Publicado: noviembre 21, 2025, 3:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-mamdani-sellan-paz-casa-blanca-insulto-20251121222326-nt.html
Donald Trump lo llamó «comunista», «lunático», insinuó que estaba en el país ilegalmente, amenazó con arrestarlo y con cortarle fondos a Nueva York; mientras Zohran Mamdani acusó al presidente de «déspota», de usar la intimidación estatal, de encarecer la vida a los neoyorquinos y … de querer «arrestarlo, despojarlo de su ciudadanía y deportarlo» por oponerse a sus políticas. El primer encuentro entre ambos tras la victoria electoral de Mamdani prometía un choque frontal en el Despacho Oval, pero en realidad ha terminado siendo un ejercicio inesperado de cordialidad, casi de admiración mutua.
Trump lo ha felicitado por «una gran victoria» y ha asegurado que estaba convencido de que Mamdani «puede hacer un gran trabajo». Incluso ha añadido: «Creo que va a sorprender a algunos conservadores, en realidad. Y a algunos liberales no los sorprenderá porque ya les gusta». Cuando le han preguntado al nuevo alcalde si pensaba retractarse tras haber llamado al presidente «déspota» y haberle atribuido una agenda «fascista», el regidor electo ha dicho que ambos tenían muy claras sus posiciones, pero que agradecía que la reunión se hubiera centrado en lo que les une. Trump ha rematado la escena con humor: «Me han llamado cosas mucho peores que déspota».
Pocas visitas habían generado tanta expectación. Las trifulcas en el Despacho Oval se han convertido en un sello de esta Administración, desde el choque con Volodímir Zelenski en febrero hasta la proyección de supuestas atrocidades en Sudáfrica ante el presidente Cyril Ramaphosa. Decenas de periodistas se han reunido frente al Ala Oeste, atentos a cualquier gesto, y en los edificios contiguos se han asomado funcionarios curiosos de ver qué recibimiento tendría Mamdani y si finalmente estallaría el enfrentamiento anunciado durante meses.
Trump lo ha relatado con sorna, sorpresa genuina y un punto de entusiasmo que ha descolocado a parte del personal. Ha contado que incluso los medios que le siguen habían señalado que este encuentro les parecía «especialmente importante», más que algunas reuniones con jefes de Estado. «Con todos esos líderes, no les importa nada», ha bromeado. «Pero esto, esto sí que ha generado atención», ha añadido.
Contra todo pronóstico, la visita ha sido extremadamente cordial, una de las más amables de esta etapa, completamente desprovista de tensión. Mamdani ha reconocido que ambos han querido centrarse en el coste de la vida, en cómo abaratar precios y en otros puntos de coincidencia, como la idea de que no se sigan financiando guerras con fondos públicos. La sintonía ha sido tal que Trump ha llegado a decir que estaría muy cómodo viviendo en un Nueva York gobernado por Mamdani.
Trump ha insistido en que coincidían «mucho más» de lo que habría imaginado y que quiere que Mamdani «haga un gran trabajo» y «triunfe» por el bien de la ciudad. El alcalde electo, por su parte, ha mostrado un tono inusualmente moderado. Ha evitado repetir sus acusaciones sobre Gaza y ha admitido que Trump había subido en apoyo electoral en Nueva York, atribuyendo parte de ese respaldo a la percepción de que el presidente impulsa esfuerzos en favor de acuerdos de paz.
Al final, Trump ha cerrado la comparecencia con una declaración inesperada, casi desideologizada: ha dicho que ya no le importan «los partidos ni las etiquetas», que lo único que cuenta es «lo que sea mejor para Nueva York». Y ha resumido la jornada con una frase que nadie habría imaginado días atrás: «Gran encuentro, me lo he pasado muy bien». Así será, al parecer, hasta la siguiente pelea en redes sociales.
