Bilbao, es posible que se deba pasar de ser transparente en la comunicación a ser ultratransparente. Esto implica -por ejemplo- que si no hay recortes de personal, no solo es obligatorio decirlo sino exponer hasta cuándo. Si es un hecho que “no vamos a sacar gente por lo menos en las primeras seis semanas, pues así debes decirlo”.
Agregó además que en momentos de extrema coyuntura hay que asumir que el asunto ya pasó para evolucionar, para actuar. “El miedo de decir, ‘esto puede pasar’, es paralizante”.
Bajo una crisis en la que hay pocos antecedentes de experiencias para afrontarla, y tan escasas son igualmente las bases económicas, hay que sentarse con el equipo a evaluar con más frecuencia, pues el cambio continuo del estado de las cosas está a la orden del día. En visión del consultor empresarial Daniel Posse Espinosa, es indispensable convocar la interdisciplinaridad en el equipo, y no menos importante poner a girar las discusiones entorno al propósito del negocio, pues implica conversar de manera profunda en la crisis.
“Comunicar el propósito debe ser motivante; pero además, debemos hacerlo con clientes y otras partes interesadas, pues las decisiones deben partir de reflexiones compartidas”, matizó Daniel Posse.
Otros de los aprendizajes que ha traído la crisis, son la reducción de costos y gastos en lo estricto para la operación, pues hay consenso del impacto económico de la coyuntura para las empresas, que en todo caso podrá prolongarse más allá del levantamiento de la cuarentena. “Medidas como renegociar con los proveedores ha sido una obligación, y en nuestro caso levantamos la mano primero”, explicó Liliana López de Thuoper.
Y añadió que la pandemia impuso un nuevo sistema de vida, no solo para las empresas sino para las personas, que vino para quedarse: con nuevos valores, nuevos hábitos y nuevas prioridades. “Hay que ver esto con un filtro de empatía, y pensar no solo qué sabemos hacer, sino para qué somos buenos también, y hacerlo”, concluyó.
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