La industria licorera no pasa por un buen momento. De acuerdo con las cifras de la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras,   en 2017 las ventas cayeron 7,3% y, en el primer trimestre de 2018, la caída fue de 23%.

Una de las razones que afectó las ventas fue la situación económica que se vivió en 2017 y afectó la compra de licor en bares y discotecas, que representan un alto porcentaje del consumo, según Fenalco.

Las tiendas de barrio son otro de los canales desde donde más se vende licor. Colombia es un país de tiendas de barrio. La cerveza es una bebida fundamental que ha acaparado el 20% de las ventas totales de esas tiendas y aún así tuvieron una caída en ventas durante el año pasado.

Esto ha prendido las alertas de toda la cadena, desde los productores hasta las tiendas que la comercializan. Si a esto se le añade que el Ministerio de Salud está trabajando en un decreto para endurecer los requisitos para que las empresas productoras obtengan su registro sanitario, el sector teme que las ventas sigan cayendo.

Por otra parte, el Ministerio de Hacienda también trabaja en un decreto para reglamentar la distribución del recaudo del IVA. Según el decreto, la distribución se haría de la siguiente forma: el 75% para aseguramiento con giro a la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud, ADRES, y el 25% restante al funcionamiento de las direcciones territoriales de salud departamentales o quien haga sus veces.

Una de las estrategias que ha puesto en marcha el sector es darle más fuerza a las bebidas premium. De acuerdo con Fenalco, la bebida que más consumen los colombianos es la cerveza con un 66,1% seguido del aguardiente con un 15%.

Sin embargo, el sector está innovando en bebidas más lujosas, como el caso del ron La Hechicera, que busca también abrir un mercado internacional con los licores colombianos.

El whisky también ha logrado abrirse paso en el mercado. De acuerdo con Acodil, en 2017 el consumo de whisky creció 52% en el país, 98,6% es whisky de mezcla y solo 1,7% de malta, aunque este ultimo es altamente consumido en Europa y Asia. Además de aumentar las ventas, el whisky también quiere romper estigmas.

Los productores de la bebida también quieren acercarlo un poco más al consumidor y sus hábitos alimenticios. Aunque tradicionalmente el wisky no es una bebida que acompañe las comidas se ha impuesto la moda de hacer maridajes entre alimentos, que van desde la entrada, pasando por el plato fuerte y concluyendo con el postre.