Publicado: noviembre 2, 2025, 11:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/ataques-ucranianos-provocan-crisis-combustible-rusia-20251103020902-nt.html
En la capital rusa hay abundancia. Por no faltar, no faltan ni iPhones, ni BMW, ni PlayStation, que llegan por el sistema de importación paralela, aunque las empresas fabricantes se hayan ido del país. En las provincias rusas, es otro cantar. La falta más notoria … a día de hoy es la de gasolina. Según indican algunas estadísticas, incluso el 84 % de los sujetos federales de Rusia han sufrido este problema en mayor o menor medida. Y la región de Moscú, que rodea casi totalmente la ciudad homónima, empieza a verle los colmillos al lobo. Ya hay señales que evidencian que la normalidad no es la misma que antes y que podrían llegar a sufrir, en el futuro, lo que sus compatriotas de otras regiones ya viven.
En la ciudad de Podolsk, a solo una hora y media de la Plaza Roja en coche, ya se nota. Ruslán, un taxista de la zona, confirma a este medio la falta de combustible. «Sí, sí, aquí nos falta gasolina», asegura. «Además, ha subido de precio, y en mi negocio es un dolor de cabeza…», añade con preocupación. Por otra parte, otro conductor, Artyom, niega esa escasez: «Aquí puedes comprar toda la gasolina que quieras, toda», evidenciando que aún es un problema en ciernes y no uno grave.
En algunas gasolineras también se percibe que algo no va como debería. Una de ellas no tiene gasolina 95 ni diésel, a pesar de su uso habitual entre los conductores. Aunque entre los consumidores y los trabajadores hay poca disposición a confirmar esta información, en un local de la competencia una vendedora acepta hablar anónimamente. «Sí, es verdad que otras gasolineras han sufrido problemas de suministro, algunas incluso han tenido que cerrar», explica. Apostilla que, para su compañía, «no ha habido ninguna escasez por ahora, pero quién sabe en el futuro». Las que han podido mantener su servicio se han visto obligadas a subir los precios, cuya media en la región de Moscú ha pasado de 63,22 rublos (0,68 €) a 65,1 (0,70 €). Una subida que augura posibles complicaciones en el futuro.
Carencias en provincias
Aunque en las cercanías de Moscú es una molestia, en otras regiones la situación es peor. Es el caso de Crimea (controlada por Rusia, pero considerada internacionalmente parte de Ucrania), donde se estima que cerca de la mitad de las estaciones de servicio están inoperativas. En Novosibirsk, medios locales como BFM.ru publicaron este pasado jueves que no había existencias de gasolina 92 ni 95 en muchas gasolineras de la zona. Los conductores se han visto obligados a hacer colas para poder repostar sus vehículos. El mismo problema se ha sufrido, en diferentes grados, en otras partes del país como Tuvá o Arjánguelsk, entre otras.
Una refinería rusa, incendiada tras un ataque ucraniano, en una foto de archivo
A nivel estatal incluso se han adoptado medidas de distintos tipos, como la prohibición de exportar gasolina y diésel, la eliminación de aranceles a la importación o el permiso temporal para usar monometilanilina en la gasolina con el fin de aumentar su octanaje (algo prohibido por ley), entre otras. Uno de los aliados de Moscú, Minsk, también ha acudido al rescate de su «hermano mayor» con un aumento de las exportaciones de hidrocarburos refinados desde Bielorrusia.
El Ministerio de Energía confiaba el pasado martes en que los factores estacionales (el invierno está a punto de llegar a Rusia) contribuyan a estabilizar la situación, así como la acumulación de reservas y la importación. El aumento de los precios no solo se ha notado en las estaciones de servicio, sino también en el mercado de valores, algo que las autoridades atribuyen a la prohibición de exportar gasolina y diésel. El mismo ministerio estudia preparar medidas que permitan obligar a las compañías de hidrocarburos a refinar al menos el 40% de su materia prima para destinarla al mercado interno. El problema incluso ha traspasado la frontera: un aliado cercano, Mongolia, teme sufrir pronto el mismo escenario.
La principal razón de que un país con reservas ingentes de petróleo y gas (segundo y primero en yacimientos conocidos, respectivamente) enfrente esta crisis son los ataques ucranianos contra refinerías y otras instalaciones estratégicas.
Refinerías en llamas
El último sucedió la noche del sábado, el puerto ruso de Tuapse, en la región de Krasnodar, cuando una ofensiva ucraniana provocó un incendio en un petrolero y daños en los almacenes de crudo de las instalaciones de la ciudad, que alberga una refinería de Rosneft, recoge Ep. Las autoridades rusas confirmaron que los restos de un dron ucraniano provocaron daños en la cubierta del superpetrolero, lo que obligó a la evacuación de su tripulación.
Este movimiento busca desgastar la retaguardia rusa y provocar disrupciones internas. A pesar de las evidencias, el ministro de Energía, en una entrevista con TASS, culpó a los propios rusos de las subidas de precios y de la escasez. «El comportamiento de los consumidores fue influido por las noticias del cierre temporal de algunas refinerías. Esto ha provocado un pico en la demanda y un aumento de los precios», explicó entonces.
«Podría ser peor en zonas críticas durante el invierno, dificultando la movilidad civil, la actividad económica y el esfuerzo bélico, siempre y cuando no se mitigue con importaciones o un racionamiento más estricto», explica Alexander Kokcharov, analista de Geoeconomía de Bloomberg, a este medio. En posiciones alejadas del frente, Ucrania ha golpeado en repetidas ocasiones tanto instalaciones militares como fábricas de armamento y refinerías, hasta el punto de reducir la capacidad de producción de combustible de uno de los mayores fabricantes del planeta.
