Para nadie es un secreto que la llegada del Internet irrumpió las técnicas de aprendizaje en el mundo. Desde las escuelas tradicionales hasta las aulas virtuales, el hombre ha sido partícipe de la transformación de las formas para acceder al universo del conocimiento.
Dentro de esta evolución, uno de los aspectos que más ha crecido es el de aprender inglés, debido a que este lenguaje ha permeado todos los escenarios de la economía mundial, dado su dominio en la mayoría de los países y la multiplicidad de términos aplicables a las diferentes disciplinas que existen en el planeta.
Incluso, América Latina no es ajena a esta realidad. Aunque el español es la lengua predominante de la región, el inglés se ha convertido en el vehículo de comunicación de universitarios, profesionales e inversionistas del siglo XXI.
De acuerdo con una investigación realizada por Slang, una ‘startup’ que con ‘machine learning’ está creando la mayor plataforma de inglés profesional y especializado para empresas y universidades, la preponderancia de este idioma obedece a la situación de desventaja que tiene el español en términos de vocabulario específico.
“En el caso del inglés existen más de 1.3 millones de términos, que es donde yace el conocimiento para las diferentes profesiones o disciplinas existentes. Por su parte, el español no ha alcanzado ese mismo nivel de desarrollo, y esto se ve reflejado en que para el idioma existen tan solo 300 mil expresiones”, explica Diego Villegas, cofundador y CEO de esta compañía.
Es por esto que con el paso de los años la tendencia de aprender inglés en Latinoamérica está enmarcada en desafiar las prácticas tradicionales para entrar a comprender esos términos técnicos que identifican cada nicho de mercado y que pueden hacer de un profesional más competitivo en el campo laboral. Es decir, un abogado aprende términos propios de su oficio así como el ingeniero del suyo.
Para ello, de acuerdo con Villegas, la tecnología es un aliado clave, ya que le permite a las personas encontrarse en un mismo lugar con ese universo de expresiones que se ajustan a sus aspiraciones y necesidades profesionales.
“Una de las ventajas que tiene este nuevo tipo de educación es que el tiempo de aprendizaje es corto y moldeable a los horarios de las personas. En promedio, si se toma un curso de 30 minutos diarios, los profesionales tienen la capacidad de tener un dominio óptimo en dos meses”, expresa el cerebro detrás de esta ‘startup’.
Slang es una revolucionaria plataforma en sintonía con esta tendencia. Por eso, cuenta con la mayor oferta de cursos de inglés profesional del mundo, que incluyen diversas habilidades blandas, así como programas especializados en finanzas, leyes, logística, salud, marketing y tecnología, entre otros.