Publicado: diciembre 3, 2025, 9:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/vez-evidente-trump-putin-quieren-repartir-occidente-20251203041242-nt.html
Quién iba a pensar que a ritmo de chachachá, la banalidad del mal podía ser todavía mucho más banal. Nicolás Maduro baila como si fuera el último ‘fiestuqui’ en el búnker de la Cancillería. Donald Trump, entre cabezadas e improperios cada vez más … difíciles de ignorar, demuestra que el siglo de MAGA es el siglo XIX. Y Vladímir Putin recuerda que solamente le interesa una victoria incondicional en su guerra de agresión contra Ucrania. No hay duda de que para el ocupante del Kremlin, es mucho mejor que le teman a que le ignoren. Sobre todo en Europa.
Pese a presumir tanto de ‘America First’, la Administración Trump está demostrando un intervencionismo como no se había visto en Washington desde hace muchas décadas. Una cosa es no querer seguir leyendo la cartilla a los sátrapas del mundo, y de paso aceptar sus regalitos. Y otra cosa es respetar a sus vecinos. El segundo mandato de Trump es un constante troleo internacional, sobre todo en el continente americano. Desde Groenlandia hasta Argentina y Brasil, pasando por Canadá, Panamá, México, Honduras, El Salvador, Colombia y, por supuesto, Venezuela.
En esta sobredosis de injerencia, Trump ha encontrado un enemigo especialmente útil en el régimen de Maduro. A la dictadura de Caracas se le puede acusar de todo, incluso de instigar las «zonas de guerra» urbanas de Estados Unidos, que sirven de excusa a más que cuestionables despliegues militares desde Los Ángeles a Washington DC. En su búsqueda de una «pequeña guerra espléndida», Trump ha encontrado en el Caribe el escenario perfecto. No importa que ni un gramo de fentanilo venga de Venezuela.
En esta sintonía de mentiras, abusos del derecho internacional y Dios sabe qué más, Putin también apunta a Europa, que es la parte que le corresponde en el reparto en curso de Occidente entre Estados Unidos y Rusia. El Kremlin que sabe muy bien quiénes son los únicos dispuestos a respaldar a Ucrania en una guerra que, si fuera por Trump, hubiera terminado hace mucho tiempo de la manera más vergonzosa y peligrosa posible.
