Publicado: noviembre 23, 2025, 11:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/bolsonaro-asegura-manipulo-tobillera-alucinaciones-medicamentos-psiquiatricos-20251123181906-nt.html
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, permanecerá detenido en una celda especial de la Policía Federal (PF), en Brasilia, tras informar en una audiencia que manipuló la tobillera electrónica motivado por la «paranoia» y «alucinaciones» causadas por el uso de medicamentos psiquiátricos.
«Al … ser preguntado sobre el equipo de vigilancia electrónica, el declarante respondió que tuvo una «cierta paranoia» entre el viernes y el sábado debido a los medicamentos que ha estado tomando recetados por diferentes médicos y que interactuaron de forma inadecuada», dice el acta de la audiencia realizada por videoconferencia ante la jueza Luciana Yuki Fugishita Sorrentino.
Bolsonaro también declaró que «alucinó» con que había algún micrófono en la tobillera y que por eso intentó abrirla. La audiencia de custodia es un paso judicial que ratifica la legalidad de su arresto, obligatorio en el derecho penal brasileño. El líder ultraderechista se encuentra detenido desde el sábado por orden del juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, por evidencias de riesgo de fuga de la prisión domiciliaria en la que se encontraba desde agosto y no por la condena por intento de golpe de Estado.
La prisión preventiva de Bolsonaro fue determinada por Moraes en la madrugada del sábado, como medida de garantizar el orden público ante la vigilia convocada por el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente. El factor decisivo, sin embargo, fue el intento de sabotaje a la tobillera electrónica que Bolsonaro utilizaba desde el 4 de agosto, fecha en que comenzó su arresto domiciliario por incumplir medidas cautelares previas, como la prohibición de usar redes sociales de terceros para atacar a la Corte.
Un informe de la Secretaría de Administración Penitenciaria del Distrito Federal reveló que la tobillera de monitoreo presentaba «señales claras e importantes de avería», con evidentes marcas de quemadura. Interrogado por una policía penal, el expresidente confesó en un vídeo registrado en el proceso, que usó una herramienta de soldadura para manipular el aparato. «Le metí un fierro caliente», confesó Bolsonaro, confirmando que usó un «fierro de soldar» apenas por «curiosidad».
En su segundo día de detención, el exmandatario recibió las visitas de sus abogados y de su equipo médico personal, el cirujano-general Cláudio Birolini y el cardiólogo Leandro Echenique. Su defensa ha solicitado reiteradamente una prisión domiciliaria humanitaria citando un «cuadro clínico grave» y «múltiples comorbilidades» que representan un riesgo concreto para su vida en una prisión regular. El juez Moraes ha autorizado esas visitas y garantizado que la salud del expresidente será monitoreada. En un informe la defensa detalla el historial de cirugías de Bolsonaro desde la cuchillada que sufrió en un atentado en 2018, que le han generado problemas cardíacos, pulmonares y gastrointestinales.
Resultado del sabotaje de la tobillera electrónica del expresidente Bolsonaro
Moraes también ha autorizado la visita de la ex primera dama, Michelle Bolsonaro, en la tarde del domingo, después de la audiencia, pero aún no autorizó la solicitud de la defensa para que los hijos del expresidente también pudieran visitarlo. «La defensa no indicó cuáles hijos del reo pretenden realizar la visita, providencia necesaria para el registro», respondió el juez que solicitó que completen las informaciones.
La detención de Bolsonaro fue confirmada por su riesgo de fuga al tratar de destruir la tobillera. La activación de la alarma del dispositivo a las 00:08, hora local, fue interpretada como prueba irrefutable de la intención de eludir la acción de la justicia. En su decisión, el juez citó la posibilidad de riesgo de fuga y la cercanía de la casa del expresidente a la Embajada de Estados Unidos y recordó que Bolsonaro ya había planeado antes pedir asilo en Argentina.
La situación legal de Bolsonaro se ha agravado progresivamente desde que fue condenado a 27 años de cárcel en septiembre, una pena que aún no es definitiva y sigue en fase de recursos. El expresidente deberá aguardar ahora esos recursos en una celda especial de 12 metros cuadrados, con las mismas características en las que ya fueron detenidos el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el expresidente Michel Temer. Del lado de fuera del edificio un grupo de seguidores piden su liberación y prometen mantenerse en vigilia.
