Publicado: noviembre 25, 2025, 9:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/acto-criminal-respuesta-israel-agresiva-20251126174249-nt.html
Entre las ruinas de Ciudad de Gaza, en un lugar indeterminado junto a una pared mordida por los disparos y la metralla, un hombre con cazadora se sienta delante de un ordenador y entra en videoconferencia con un grupo de periodistas que atienden desde … Tel Aviv en una convocatoria de la organización israelà Fuente Latina, dedicada a difundir la realidad israelà en los medios. Moumen al Natour, cofundador del movimiento de protesta Queremos vivir, iniciado en 2019 contra Hamás, es un antiguo preso polÃtico y uno de los principales defensores de establecer zonas seguras y libres de terroristas. Su testimonio, pronunciado entre los estragos de la guerra y poniendo en riesgo su vida –este fin de semana ha logrado escapar al exilio–, da medida de la creciente oposición al régimen de los terroristas.
—¿Cuál es su posición sobre el 7 de octubre y lo sucedido después?
—Lo condeno. Ese acto no nos representa ni representa a ningún movimiento de liberación. Ojalá la respuesta israelà al 7 de octubre hubiera consistido en separar a la población civil de los combatientes mediante la creación de zonas seguras. Más del 80% de Gaza está destruida. Ojalá el Gobierno israelà hubiera debatido internamente esta posibilidad para evitar tantas consecuencias. Muchos civiles sufren ahora los efectos de esta guerra. Y no se trata de decir que Gaza es diferente de Hamás ni lo contrario. Antes del 7 de octubre, muchas personas acudÃan a Gaza para desafiar o denunciar a Hamás por su brutalidad. Pero ahora, tras presenciar lo que Hamás les infligió, muchos palestinos en Gaza se pronuncian públicamente contra ellos desde dentro de la ciudad. El 7 de octubre fue un crimen real, un acto criminal, pero la respuesta israelà fue muy agresiva, y yo mismo sufrà por ella tanto como por Hamás, aunque estoy en contra de ambos. PodrÃa haberse calculado mejor si se hubiera establecido una zona segura donde los civiles pudieran refugiarse, y después Israel habrÃa podido borrar a Hamás de la faz de la tierra.
—¿Cómo podrÃa Israel haber mejorado su papel?
—Desde enero de 2024 he abogado por el establecimiento de zonas seguras: áreas libres de Hamás donde los civiles puedan residir y tener acceso a asistencia médica y artÃculos de primera necesidad. Sin embargo, esta propuesta aún no se ha implementado.
—¿Por qué concede esta entrevista?
—Queremos enviar el mensaje de que nosotros no somos Hamás. Representan solo a una pequeña parte de la población palestina en Gaza. Tienen cierta presencia en Cisjordania y en algunos paÃses árabes, pero no nos representan; al contrario, Hamás nos ha perseguido. Debemos liberar Gaza –y al mundo– de Hamás.
—¿Existen dos Gazas?
—Si observamos el territorio, vemos que hay dos Gazas. Una está detrás de la lÃnea amarilla, libre de Hamás; la otra, bajo su control. Debemos centrarnos ahora en la zona amarilla, donde hay presencia militar israelÃ, para que lleguen fuerzas internacionales, atraigan a más personas y desplazados internos y podamos proclamar un gobierno autónomo durante este periodo de transición. Debemos tener una región autónoma. Creo que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU nos beneficiará si trabajamos en estas zonas seguras, donde la población civil estará más protegida.
—¿Está siendo más violenta la organización contra los disidentes tras el principio de acuerdo de paz?
—Lo que han visto recientemente es solo un ejemplo de lo que hemos vivido desde 2007. Hamás siempre ha practicado este tipo de actos criminales que aterrorizan a la población de la franja de Gaza. Actúa asà cuando percibe que va a perder el control sobre los civiles. Para ellos, los civiles son su mayor activo: siempre se escudan tras ellos, sobre todo tras los jóvenes. Por eso necesitamos trasladar a los civiles a estas zonas amarillas, donde no están bajo su dominio. Al liberar a los civiles, arrebatamos a Hamás su principal fuente de poder.
—¿Cómo se esconden?
—Sus túneles se extienden bajo nuestras casas, escuelas y hospitales. Asà utilizan a la población civil. También se esconden en centros para desplazados internos, escuelas –incluidas las internacionales– y hospitales, mezclándose con los civiles. Esta es otra de las maneras en que Hamás utiliza a la población.
—¿Cuál es la situación en la región después de dos años de guerra?
—La mayor parte de la población está muy deprimida. Desde la madrugada, la gente intenta conseguir comida y agua. En los campamentos afectados por el reciente temporal, muchas personas han perdido sus tiendas, y una nueva puede costar mil dólares. Además, la ayuda no llega porque Hamás la desvÃa y la revende.
