Para nadie es un secreto que la situación de los cafeteros ha venido deteriorándose por la revaluación del peso y la caída en el precio internacional del grano.
De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, la producción de café en 2017 cerró 14,2 millones de sacos, cifra igual a la de 2016, y 2018 se proyecta como un año de retos para el sector.
En cuanto a la actividad industrial, las cifras del DANE no fueron alentadoras. En 2017 la trilla de café tuvo una reducción del 21% y es uno de los subsectores con mayores problemas de la industria manufacturera.
Además, según las cifras del Índice de Precios del Productor, la trilla de café tuvo una caída de 11,93%, en su comercialización.
Así las cosas, la industria cafetera busca reinventarse para 2018. Para ello, la Federación Nacional de Cafeteros aseguró que están trabajando en nuevas estrategias como la renovación de los cafetales. En 2017 fueron renovadas 72.849 hectáreas (es decir, 8,1% del área total) y al cierre del año se alcanzó una productividad de 18.84 sacos por hectárea y para 2018 se ha fijado una meta de 90.000 hectáreas.
Adicionalmente, la FNC continua las conversaciones con otros países productores y actores claves de la industria con el fin de lograr la rentabilidad del caficultor bajo un enfoque de corresponsabilidad de todos los actores de la cadena.
POSITIVO: Hay mejores perspectivas para el sector en 2018 con proyectos desarrollados por la FNC.
NEGATIVO: La trilla de café es uno de los sectores de la industria manufacturera más afectados por la caída de la producción.