Publicado: octubre 29, 2025, 2:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/kim-saluda-desembarco-trump-corea-misil-20251029080123-nt.html
A bordo del Air Force One al comienzo de su gira asiática, Donald Trump pedía a la prensa que «difundiera el mensaje» de que estaba «dispuesto al cien por cien» a reunirse con Kim Jong-un. «No hay muchos otros mecanismos aparte de Internet, tienen … muy poco servicio telefónico», explicaba. Pero el régimen tiene sus propios lenguajes.
Corea del Norte ha saludado el desembarco del presidente estadounidense en la península con un ensayo armamentístico. Sus fuerzas armadas han disparado un «misil de crucero estratégico mar-superficie» para poner en práctica las mejoras realizadas en los lanzamientos desde buques, según ha informado la agencia oficial de noticias KCNA.
Un proyectil a modo de respuesta, negativa, a los reiteradas invitaciones de Trump a mantener una cumbre improvisada a su paso por la región, como ya hiciera tras el G20 de Osaka en junio de 2019, cuando apareció por sorpresa en la Zona Desmilitarizada de Corea y se convirtió en el primer presidente estadounidense en pisar Corea del Norte.
Este simbólico –y poco más– encuentro supuso el tercero entre ambos, tras los celebrados en junio de 2018 en Singapur y en febrero de 2019 en Hanói; un histórico proceso que fracasó por la falta de acuerdo sobre el objetivo final estadounidense, la renuncia del régimen a sus armas nucleares, y la sucesión de concesiones mutuas hasta alcanzarlo.
En los últimos días Trump había dejado caer la posibilidad de reconocer a Corea del Norte como una potencia nuclear, exigencia explícita de Kim, pero tampoco eso ha sido suficiente para un líder que en los últimos años ha mejorado sobremanera su fortaleza geopolítica en un mundo convulso por la invasión rusa de Ucrania y la rivalidad entre China y EE.UU. «No hemos podido encontrar el momento», ha comentado resignado el presidente.
Agenda cargada
Este peculiar diálogo ha ensombrecido el encuentro que Trump ha protagonizado esta mañana con Lee Jae-myung. El presidente surcoreano ha acariciado su ego concediéndole la más alta condecoración del país, antes de solicitar su autorización para dotarse de submarinos nucleares.
Muchos otros flecos quedan por solventar entre EE.UU. y uno de sus mayores aliados en la región, empezando por el acuerdo que zanjará las disputas comerciales. El proyecto en marcha imita el patrón del japonés, incluyendo la polémica disposición de cuantiosas inversiones surcoreanas, en este caso 350.000 millones de dólares (300.000 millones de euros), manejadas a su antojo por la Casa Blanca.
Escuece todavía en Corea del Sur la redada migratoria en la planta de Hyundai en Georgia y el trato proporcionado a sus trabajadores, así como las discusiones respecto a los costes de la presencia militar estadounidense en la península.
Mucho que hablar, por tanto, para el presidente, cuya agenda sigue cargada pese a la negativa de Kim. Mañana se producirá el hito principal de su gira asiática: su encuentro con el líder chino Xi Jinping en la antesala del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que estos días acoge la ciudad surcoreana de Gyeongju.
Este cara a cara, el primero desde el regreso de Trump al poder, debería oficializar un acuerdo para aplacar las más punzantes disputas entre ambas superpotencias. La última ronda negociadora, celebrada este fin de semana en Kuala Lumpur, sirvió para ultimar una «estructura preliminar» cuyos detalles todavía se desconocen.
