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¿Soy un buen jefe?

La misión de un jefe es a menudo muy mal comprendida. Tiene que ver con lograr las cifras, claro que sí, tiene que ver con inspirar a la gente y con la fuerza y con la comprensión, con la inspiración y con interés, con conocimiento y con propósito… pero ¿cuál es el resultado de todo eso?

Foto de Rebrand Cities en Pexels

Publicado: noviembre 19, 2019, 5:33 am

Creo que la prueba máxima de todo líder es lograr que la gente haga lo que tiene que hacer porque lo quiere hacer. Y eso no es cosa fácil… pero no es imposible.

¿Puedo lograr todo lo anterior?

Las características anteriormente mencionadas se pueden aprender, y si además se comprende al ser humano en cierta medida, logrará ser un gran jefe.

El propósito de la vida

Por filosófica que parezca la pregunta, lo cierto es que la vida tiene un propósito. Cada persona le puede dar un propósito a su vida, y cuando la autoestima y el conocimiento de un individuo no son suficientes para que él mismo le pueda dar un propósito específico a su vida, sucede que siempre se encuentra alguien más que le asigne un propósito a la vida de ese individuo. Ese muchas veces tiene que ser su jefe. De otra manera será bastante desdichado.

Un propósito básico de todo ser humano es crear un efecto en su entorno, independientemente de si trabaja, estudia o se dedica a ser víctima de los demás. Mientras una persona pueda tomar sus propias decisiones y crear un efecto, bueno o malo, sentirá que ella es la causa. De otra manera sentirá que es efecto. Y esto es una pieza fundamental que un buen jefe debe comprender.

Auto-determinismo versus Responsabilidad

El auto determinismo se define como un estado del ser, en el cual el individuo puede, o no tiene que ser controlado por el entorno, según su propia voluntad. En otras palabras, es cuando uno puede tomar sus propias decisiones y hacer las cosas porque las quiere hacer. Y esto es lo que como jefe quiero lograr.

La responsabilidad es, por otro lado, la habilidad de responder con acciones (hacer algo al respecto) ante cualquier situación. También es personal, pero la mayoría de la gente no la entiende así.

El sistema en el que vivimos lleva a las personas a hacer cosas que no quieren hacer, por simple necesidad o por dinero, y eso las lleva a hacer las cosas (su trabajo) sin responsabilidad.

Entonces aquí encontramos una lucha entre el auto-determinismo y la responsabilidad. Cuando una persona se ve obligada a hacer algo que no quiere hacer (en contra de su auto-determinismo) entonces tiende a hacerlo de mala gana y por ende con baja calidad, en poca cantidad o fuera del tiempo acordado. ¿Y qué tiene que hacer el buen jefe ante tal situación?

El propósito una y otra vez

Lo primero que debería hacer es recordarle a su gente la razón por la que tiene sentido hacer el trabajo que hacen. La gente es capaz de trabajar mucho más duro y mejor por un propósito con el que estén de acuerdo, que por un salario. Esto es un hecho, y es válido por lo menos en las personas medianamente sanas. Es una obligación, un deber y un buen hábito del buen jefe el recordarle a su equipo el propósito por el que pertenecen al grupo y el propósito específico de su trabajo. Sin un propósito la gente perderá su motivación y se negará, tarde o temprano, a hacer lo que tiene que hacer.

Las barreras

Una vez la gente tiene propósito, estará dispuesta a sobrepasar barreras mucho más difíciles que las que estaría dispuesta a sobrepasar simplemente por un salario. Sin barreras la gente se vuelve infeliz. Si quieres hacer a alguien muy desdichado, solo tienes que solucionarle todos sus problemas. Entonces la gente necesita barreras, dificultades que pueda solventar. Las estadísticas son una barrera sana y racional.

El premio

Una vez una persona logra sobrepasar un obstáculo o alcanzar una meta, se siente muy realizado si recibe un premio. Y aquí se cierra el ciclo que hace que la gente haga lo que tiene que hacer porque lo quiere hacer: El propósito, las barreras y el premio es lo que hacen del trabajo un juego. Pero el líder tiene que saber también que no todos van a estar dispuestos a jugar. Y tendrá que sacar a algunos de la cancha.

 

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