Publicado: diciembre 15, 2025, 3:45 pm
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Donald Trump ha firmado este lunes una orden ejecutiva para clasificar al fentanilo como «arma de destrucción masiva». El presidente de EE.UU. ha anunciado esta decisión durante una ceremonia en el Despacho Oval dedicada a imponer una distinción que ha empezado a conceder … su Administración, la Medalla en la Defensa de la Frontera con México, a miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad.
El fentanilo es un opiáceo destructivo, que en las últimas dos décadas ha provocado una epidemia de muertes por sobredosis en la primera potencia mundial. Parte del problema tiene que ver con la receta indiscriminada de opiáceos en el sistema médico de EE.UU., que provocó adicciones a esta sustancia y que acabó con mucha gente enganchada a la heroína. La aparición del fentanilo, mucho más potente que esta última, disparó el número de sobredosis.
Trump centra el problema de la lucha contra esta lacra en la frontera, en impedir que llegue la droga al territorio de EE.UU. Buena parte de sus precursores se exportan desde China y la mayoría de su producción ocurre en laboratorios de México.
Pero el fentanilo y su impacto en la sociedad de EE.UU. ha servido a Trump para justificar su campaña militar de ataques a narcolanchas en el Caribe y en el Pacífico, que han creado muchas dudas sobre su legalidad dentro y fuera de EE.UU. Y que provocaron una gran polémica cuando se conoció que en el primero de esos ataques, a comienzos de septiembre, el ejército de EE.UU. remató a dos supervivientes de un bote.
Trump y su Administración mantienen que son objetivos legales porque el presidente de EE.UU. ha designado a varios cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas. Y el multimillonario ha defendido que con cada una de esas narcolanchas hundidas con sus tripulantes se salva la vida de 25.000 estadounidenses, una referencia al número de sobredosis que puede suponer un cargamento de fentanilo. Sin embargo, se cree que si esas lanchas transportaban droga, sería cocaína.
La designación como «arma de destrucción masiva» busca dar más justificación legal a esos ataques y a otros que podrían ocurrir a partir de ahora. Durante meses, Trump ha estado amagando con la posibilidad de lanzar ataques contra objetivos terrestres del narcotráfico. En especial, en Venezuela, lo que algunos ven como una forma de presión al dictador del país sudamericano, Nicolás Maduro, para que deje el poder.
«Ninguna bomba hace lo que esto está haciendo», dijo Trump desde la Casa Blanca sobre el poder destructivo del fentanilo. Hasta ahora, la designación se ha utilizado para armas nucleares, biológicas, químicas o convencionales que son capaces de crear un daño enorme y duradero a la población o las infraestructuras de un rival específico.
El término tiene mucha carga política en EE.UU.: la determinación de la existencia de armas de destrucción masiva fue lo que motivó la invasión de Irak por parte de EE.UU. a comienzos de siglo, una decisión con muy poco apoyo hoy en día.
La fuerza del discurso de Trump contra el narcotráfico y los carteles contrastan con la clemencia que ha mostrado con figuras relacionadas con el tráfico de droga. A comienzos de mes, Trump indultó al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, que cumplía una sentencia de 45 años de prisión en EE.UU. por acusaciones de dirigir un ‘narco-estado’. Pero también perdonó en el primer día de su segundo mandato a Ross Ulbricht, que creó el mayor mercado negro en internet para la compraventa de productos ilícitos, entre ellos, de droga. Y ha indultado también a narcos locales como Larry Hoover, de Chicago, y Garnett Gilbert Smith, de Baltimore.
