Publicado: octubre 18, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/bolivia-elige-lider-sacara-pais-senda-socialismo-20251018043233-nt.html
Bolivia acude este domingo a las urnas para escoger a su nuevo presidente en una elección histórica. Por primera vez desde la fundación del Estado Plurinacional en 2009, el país celebrará una segunda vuelta electoral, tras una primera jornada, el 17 de agosto, en la … que ningún candidato logró superar el 50% de los votos necesarios para proclamarse vencedor. Rodrigo Paz obtuvo un 32,14% de los votos, mientras Quiroga alcanzó el 26,81%.
El resultado de entonces confirmó el fin de una era: el Movimiento al Socialismo (MAS), que dominó la política boliviana durante casi veinte años bajo el liderazgo de Evo Morales y Luis Arce, quedó fuera de la contienda. Las dos opciones que compiten este domingo Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de la alianza Libertad y Democracia (Libre), representan visiones liberales, reformistas y claramente alejadas del discurso populista que caracterizó al MAS.
La cita electoral pondrá fin a un ciclo que comenzó en 2006, cuando Morales accedió al poder con el impulso del Socialismo del siglo XXI. Dos décadas después, el país se encuentra exhausto: con una economía en declive, inflación al alza, escasez de dólares, subsidios insostenibles y un mercado energético en colapso tras años de falta de inversión en exploración.
Rodrigo Paz, senador centrista y exalcalde de Tarija, se presenta como la cara de un liberalismo pragmático que busca atraer inversión extranjera y recuperar la confianza perdida sin aplicar «ajustes severos». Su lema, ‘Capitalismo para todos’, resume su idea de compatibilizar disciplina fiscal con redes de protección social. Promete descentralizar recursos, fortalecer las autonomías departamentales y abrir la economía boliviana a tratados bilaterales con Asia y la Unión Europea.
Junto a él concurre Edman Lara, conocido como el ‘capitán Lara‘, exagente de Policía y celebridad de TikTok que ganó notoriedad denunciando la corrupción en el cuerpo policial antes de ser dado de baja en 2024.
En la otra orilla, Quiroga apuesta por un programa más ortodoxo: reducción de impuestos, privatización de empresas deficitarias y acuerdos con organismos internacionales. A sus 65 años, el expresidente (2001-2002) reivindica su experiencia para «devolver credibilidad y eficiencia» al Estado boliviano.
La presencia de Evo Morales
Aunque no figura en la papeleta, Evo Morales continúa siendo una presencia determinante. Inhabilitado por los límites constitucionales y acorralado por una investigación judicial por presunta trata de personas –acusaciones que él niega–, el exmandatario mantiene influencia en los bastiones cocaleros del Chapare. Desde allí intenta reorganizar su base social mediante un nuevo movimiento, Estamos Volviendo Obedeciendo al Pueblo, abreviado como EVO Pueblo, con el que planea competir en las elecciones regionales de 2026.
Durante la campaña de agosto, Morales pidió el voto nulo, que alcanzó un inédito 20%, y, tras los resultados, se proclamó «vencedor moral» del proceso. Sin embargo, de cara a la segunda vuelta, no ha respaldado a ninguno de los candidatos, a los que tacha de «chitacos», serviles al capital extranjero.
El actual presidente, Luis Arce, su antiguo aliado y ahora rival, le acusó de tratar de desestabilizar la contienda electoral. Ambos rompieron relaciones políticas en 2023, tras una larga pugna por el control del MAS. Ni siquiera el intento de golpe de Estado del año pasado logró recomponer su relación. El oficialismo, dividido en tres facciones, no consiguió superar el 10% de los votos en la primera vuelta.
La desaparición del MAS del poder no garantiza estabilidad. Quien gane hoy heredará un panorama explosivo: reservas internacionales en mínimos, inflación récord, déficit fiscal del 8% y una creciente escasez de combustibles. Tanto Paz como Quiroga coinciden en que será inevitable un ajuste del gasto público y una revisión de los subsidios energéticos, aunque ninguno detalla el calendario de aplicación.
El contexto social añade otro riesgo. Tras años de políticas expansivas, los recortes pueden provocar protestas similares a las que precedieron a la caída de Morales en 2019. Los analistas prevén meses de tensión, especialmente si el nuevo Gobierno intenta modificar el régimen de precios o revisar la política de divisas.
Más allá de la urgencia económica, ambos candidatos sitúan a España y la Unión Europea como aliados estratégicos. Paz, por su origen gallego y vínculos familiares, insiste en «recuperar la inversión española en banca, servicios y energía»; mientras que Quiroga reivindica «la prudencia regulatoria» de la UE como modelo para reconstruir instituciones.
La presencia de España en Bolivia –desde los tiempos de Repsol hasta la cooperación educativa– es vista por ambos aspirantes como clave para recuperar estabilidad y atraer capital en medio del vacío dejado por China y Rusia en la última década.
El resultado de hoy marcará un antes y un después. Si gana Paz, Bolivia optará por un liberalismo moderado de inspiración europea. Si vence Quiroga, se inclinará por un reformismo conservador más cercano a Washington. Pero, gane quien gane, el hecho político esencial ya está escrito: el MAS ha perdido el monopolio del poder y Bolivia se encamina hacia una nueva etapa.
Esta segunda vuelta no solo decidirá quién gobernará el país durante el quinquenio 2025-2030, representa también el cierre definitivo de un ciclo histórico –el del liderazgo de Evo Morales– y la apertura de una Bolivia que, por primera vez en mucho tiempo, vota sin tutelas ideológicas.