Publicado: junio 27, 2017, 10:42 am
No importa el género, el gusto, la edad o el artista, cada vez son más los famosos de talla internacional que están pisando el suelo colombiano y que hacen mover la billetera de sus fanáticos para no perderse la oportunidad de corear sus canciones en un escenario.
Este lujo es algo que los colombianos no habían podido darse antes, pues por razones de seguridad y de precios, los artistas internacionales como The Rolling Sotnes, U2, Justin Bieber, entre otros, decidían saltarse del mapamundi a Colombia y viajar más hacia el sur como Argentina y Brasil, entre otros.
Sin embargo, las condiciones han cambiado en el país y ahora las puertas están abiertas para que estos famosos puedan deleitar a sus miles de seguidores en Colombia. El caso más reciente es el de la banda irlandesa U2, que estará en suelo colombiano el próximo sábado 7 de octubre, luego de varios años de especulaciones.
En 2007, se esperaba que la banda visitara Colombia, sin embargo, la imposibilidad de instalar una plataforma redonda en medio del lugar del espectáculo, como siempre lo han hecho en sus conciertos, no permitió que U2 estuviera en el país.
Ahora, el Campín será el escenario para que la banda irlandesa deleite a sus espectadores con las canciones más icónicas y lo nuevo de su álbum The Joshua Tree. Sin embargo, los costos no son tan económicos como cualquiera creería, es más, son bastante altos si se compara con los valores de boletería en otras partes de Latinoamérica.
Aun así, las billeteras de sus fanáticos colombianos parecieran estar ahorrando para el magno evento ya que, una vez se anunció el concierto y luego de que el 16 de junio se pusieran en vente, más de 10.000 aficionados se hicieron a su sagrada entrada.
Las boletas van desde 200.000 hasta 650.000 pesos. A estos valores hay que sumar el servicio de emisión de boletería de Tuboleta.
Aunque con un comienzo de la economía del país lento y un índice de confianza del consumidor bajo, la industria musical parece no verse afectada con lo logrado, pues los conciertos de bandas internacionales son cada vez más asiduos en el país y los aforos sobrepasan las expectativas.
Hace un par de días, Paul McCartney, la legendaria segunda voz y guitarrista de la banda The Beatles, anunció su segunda venida a Colombia. En esta oportunidad se presentará en Medellín, en el estadio Atanasio Girardot.
Las boletas aún no han salido a la venta, pero ya son miles de aficionados los que se preparan para revivir los éxitos del rockero inglés, que ha tenido una sólida carrera como solista llegando a ocupar los primeros puestos de los Billboard en diversas ocasiones.
Los precios de las entradas son: VIP: 1’500.000 pesos, Platino: 900.000 pesos, Oro 700.000 pesos, Occidental y Oriental: 470.000 pesos, Norte: 220.000 pesos y Cancha general: 170.000 pesos. Los valores no incluyen el servicio de Tuboleta.
Aunque se pensaría que los colombianos no cuentan con esa clase de sumas para darse un lujo como un concierto, lo cierto es que pesa más lo que representa la banda para sus fanáticos. Hace menos de 10 años atrás era imposible soñar con ver una banda como The Rolling Sotones, Maroon 5, Depeche Mode, Foo Fighters, entre otros grupos musicales legendarios.
Es más, existían agencias de viajes que ofrecían a los colombianos unos paquetes para viajar hasta Miami, Brasil, Argentina o incluso Perú para poder ir a ver a su banda favorita. Fácilmente, un colombiano podía pagar entre $1.500.000 y 2 millones de pesos por ir a ver en concierto a su grupo.
Entonces, no es descabellado pensar que se puedan pagar 500.000 o hasta dos millones de pesos por ir a ver a Paul McCartney, si años atrás se pensaba que la única forma de poderlos ver era en televisión, Mtv o viajando a Europa.
En este sentido, el gana gana no solo ha sido para los famosos, los empresarios que los traen y los fanáticos, sino también para el país. La industria de la música y el mercadeo de la misma se ha modificado en los últimos años. Antes, hace no menos de 10 años, la compra de discos era el mayor ingreso de número para los productores y músicos.
Sin embargo, con la evolución de las tecnologías y los servicios dedescargas, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Secretaría de Cultura realizaron un estudio en el que descubrieron que el 47.3% de los ingresos culturales del país provienen de los dineros que dan los conciertos. En este sentido, se puede decir que la industria de presentaciones en vivo le da al país 90.000 millones de pesos.
Las descargas de plataformas como Spotify y Deezer son de15 millones de dólares al año, aproximadamente.
De otro lado, se han presentado alivios financieros que permiten que la industria de los conciertos se abra paso en el país. Por ejemplo, el año pasado, se logró la disminución de impuestos gracias a la Ley de Espectáculos, con la cual se disminuyó del 33% al 8% el impuesto a la renta para los espectáculos de artistas no residentes en el país y se eliminó el IVA a los servicios artísticos con sonido, luces y tarimas.
Por otra parte, la necesidad de un escenario medianamente decente no se ha subsanado aún, pero en 2011 salió una resolución que asegura que mientras no exista un recinto especializado para recibirlos, se debe alternar el alquiler del estadio con otros lugares, como el parque Simón Bolívar y el Palacio de los Deportes, entre otros para el desarrollo de estos eventos”.
Estos avances van de la mano con los diferentes empresarios que se han puesto en la tarea de traer a los artistas y cerrar la brecha entre lo internacional y Colombia. Promotoras como T310 & Absent Papa, Ocesa y Evenpro, han sido fundamentales para que la industria musical se pueda vivir a otro nivel en el país.
Y es que es una tarea titánica si se cuenta los altos costos de las presentaciones. Por ejemplo, solo traer a Justin Bieber representa un costo aproximado de 200 millones de pesos, eso sin contar su estadía y todos los requerimientos propios de estas estrellas internacionales. Es por esta razón que los costos de las boletas, que en otros países pueden ser de 50 o 70 dólares, en Colombia alcanzan los 100 dólares, valores que tranquilamente están pagando los colombianos.
Las tarimas, las luces y toda la escenografía está puesta en Colombia para que los artistas más grandes de talla mundial tengan un encuentro cercano de primer nivel con sus fanáticos que han esperado años para verlos, aunque la pregunta que queda abierta es ¿Y el escenario perfecto para cuándo?
