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Greta Thunberg: ¿Un fenómeno global o una moda pasajera?

La activista, líder del movimiento ‘Fridays For Future’, llamó la atención, de seguidores y detractores, después de acusar a los líderes mundiales de no hacer lo suficiente para revertir la crisis climática en el marco de la Cumbre de Acción por el Clima, que se llevó a cabo a finales de septiembre, en Nueva York.

Foto: @gretathunberg

Publicado: septiembre 29, 2019, 5:40 pm

En menos de un año, una adolescente sueca de 16 años se ha convertido en el ícono de la lucha contra el cambio climático, quien tuvo su momento de máxima exposición a través del discurso que declaró en la sede de las Naciones Unidas.

A los gobernantes de los países presentes en la Asamblea General de la ONU les dijo que ellos les habían robado a los jóvenes del mundo sus sueños y su niñez; además que eran culpables de “solo hablar de cuentos de hadas económicos mientras hay personas que están sufriendo y muriendo, y mientras ecosistemas enteros están colapsando”.

Para muchos, sus palabras llenas de ira son un llamado contundente a una crisis que viene en aumento, esta postura ha ganado cada vez más adeptos, especialmente, en las generaciones jóvenes que ven a Thunberg como una heroína, cuya voz representa la de miles de personas preocupadas por el futuro del planeta y de la humanidad.

En otros espacios políticos emblemáticos como el Parlamento Europeo, en Bruselas, o el Westminster en Londres, la ecologista ha solicitado medidas de emergencia para evitar “la extinción masiva”.

Su mensaje que empezó con una iniciativa de colegio denominada “Huelga de Escuela por el clima”, iniciada el 20 de agosto de 2018, logró el pasado 20 de septiembre movilizar alrededor de cuatro millones de personas en todo el mundo y al parecer esto es solo el principio de un movimiento que busca tener un impacto aún mayor.

Ella, junto con otros 15 jóvenes de 12 países, hicieron uso de una herramienta amparada en la Convención de los Derechos de los Niños para denunciar a ciertos países por considerar que estos han violado sus derechos al no ejecutar acciones eficientes para sortear la crisis climática.

Esta iniciativa es apoyada por la firma de abogados Hausfeld, una de las más prestigiosas por llevar casos asociados con medio ambiente y justicia social, que explicó por medio de Richard Lewis, abogado a cargo, que no se busca una compensación económica sino acelerar las políticas de los gobiernos para que corrijan los problemas medio ambientales causados por el cambio climático.

Su conocimiento sobre la problemática y la firmeza de sus declaraciones en escenarios que podrían intimidar a cualquier otra persona de su misma edad han llevado a que tenga más de 7 mm de seguidores en su cuenta de Instagram.

Para sus detractores, Thunberg es una niña que desde la comodidad de su vida de primer mundo puede acudir a pelear por una problemática que sería la última de las preocupaciones para una persona de su edad en un país subdesarrollado que abogaría, por ejemplo, por seguridad alimentaria inmediata o servicios básicos sanitarios.

De acuerdo con el columnista colombiano Luis Guillermo Vélez: “Está demostrado que cuando el PIB per cápita de un país llega a los US$5.000 a la gente le empieza a importar lo que pasa con el medio ambiente. Antes de eso está demasiado preocupada con sobrevivir. Por eso cocinan con leña, comen proteína animal, se calientan con carbón, se movilizan en vehículos viejos, no tienen alcantarillado y usan recipientes plásticos para conservar líquidos. Quienes ya tienen resueltas estas necesidades básicas, como ocurren en Suecia, la tierra de Greta, pueden darse el lujo de ser veganos, de conducir vehículos eléctricos, de usar paneles solares y de tomar agua de la llave en vasos de cristal”.

Efectivamente, Greta es vegana, no usa medios de transporte que usen combustibles fósiles, aduciendo que hace todo lo posible para reducir su huella de carbono. De hecho, para llegar hasta la sede de ONU en Estados Unidos utilizó un velero y recientemente el artista Arnold Schwarzenegger le obsequió un carro eléctrico para que pueda movilizarse y seguir difundiendo su discurso por el mundo sin contaminar.

Pero otros la acusan de desproporcionada, teniendo en cuenta que en sus apariciones constantemente justifica su decisión de actuar por el cambio climático porque “los adultos se están cagando en tu futuro”.

E incluso consideran exagerado que la sueca, a tan corta edad y con una experiencia tan breve en el activismo,  haya sido propuesta, en mazo, al Nobel de la Paz y, en mayo, ocupara la portada de la revista TIME que la reconoció como una de las 100 personas más influyentes del mundo y entre los 10 líderes de la próxima generación.

De esta misma manera, varias figuras y organizaciones han apoyado el activismo de Greta, tales como la canciller alemana Angela Merkel, el Papa Francisco, Greenpeace y Amnistía Internacional, por citar algunos.

“Ustedes sólo hablan de crecimiento económico verde y eterno porque están demasiado asustados de ser impopulares”, decía en diciembre a los asistentes a la COP24 en Katowice , Polonia.

Lo cierto es que como dice Vélez, la mitigación del cambio climático necesita inversiones altas de recursos para alcanzar la transición hacia tecnologías limpias, así como combatir la pobreza con crecimiento económico al ser esta una de los detonantes de la contaminación.

Habrá que ver si Greta se ha convertido realmente en una líder global con un movimiento político o si es un boom mediático que perderá fuerza con el tiempo como muchos de las iniciativas de su generación.

Los discursos y las buenas prácticas ambientales en el día de día por parte de jóvenes en países desarrollados alrededor del mundo pueden contribuir a contrarrestar los efectos del cambio climático, pero no serán soluciones completas ni definitivas. Aún así, está bien llamar la atención sobre un tema que está incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero que también no son la prioridad para muchos de los países más contaminantes y poderosos, económicamente hablando, como Estados Unidos y China.

 

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