La Federación Nacional de Cafeteros ha hecho varios llamados al gobierno sobre la la crisis que está pasando el sector y la caída del precio interno del grano que tiene en problemas a los caficultores.

A pesar de que en marzo de 2018 la producción de café tuvo un aumento del 2% con respecto a 2017, esto apenas representa 17.000 sacos que no se traducen en una mejoría del precio del producto.

La preocupación se refleja en las cifras del sector durante 2017 y lo que va corrido de 2018. De acuerdo con la FNC, 2017 cerró su producción con 14,2 millones de sacos, la misma cifra del año 2016 y la productividad por hectárea estaba en 18,8 sacos por hectárea, superior a los 18,3 de 2016, mientras que las exportaciones cerraron en un alza del 13,7%.

Por otra parte, en lo corrido de 2018 el precio del café suave cayó un 16,2% pasando de 1,44 dólares en 2017 a 1,21 dólares. Además, el precio interno del producto registró un deterioro del 13,7%.

Con todas las cifras a la baja, los cafeteros han pedido al gobierno que intervenga para salvaguardar la producción de uno de los productos más reconocidos de Colombia en el mundo.

Si bien el Gobierno ha prestado ayudas como la mejora en la obtención de créditos, el problema es que los altos costos de producción y la baja rentabilidad no les permiten a los productores acceder a estos recursos. Sin embargo, vale la pena destacar el objetivo de mantener iniciativas como la renovación de cafetales, que para 2018 se ha fijado una meta de 90 mil hectáreas. En 2017 fueron renovadas 72.849 hectáreas (es decir, 8,1% del área total) y al cierre del año se alcanzó una productividad de 18.84 sacos por hectárea.

“Todo el trabajo de la Federación y del gremio están enfocados en hacer de la caficultura una actividad competitiva y rentable que reduce su impacto ambiental y mejora las condiciones del productor en un entorno de mercado” dijo el Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Roberto Vélez Vallejo.

En este mismo frente, y con el ánimo de lograr una caficultura más productiva y sostenible, la FNC continua en el desarrollo de variedades resistentes a la roya y mejor adaptadas climáticamente, trabajo que sigue representando un gran bastión para Colombia con respecto a otros países productores.

Finalmente, la apuesta por la producción de cafés especiales y de valor agregado (Buencafé, Juan Valdez) sigue representando ventajas competitivas de la caficultura colombiana en la industria global.

NEGATIVO: Los aumentos en productividad no necesariamente reflejan el aumento del precio del producto.

POSITIVO: Con iniciativas como desarrollos tecnológicos y cafés especiales el sector espera repuntar en 2018