«El plan de Trump es lo mismo que pedirle a EE.UU. que ceda Alaska» - Colombia
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«El plan de Trump es lo mismo que pedirle a EE.UU. que ceda Alaska»

Los generadores retumban y las alarmas cesan por falta de luz. Por delante quedan varias horas de apagón y una potente explosión hace saltar las alarmas de los coches. En la puerta de su negocio está Oleksii Brizhuk aprovechando el débil sol de noviembre. … Este empresario de Kramatorsk, como todos los ucranianos, está bien enterado de los 28 puntos incluidos en el plan de paz elaborado por Estados Unidos. Pero hay uno de ellos que le afecta especialmente: Trump exige a Zelenski que entregue su ciudad natal al país que trajo la muerte y destrucción a Ucrania. Oleksii piensa durante varios segundos antes de contestar; su mirada delata una zozobra profunda. «No va a funcionar. No se puede negociar con bárbaros. Ellos han destruidos nuestras ciudades, han matado a niños. a personas civiles. Queremos una paz, pero debe ser justa. Si entregamos el Dombás, va a ser una catástrofe», apunta con un tono bajo.
Las presiones que la Casa Blanca ejerce sin cuartel contra el país invadido se sienten especialmente aquí. Kramatorsk conoce la guerra desde hace más de una década. La urbe se convirtió en la capital administrativa de la región de Donetsk, después de que los separatistas a las órdenes de Moscú tomaran el poder en parte de esta provincia oriental de Ucrania. Ahora, después de tres años de guerra y miles de defensores caídos, hay políticos extranjeros intentando decidir su destino. «Yo me pregunto qué diría Trump si su país se viese en una situación parecida y Moscú le exigiese entregar Alaska», zanja Brizhuk.
Con el frente a 20 kilómetros y ante la amenaza constante de drones y misiles enemigos, la vida se sigue imponiendo en el este de Ucrania. Marina despacha a unos clientes en su pequeña tienda. Ella prefiere no decir su apellido por precaución. La mujer ya vivió en sus propias carnes la ocupación hace años. Otra vez tiene sus cosas preparadas para irse, señala, por si los rusos tomasen control de la ciudad. Esboza un gesto de cansancio y cierra los ojos tras escuchar la pregunta que ya todos en Ucrania se han respondido internamente en varias ocasiones. «No podemos confiar en una negociación con los rusos. Quiero que la guerra acabe, pero lo peor de todo es toda la gente que ya se ha muerto. Ellos ya nunca volverán». A última hora de la tarde, la luz volvió a Kramatorks mientras todo el país asiste al enésimo giro de Trump en su estrategia para poner fin a la guerra.

Zelenski apeló una vez a la unidad del pueblo este viernes, una fecha señalada en el calendario ucraniano. Era el Día de la Dignidad y la Libertad, que conmemora las dos grandes revoluciones de la Ucrania independiente. En un discurso dirigido a la nación, el mandatario presentó una disyuntiva sombría en este 2025: «O perder su dignidad, o arriesgarse a perder un socio clave». Las autoridades ucranianas prometen defender el interés nacional.

Un duro invierno

Ucrania se enfrenta, en palabras de su presidente, a uno de los momentos más difíciles de su historia y tendrá que definir su posición ante los socios. El invierno comenzará oficialmente en menos de diez días. Los apagones duran hasta 16 horas en algunas grandes ciudades, complicando la vida a millones de personas, y Rusia lanza ataques diarios contra la infraestructura energética.
La situación en el campo de batalla es también complicada por los avances enemigos en varios puntos del frente, incluidas las regiones de Donetsk, Járkov y Zaporiyia. Y el poder del Gobierno está debilitado después de un escándalo de corrupción en el sector energético. Ante esta situación, Trump aprovecha para presionar y demanda una respuesta rápida a una propuesta que la mayoría de ucranianos consideran una capitulación.
«No puedo imaginar a ningún diputado en su sano juicio votando a favor de enmiendas constitucionales que reconozcan las pérdidas territoriales. Esto es traición en estado puro», destacó la diputada del partido opositor Solidaridad Europea Iryna Gerashchenko en sus redes sociales.
Ucrania ya ha vivido otros episodios de presión similares por parte del aliado estadounidense. Poco consideran probable que Ucrania acepte estos términos y nada parece indicar que, en este momento, Rusia renuncie a sus posiciones maximalistas. «No creo que haya un acuerdo de paz para el 27 de noviembre, independientemente de las amenazas. Ya hemos pasado por esto antes; estamos dando vueltas en círculos», destacó Tatarigami, famoso analista ucraniano y ex oficial de la Fuerzas Armadas del país. Ucrania se enfrenta a su invierno más duro no solo por la guerra, sino por la paz que quiere imponer Trump.

Publicado: noviembre 21, 2025, 9:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/plan-trump-pedirle-eeuu-ceda-alaska-20251121202105-nt.html

Los generadores retumban y las alarmas cesan por falta de luz. Por delante quedan varias horas de apagón y una potente explosión hace saltar las alarmas de los coches. En la puerta de su negocio está Oleksii Brizhuk aprovechando el débil sol de noviembre. Este empresario de Kramatorsk, como todos los ucranianos, está bien enterado de los 28 puntos incluidos en el plan de paz elaborado por Estados Unidos. Pero hay uno de ellos que le afecta especialmente: Trump exige a Zelenski que entregue su ciudad natal al país que trajo la muerte y destrucción a Ucrania. Oleksii piensa durante varios segundos antes de contestar; su mirada delata una zozobra profunda. «No va a funcionar. No se puede negociar con bárbaros. Ellos han destruidos nuestras ciudades, han matado a niños. a personas civiles. Queremos una paz, pero debe ser justa. Si entregamos el Dombás, va a ser una catástrofe», apunta con un tono bajo.

Las presiones que la Casa Blanca ejerce sin cuartel contra el país invadido se sienten especialmente aquí. Kramatorsk conoce la guerra desde hace más de una década. La urbe se convirtió en la capital administrativa de la región de Donetsk, después de que los separatistas a las órdenes de Moscú tomaran el poder en parte de esta provincia oriental de Ucrania. Ahora, después de tres años de guerra y miles de defensores caídos, hay políticos extranjeros intentando decidir su destino. «Yo me pregunto qué diría Trump si su país se viese en una situación parecida y Moscú le exigiese entregar Alaska», zanja Brizhuk.

Con el frente a 20 kilómetros y ante la amenaza constante de drones y misiles enemigos, la vida se sigue imponiendo en el este de Ucrania. Marina despacha a unos clientes en su pequeña tienda. Ella prefiere no decir su apellido por precaución. La mujer ya vivió en sus propias carnes la ocupación hace años. Otra vez tiene sus cosas preparadas para irse, señala, por si los rusos tomasen control de la ciudad. Esboza un gesto de cansancio y cierra los ojos tras escuchar la pregunta que ya todos en Ucrania se han respondido internamente en varias ocasiones. «No podemos confiar en una negociación con los rusos. Quiero que la guerra acabe, pero lo peor de todo es toda la gente que ya se ha muerto. Ellos ya nunca volverán». A última hora de la tarde, la luz volvió a Kramatorks mientras todo el país asiste al enésimo giro de Trump en su estrategia para poner fin a la guerra.

Zelenski apeló una vez a la unidad del pueblo este viernes, una fecha señalada en el calendario ucraniano. Era el Día de la Dignidad y la Libertad, que conmemora las dos grandes revoluciones de la Ucrania independiente. En un discurso dirigido a la nación, el mandatario presentó una disyuntiva sombría en este 2025: «O perder su dignidad, o arriesgarse a perder un socio clave». Las autoridades ucranianas prometen defender el interés nacional.

Un duro invierno

Ucrania se enfrenta, en palabras de su presidente, a uno de los momentos más difíciles de su historia y tendrá que definir su posición ante los socios. El invierno comenzará oficialmente en menos de diez días. Los apagones duran hasta 16 horas en algunas grandes ciudades, complicando la vida a millones de personas, y Rusia lanza ataques diarios contra la infraestructura energética.

La situación en el campo de batalla es también complicada por los avances enemigos en varios puntos del frente, incluidas las regiones de Donetsk, Járkov y Zaporiyia. Y el poder del Gobierno está debilitado después de un escándalo de corrupción en el sector energético. Ante esta situación, Trump aprovecha para presionar y demanda una respuesta rápida a una propuesta que la mayoría de ucranianos consideran una capitulación.

«No puedo imaginar a ningún diputado en su sano juicio votando a favor de enmiendas constitucionales que reconozcan las pérdidas territoriales. Esto es traición en estado puro», destacó la diputada del partido opositor Solidaridad Europea Iryna Gerashchenko en sus redes sociales.

Ucrania ya ha vivido otros episodios de presión similares por parte del aliado estadounidense. Poco consideran probable que Ucrania acepte estos términos y nada parece indicar que, en este momento, Rusia renuncie a sus posiciones maximalistas. «No creo que haya un acuerdo de paz para el 27 de noviembre, independientemente de las amenazas. Ya hemos pasado por esto antes; estamos dando vueltas en círculos», destacó Tatarigami, famoso analista ucraniano y ex oficial de la Fuerzas Armadas del país. Ucrania se enfrenta a su invierno más duro no solo por la guerra, sino por la paz que quiere imponer Trump.

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