“Para tener éxito es necesario que todos en la organización crean, hablen y se comporten sincronizadamente”, señala el libro ‘You Win in the Locker Room First’, de Jon Gordon y Mike Smith. “Aprendimos que las creencias y los comportamientos del pasado tenían que marcharse y que necesitábamos inculcar nuevas formas de pensar y actuar que todos pudieran seguir”.
El mayor desafío de las empresas y los líderes consiste en enfocar a su gente, construir un propósito con el todos se identifiquen para trabajar en equipo y lograr los objetivos con éxito. La frase que se ha convertido en cliché dice: ‘Las personas son lo más importante de la organización’ debe pasar del papel a la realidad, porque estas personas o colaboradores, son los que le dan vida a la organización y en el proceso de transformación son los que ejecutan el cambio.
“El gran reto está en preguntarse si la transformación de afuera ya está en su cabeza. La tecnología es un medio que vamos a tener que usar, pero las empresas tienen el reto de construir un servicio, una atracción y una innovación diferencial”, dice MartaOlga Arango, formadora y fundadora de Construyendo Sentido. Arango traslada la transformación, que casi siempre se tiene referencia hacia lo tecnológico o digital, no solo a colaboradores sino también a los líderes.
Porque todo el tiempo se está hablando de transformación en las empresas, pero el cambio de mentalidad, de trabajo en su ser y en su liderazgo, a lo que también se le llama transformación, debe darse en la alta gerencia y presidencia. “Cuando les decimos a los gerentes y presidentes que en el proceso de transformación comienza con ellos creen que es mentira. Por eso hacemos la gran pregunta: ¿el liderazgo en la organización se está transformando?”, dice Arango.
Cuando las personas empiezan a ser realmente una prioridad para las empresas, el proceso de transformación en más fácil, porque el líder empieza a ser autocrítico y a comprender cuáles son sus fortalezas y debilidades, y cuáles los cambios que se deben emplear en su equipo de trabajo. “Necesitamos tener mucha claridad del logro que queremos. La visión es muy importante en los CEO, pero no una visión pequeña, necesitamos una visión con propósito y esa misma ponerla en el corazón de la gente”, añade Arango.