Publicado: octubre 30, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-aprieta-boton-fantasma-nuclear-20251030211433-nt.html
Solo los mayores recuerdan en Estados Unidos aquello del ‘duck and cover’, ‘agacharse y cubrirse’, los ejercicios que se hacían en la escuela para protegerse –meterte debajo del pupitre y cubrirte la cabeza– en caso de un ataque nuclear. Eran las décadas de 1950 y … 1960, las más tensas de la Guerra Fría, cuando el mundo vivía bajo la sombra de la bomba atómica. Y con el recuerdo cercano de la devastación de Hiroshima y Nagasaki, las dos ciudades japonesas arrasadas en los últimos instantes de la Segunda Guerra Mundial, la única vez en la que se usó el arsenal atómico.
Donald Trump tiene la edad (79 años) de acordarse de esos simulacros y del desafío de aquella Unión Soviética. Ahora, dueño del botón rojo, agita ese fantasma de su infancia y adolescencia, que nunca ha desaparecido, pero que en las últimas décadas parecía estar bajo control. Este viernes, desde Corea del Sur, anunció a través de un mensaje en su red social que ordenaba al Departamento de Defensa volver a realizar pruebas nucleares. Es algo que EE.UU. no ha hecho en más de treinta años y a lo que también se han abstenido en un periodo similar las otras grandes potencias atómicas: Rusia, que tiene un arsenal nuclear descomunal; y China, que está camino de tenerlo.
«Debido a los programas de otros países, he ordenado al Departamento de Guerra (el nombre que la Administración Trump ha recuperado para el Departamento de Defensa) que comiencen los test de nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato».
El anuncio era, a partes iguales, grave y confuso. La reactivación de las pruebas nucleares daría un vuelco a la política de EE.UU. sobre su arsenal atómico, instalada en una moratoria que, en principio, también han respetado Rusia y China durante las últimas tres décadas. Pero tampoco quedó claro si se refería a pruebas de detonaciones nucleares –lo que se conoce como test nucleares– o a ensayos con armamento con capacidad de transportar cabezas nucleares.
Por un lado, la mención a «en igualdad de condiciones» y el contexto de pruebas recientes de armamento por parte de Rusia –un misil con propulsión nuclear, un torpedo con la misma operativa capaz de transportar cabezas nucleares desde el este de Rusia al oeste de EE.UU.– parece indicar que el presidente Trump se podría referir a ese tipo de pruebas. Pero, al mismo tiempo, EE.UU. no ha dejado de desarrollar y probar armamento con capacidad de transportar cabezas nucleares.
Otro asunto que añade incertidumbre: los ensayos de detonaciones nucleares han sido hasta ahora ejecutados por el Departamento de Energía de EE.UU. El Departamento de Defensa sí realiza pruebas con armamento con capacidades nucleares.
Tensión con China
El contexto en el que compartió el anuncio tuvo relevancia: pocos minutos antes de celebrar una cumbre con el líder del gran rival geoestratégico de EE.UU. y creciente potencia nuclear, Xi Jinping, el presidente de China.
La cumbre estaba centrada en mantener la tregua en la guerra comercial entre ambas potencias, pero las alusiones nucleares dejaron una sombra de tensión en la relación con el gigante asiático. China se ha embarcado en un programa ambicioso de depósitos de cabezas nucleares, con el que busca colocarse cerca de Rusia y EE.UU. Un portavoz del Ministerio de Exteriores chino aseguró ayer, tras el anuncio de Trump, que espera que EE.UU. respete los compromisos de no proliferación y «tome acciones que contribuyan a la paz regional, no a lo contrario».
Pero el movimiento de Trump puede tener que ver más con el rival nuclear tradicional, Rusia. Ocurre pocos días después de que Vladímir Putin haya comunicado esos ensayos de armamentos con capacidades nucleares. Y en un contexto en el que Putin ha agitado también el fantasma nuclear con amenazas durante la guerra de Ucrania.
Trump puso rumbo a EE.UU. en su avión presidencial, el Air Force One, nada más acabar la cumbre con Xi y no hizo mucho por aclarar sus planes, lo que enturbia más la situación. A preguntas de los periodistas, el presidente de EE.UU. se limitó a decir que ensayos atómicos «se anunciarán» en un futuro próximo y que su decisión de recuperarlos «tiene que ver con otros, parece que todos están haciendo tests nucleares».
«Nosotros dejamos de hacer test hace muchos años. Pero, si otros los están haciendo, creo que es apropiado que nosotros también», añadió sin dar más detalles. Dijo también que se anunciaría más adelante cuáles serán esos ensayos y que él, en cualquier caso, está a favor de la «desnuclearización».
«Nosotros dejamos de hacer test hace muchos años. Pero, si otros los están haciendo, creo que es apropiado que nosotros también»
Donald Trump
Presidente de EE.UU.
Las pruebas nucleares parecían ya algo del pasado en EE.UU. porque realmente lo son. El último fue en septiembre de 1992, una prueba subterránea en una instalación en el desierto de Nevada, a unos cien kilómetros de Las Vegas. Rusia no lo hace desde 1990, y China desde 1996.
EE.UU. forma parte del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996. Como otros países –incluidos Rusia y China– lo firmó, pero no lo ha ratificado. Pero todos los presidentes desde entonces han respetado una moratoria autoimpuesta. La realidad es que en aquellos momentos, en la transición de las décadas de 1980 a 1990, además de las ambiciones de no proliferación de armas nucleares, las pruebas parecían menos necesarias: la superioridad de EE.UU. frente a una URSS en descomposición, con una tecnología bien establecida y con modelos informáticos capaces de sustituir a los test, las detonaciones dejaron de ser una necesidad.
Solo un puñado de países los han realizado desde entonces: China y Pakistán –la última potencia nuclear oficial–, con pruebas a finales de la década de 1990. Y Corea del Norte, que ejecutó su sexta y última detonación en 2017. Otros países que tienen arsenal nuclear son Francia, Reino Unido y se da por seguro que también Israel. Tras el anuncio intempestivo, la preocupación en EE.UU. es que la reanudación de ensayos nucleares abra una caja de Pandora en los programas nucleares de todo el mundo.
