Publicado: noviembre 24, 2025, 5:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/estilo/moda/balenciaga-chanel-dior-gucci-desfiles-moda-convirtieron-20251124104532-nt.html
Apenas duran quince minutos, pero sus imágenes dan la vuelta al mundo: los desfiles de moda son espectáculos mediáticos, rituales sociales y manifestaciones culturales, todo a la vez. Lo que comenzó como una presentación íntima en los salones parisinos allá por … el 1900, se ha convertido en un evento global en el que la arquitectura, la escenografía, la coreografía, la iluminación, el sonido y el atrezo se fusionan en un espacio narrativo de múltiples capas. Queda claro que los desfiles de moda siempre reflejan los ideales corporales y los cambios sociales, lo que suscita preguntas sobre los motivos que los impulsan. ¿Qué mitos, valores y sueños se negocian? ¿Qué historias se cuentan y qué estructuras de poder se representan?¿Qué revela un desfile de moda sobre la colección que se exhibe y sobre la época en la que se creó?
Ahora, una exposición en el Vitra Design Museum de Alemania presenta una gran muestra dedicada al fenómeno del desfile de moda. «Catwalk: The Art of the Fashion Show», inaugurada el pasado mes de octubre, explora la historia y la importancia cultural de los desfiles desde sus primeras formas hasta la actualidad y reúne a firmas como Azzedine Alaïa, Balenciaga, Chanel, Dior, Gucci, Maison Martin Margiela, Prada, Viktor & Rolf, Louis Vuitton, Yohji Yamamoto y muchas otras. Piezas originales de las colecciones, material fílmico y fotográfico, objetos escénicos e invitaciones a los desfiles dan vida a más de 100 años de historia de la moda en la pasarela.
De desfilar en salones a la Inteligencia artificial
El recorrido empieza remontándose a inicios del siglo XX, cuando las tendencias se presentaban a una clientela selecta, principalmente en los salones de los modistos. Los primeros documentos cinematográficos y efímeros presentan a los protagonistas de esta época, como Charles Frederick Worth, uno de los primeros en presentar la moda en mujeres reales en lugar de maniquíes. Lucile y Paul Poiret vincularon la presentación de la moda con la narración de historias, mientras que Coco Chanel hizo que sus maniquíes descendieran dramáticamente por una escalera con espejos hasta el salón.
La segunda parte de la exposición recorre el periodo en el que los desfiles de moda salieron de los salones y se trasladaron a la ciudad con el auge de la moda prêt-à-porter, en conexión con las subculturas. En 1958, Chloé invitó a sus invitados al Café de Flore, famoso lugar de reunión de artistas. Diseñadores como Courrèges y Paco Rabanne experimentaron con el espacio y el movimiento, mientras que Kenzo transformó sus desfiles en fiestas. Es legendaria la Batalla de Versalles, un duelo de moda entre diseñadores franceses y estadounidenses en 1973, en el que los estadounidenses desafiaron a la alta costura francesa, hasta entonces dominante, lo que supuso el salto internacional de la moda estadounidense. Ya en los 90, con el auge de las supermodelos, los desfiles de moda ganaron visibilidad mundial. Un desfile de Versace (otoño/invierno de 1991), en el que Cindy Crawford, Naomi Campbell, Linda Evangelista y Christy Turlington cantaron juntas el éxito Freedom de George Michael, se convirtió en emblemático de esta época.
La tercera sección de la exposición comienza en torno al cambio de milenio, cuando los desfiles de moda se convirtieron en grandes eventos mediáticos con presupuestos cada vez mayores y la influencia de corporaciones como LVMH y Kering. Karl Lagerfeld estableció nuevos estándares con Chanel, creando espectaculares escenarios en el Grand Palais de París, desde un supermercado meticulosamente escenificado hasta el lanzamiento de un cohete y una marcha de protesta en una réplica de bulevar. Los accesorios originales y las maquetas arquitectónicas del desfile del supermercado (otoño/invierno 2014/15) y del cohete (otoño/invierno 2018) ilustran la opulencia de estas puestas en escena. Alexander McQueen hizo que dos robots industriales pintaran con spray un vestido en directo en el escenario, mientras que Viktor & Rolf vistieron a una modelo con nueve capas, una por una, en su desfile minimalista de moda Russian Doll (otoño de 1999). Martin Margiela trasladó sus presentaciones a un hospital vacío, un aparcamiento o un solar desocupado cuyos desfiles se han convertido en auténticas performances que dejan huella.
La pandemia aceleró el auge de los formatos híbridos y puramente digitales. En el cortometraje ‘The Dior Myth’, Dior presentó una colección en miniatura en una casa de muñecas (otoño/invierno 2020), Loewe envió un Show in a Box (primavera/verano 2021) y Balenciaga colaboró con Matt Groening en un episodio de Los Simpson (primavera/verano 2022), en el que los personajes desfilaban en una pasarela. Las casas de moda y los diseñadores involucran cada vez más a artistas y coreógrafos en sus desfiles: Issey Miyake presentó One Minute Sculptures de Erwin Wurm (primavera/verano 2025) y Sharon Eyal creó una performance de danza (primavera/verano 2019) para un desfile de Dior.
Los desfiles recientes suelen utilizar el cuerpo humano como escenario para la negociación política y social. Rick Owens hizo que unas mujeres llevaran a otras (primavera/verano de 2016), y Alessandro Michele, en Gucci (otoño/invierno de 2018), hizo referencia al Cyborg Manifesto feminista de Donna Haraway en un quirófano futurista. En el Parliament Show de Balenciaga (primavera/verano 2020), los maquilladores aplicaron prótesis faciales a algunas modelos, cuestionando los ideales de belleza en la era de las redes sociales. Un recorrido por un total de cuatro salas diseñadas para reflejar el estilo de sus respectivas épocas, trazando las etapas centrales del desfile de moda, desde el salón de alta costura de élite hasta los formatos experimentales de prêt-à-porter, desde la pasarela clásica hasta las performances digitales contemporáneas. La exposición estará abierta al público hasta febrero de 2026 en el Vitra Design Museum de Weil Am Rhein (Alemania).
