Publicado: octubre 29, 2025, 12:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/mundo-transformacion-putin-asoma-patita-nuclear-20251029142718-nt.html
Desde las sólidas certezas del pasado, el mundo está mutando hacia frágiles incertidumbres del presente cuyos resultados son de difícil predicción. Los cambios parecen afectar a todo, con particular énfasis en los ámbitos geopolítico, económico y militar. En los tres, destaca la guerra en Ucrania … como relevante acelerador y factor común de las transformaciones en curso. Un elemento que tensiona no solamente las relaciones de EE.UU. con Rusia, sino también con Europa, Asia e, incluso, las intraeuropeas. En el ámbito geopolítico, lo más notable del momento es la gira de Trump, esta semana, por el continente asiático.
Durante ella ha visitado ya Malasia, donde el pasado domingo, en calidad de «socio de diálogo», asistió a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), así como a la firma del alto el fuego en el conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya, que histriónicamente calificó como «un histórico acuerdo de paz». En Japón está actualmente discutiendo temas comerciales y de seguridad, aprovechando la ocasión para anunciar y preparar el terreno para un supuestamente inminente acuerdo comercial con China.
El día 29, Trump se trasladará a Corea del Sur para asistir a la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC-2025). En los márgenes de tal evento, está prevista, el día 30, una cumbre bilateral Trump-Xi Jinping de importancia medular y cuya cargada agenda busca un reajuste comercial y arancelario entre EE.UU. y China (ese acuerdo comercial que adelantó en Japón).
Asimismo, y no es un punto banal, figura el de analizar la posibilidad de que Xi Jinping presione a Putin, para que éste rebaje sus pretensiones para un alto el fuego en Ucrania. No es descartable una ampliación del programa para entrevistarse con el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un.
Aparte de todo lo anterior, y en un ámbito más económico/comercial, figuran las recientes sanciones impuestas por Washington contra las dos colosales energéticas rusas, Rosneft y Lukoil. Un brusco cambio de Washington que, el pasado septiembre, rechazó la solicitud de la UE de imponer «sanciones mayores» a Rusia sobre banca y energía.
En el ámbito militar, el 22 de octubre, se culminaron los ejercicios militares rusos «Grom-2025 (Trueno-2025). En el plano terrestre, se lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM) RS-24 Yars desde el cosmódromo de Plesetsk (óblast de Arcángel), que impactó en el polígono de Kurá (Kamchatka). En el plano naval, se disparó, desde el submarino K-127 Bryansk, en el mar de Barents, un misil balístico (SLBM) R-29RMU2 Sineva, también contra el polígono de Kurá. Y, en el plano aéreo, desde aviones Tu-95MS, se lanzaron varios misiles de crucero, mientras que bombarderos supersónicos Tu-22M3 volaban hacia el mar Báltico escoltados por cazabombarderos Su-27P y Su-35S.
Tales actividades de adiestramiento de las Fuerzas Nucleares Estratégicas rusas aportaron la novedad de ser insistentemente voceado que fuera el propio Putin quien las dirigiera. Además, vistas en conjunto como validación de la triada nuclear rusa, al desarrollarse justo al día siguiente de que Trump suspendiera su proyectada cumbre con Putin en Budapest, conllevan un intimidatorio aviso/recordatorio del Kremlin sobre su suficiencia (libertad de acción y capacidad de ejecución) para emplear armas nucleares (voluntad de vencer) en caso de amenaza existencial.
Tal podría considerarse, por ejemplo, el rearme de Ucrania con nuevos armamentos que capacitaran a Kiev para atacar objetivos en la profundidad del territorio ruso. A la importancia de aquella verificación nuclear se añadirían las recientes pruebas desde el aeródromo de Jusney (Ártico), del misil de crucero 9M 730 Burevestnik de propulsión nuclear y, consecuentemente, de teóricamente indefinida permanencia en el aire. Algo que podría evaluarse como parte de la respuesta rusa al escudo antimisiles estadounidense.
Estamos, por tanto, ante el riesgo de una escalada nuclear. Trance que se agranda por la proximidad de la expiración, el 5 de febrero de 2026, del Tratado START III de limitación de armas nucleares estratégicas. Los nuevos desarrollos que modernizan las capacidades nucleares estratégicas rusas, unidos a los colosales progresos que se están experimentando en el cosmos militar: drones (terrestres, navales y aéreos), la robótica y la Inteligencia Artificial nos asoman a la ventana de una nueva era operativa a caballo de una carrera armamentística que, hasta la guerra en Ucrania, parecía improbable.
