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Morir o no por la patria, el debate nacional en Francia

Francia teme el enfrentamiento militar directo con la Rusia de Putin, en Ucrania u otro escenario europeo. Ante ese riesgo, denunciado por los militares del más alto rango en varios países europeos, el general Fabien Mandon, jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, … ha abierto un gran debate nacional al declarar que «Francia siempre ha demostrado su grandeza de alma, aceptando la muerte de sus hijos».
Dirigiéndose a la gran asamblea de alcaldes de Francia (unos 35.000), Mandon, máxima autoridad militar tras el jefe del Estado, hizo un inquietante balance de la inseguridad de Francia y toda Europa. Según alertó, la guerra de Ucrania y la amenaza de Rusia continúan creciendo, Estados Unidos se aleja de la defensa europea, la potencia militar china sigue creciendo; el terrorismo islámico de Oriente Próximo y África es cada vez más amenazante, la paz está en riesgo en las fronteras europeas, la construcción de una Europa militar «fuerte» es una «necesidad urgente».
Días antes, el ministro alemán de la Defensa, Boris Pistorius, hizo un análisis muy semejante, llegando a la misma conclusión. Los riesgos de enfrentamiento militar directo con Rusia «continúan creciendo y son previsibles a corto plazo, dos o tres años».

Ante esa realidad, Mandon declaró: «Si nuestro país flaquea, si no somos capaces de aceptar la pérdida de nuestros hijos, hay que decir las cosas como son, corremos riesgos muy graves. Creo que Francia ha demostrado la fuerza de su alma en los momentos difíciles. Ha llegado el momento de hablar en nuestros pueblos, en nuestras ciudades, decir que estamos dispuestos de perder a nuestros hijos…».
Era una fórmula «elíptica» de reafirmar la disposición a «morir por la patria» en los momentos cruciales. A su juicio, Francia y Europa viven hoy ese momento crucial.
Ese llamamiento sin fisuras al heroísmo más tradicional ha precipitado reacciones incendiarias y un gran debate nacional. Extrema izquierda, extrema derecha, comunistas, ecologistas y buena parte de la familia socialista (dividida) han reaccionado muy violentamente en contra.

Debate sobre la patria

Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), fue el primero en reaccionar: «Estoy en desacuerdo en la aceptación de la pérdida de nuestros hijos en una guerra. No le corresponde a un general invitar a los alcaldes a organizar preparativos guerreros que nadie ha decidido».
Sébastien Chenu, portavoz de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, reaccionó en el mismo tono: «El general no tiene ninguna legitimidad para alarmar a los franceses con suposiciones que no tienen nada que ver con la línea oficial del Gobierno de Francia».
Fabien Roussel, líder del PCF, comparte el mismo punto de vista: «Ha sido una intervención peligrosa e inaceptable. Somos partidarios de la defensa nacional, pero nos parecen insoportables esos discursos guerreros».
En el seno del PS, el llamamiento a la aceptación de la muerte de los hijos caídos por la patria divide significativamente. François Hollande, expresidente, lanzó varias ofensivas militares internacionales y guarda un silencio «comprensivo». La izquierda socialista calla preventivamente.

Prepararse para un conflicto

Por el contrario, un socialista independiente, aliado pero diferente al PS, Raphaël Glucksmann, hijo del famoso filósofo, ha lanzado la más brillante defensa de las tesis del general Mandon: «Las avestruces se han desatado con violencia dejando al descubierto el espíritu de capitulación en el seno de nuestra clase política [ .. ] No queremos la guerra, repiten, como si nuestros militares la desearan. Nadie quiere la guerra, sobre todo nuestros militares. Nadie la quiere, salvo el tirano que la desencadenó contra Ucrania y Europa. No prepararse hoy moral, material y estratégicamente sería una ligereza culpable. Sería un crimen contra la paz, la libertad y la seguridad de los europeos. El general Mandon ha cumplido con su deber de alertar».
Catherine Vautrin, ministra de Defensa, salió con rapidez en defensa de Mandon: «El jefe del Estado Mayor tiene completa legitimidad para expresar sus opiniones ante las amenazas que continúan progresando contra nuestra seguridad. Y ha sido muy oportuno hacer esas advertencias ante los alcaldes de Francia». A la titular de Defensa no se le escapa la gravedad de la polémica nacional e intenta «desactivarla» de este modo: «Los politicastros han sacado de contexto unas declaraciones importantes de un militar que sabe hasta qué punto los jóvenes se juegan la vida por la nación cada día».
En tanto que presidente del Senado y personalidad histórica del centroderecha, Gérard Larcher ha intentado una cierta pedagogía política de fondo, apoyando al general Mandon: «El jefe de Estado Mayor también tiene por misión alertarnos de los problemas y amenazas pendientes. Debemos escucharlo. Todos estamos obligados al respeto y responsabilidad ante grandes principios y valores comunes, como son la democracia y los derechos del hombre. En esos valores se fundaron Europa y la paz, tras la Segunda Guerra Mundial. Europa fue construida con esos principios. Y no se puede, no podemos abdicar de esos valores ante algunos Estados totalitarios».
Ante la gravedad de la tormenta política y moral, en la matriz primera de la seguridad nacional, los franceses se sienten profundamente inquietos. Según un sondeo publicado por varios diarios de provincias, un 65% de los franceses consideran «chocante» la declaración de Mandon: «Debemos aceptar la pérdida de nuestros hijos». Un 32% la consideran aceptable. Al mismo tiempo, un 86% son favorables a la restauración del servicio militar obligatorio «para reforzar nuestra seguridad nacional».

Publicado: noviembre 25, 2025, 1:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/morir-patria-debate-nacional-francia-20251124192720-nt.html

Francia teme el enfrentamiento militar directo con la Rusia de Putin, en Ucrania u otro escenario europeo. Ante ese riesgo, denunciado por los militares del más alto rango en varios países europeos, el general Fabien Mandon, jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, ha abierto un gran debate nacional al declarar que «Francia siempre ha demostrado su grandeza de alma, aceptando la muerte de sus hijos».

Dirigiéndose a la gran asamblea de alcaldes de Francia (unos 35.000), Mandon, máxima autoridad militar tras el jefe del Estado, hizo un inquietante balance de la inseguridad de Francia y toda Europa. Según alertó, la guerra de Ucrania y la amenaza de Rusia continúan creciendo, Estados Unidos se aleja de la defensa europea, la potencia militar china sigue creciendo; el terrorismo islámico de Oriente Próximo y África es cada vez más amenazante, la paz está en riesgo en las fronteras europeas, la construcción de una Europa militar «fuerte» es una «necesidad urgente».

Días antes, el ministro alemán de la Defensa, Boris Pistorius, hizo un análisis muy semejante, llegando a la misma conclusión. Los riesgos de enfrentamiento militar directo con Rusia «continúan creciendo y son previsibles a corto plazo, dos o tres años».

Ante esa realidad, Mandon declaró: «Si nuestro país flaquea, si no somos capaces de aceptar la pérdida de nuestros hijos, hay que decir las cosas como son, corremos riesgos muy graves. Creo que Francia ha demostrado la fuerza de su alma en los momentos difíciles. Ha llegado el momento de hablar en nuestros pueblos, en nuestras ciudades, decir que estamos dispuestos de perder a nuestros hijos…».

Era una fórmula «elíptica» de reafirmar la disposición a «morir por la patria» en los momentos cruciales. A su juicio, Francia y Europa viven hoy ese momento crucial.

Ese llamamiento sin fisuras al heroísmo más tradicional ha precipitado reacciones incendiarias y un gran debate nacional. Extrema izquierda, extrema derecha, comunistas, ecologistas y buena parte de la familia socialista (dividida) han reaccionado muy violentamente en contra.

Debate sobre la patria

Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), fue el primero en reaccionar: «Estoy en desacuerdo en la aceptación de la pérdida de nuestros hijos en una guerra. No le corresponde a un general invitar a los alcaldes a organizar preparativos guerreros que nadie ha decidido».

Sébastien Chenu, portavoz de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, reaccionó en el mismo tono: «El general no tiene ninguna legitimidad para alarmar a los franceses con suposiciones que no tienen nada que ver con la línea oficial del Gobierno de Francia».

Fabien Roussel, líder del PCF, comparte el mismo punto de vista: «Ha sido una intervención peligrosa e inaceptable. Somos partidarios de la defensa nacional, pero nos parecen insoportables esos discursos guerreros».

En el seno del PS, el llamamiento a la aceptación de la muerte de los hijos caídos por la patria divide significativamente. François Hollande, expresidente, lanzó varias ofensivas militares internacionales y guarda un silencio «comprensivo». La izquierda socialista calla preventivamente.

Prepararse para un conflicto

Por el contrario, un socialista independiente, aliado pero diferente al PS, Raphaël Glucksmann, hijo del famoso filósofo, ha lanzado la más brillante defensa de las tesis del general Mandon: «Las avestruces se han desatado con violencia dejando al descubierto el espíritu de capitulación en el seno de nuestra clase política [ .. ] No queremos la guerra, repiten, como si nuestros militares la desearan. Nadie quiere la guerra, sobre todo nuestros militares. Nadie la quiere, salvo el tirano que la desencadenó contra Ucrania y Europa. No prepararse hoy moral, material y estratégicamente sería una ligereza culpable. Sería un crimen contra la paz, la libertad y la seguridad de los europeos. El general Mandon ha cumplido con su deber de alertar».

Catherine Vautrin, ministra de Defensa, salió con rapidez en defensa de Mandon: «El jefe del Estado Mayor tiene completa legitimidad para expresar sus opiniones ante las amenazas que continúan progresando contra nuestra seguridad. Y ha sido muy oportuno hacer esas advertencias ante los alcaldes de Francia». A la titular de Defensa no se le escapa la gravedad de la polémica nacional e intenta «desactivarla» de este modo: «Los politicastros han sacado de contexto unas declaraciones importantes de un militar que sabe hasta qué punto los jóvenes se juegan la vida por la nación cada día».

En tanto que presidente del Senado y personalidad histórica del centroderecha, Gérard Larcher ha intentado una cierta pedagogía política de fondo, apoyando al general Mandon: «El jefe de Estado Mayor también tiene por misión alertarnos de los problemas y amenazas pendientes. Debemos escucharlo. Todos estamos obligados al respeto y responsabilidad ante grandes principios y valores comunes, como son la democracia y los derechos del hombre. En esos valores se fundaron Europa y la paz, tras la Segunda Guerra Mundial. Europa fue construida con esos principios. Y no se puede, no podemos abdicar de esos valores ante algunos Estados totalitarios».

Ante la gravedad de la tormenta política y moral, en la matriz primera de la seguridad nacional, los franceses se sienten profundamente inquietos. Según un sondeo publicado por varios diarios de provincias, un 65% de los franceses consideran «chocante» la declaración de Mandon: «Debemos aceptar la pérdida de nuestros hijos». Un 32% la consideran aceptable. Al mismo tiempo, un 86% son favorables a la restauración del servicio militar obligatorio «para reforzar nuestra seguridad nacional».

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