Mirarse al espejo y reconocerse: cuidados de belleza para las pacientes oncológicas - Colombia
Registro  /  Login

Portal de Negocios en Colombia


Mirarse al espejo y reconocerse: cuidados de belleza para las pacientes oncológicas

El 19 de octubre es el Día Internacional del Cáncer de Mama, el más común entre las mujeres españolas, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. Se estima que en 2025 podrían ser diagnosticados 37.682 casos, y que una de cada … ocho mujeres en España desarrollarán la enfermedad en algún momento de su vida. El tratamiento del cáncer de mama debe individualizarse, pero muchas mujeres suelen pasar por radioterapia y quimioterapia, que tienen un gran impacto en la imagen personal. Los más visibles son la pérdida del cabello y de las cejas.
Aunque lo esencial para cualquier paciente es curarse, lo cierto es que los cambios en la imagen tienen un impacto directo en el bienestar y en la salud mental, factores a los que cada vez se les presta mayor atención, como explica la psicóloga María Isabel González, de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten: «la imagen corporal está íntimamente relacionada con nuestra identidad y autoestima, con cómo nos percibimos y cómo pensamos que nos perciben los demás. El proceso oncológico impacta de manera significativa en ella, produciendo cambios como la pérdida del cabello, alteraciones en la piel o variaciones en el peso. Estas transformaciones no deseadas, pueden tener implicaciones en el paciente con consecuencias a nivel psicológico y emocional, como la tristeza, la ansiedad, una visión negativa de sí mismo o la tendencia al aislamiento. En este contexto, cualquier recurso que permita recuperar la percepción de control sobre la imagen y sentirse a gusto con la misma, podrá favorecer un mayor bienestar personal y relacional».
El maquillaje y los cuidados de belleza se convierten así en herramientas al servicio de las pacientes oncológicas con un impacto en su imagen, y también en su bienestar. La psicóloga María Isabel González asegura que «la literatura científica recoge diversas revisiones que señalan la relación entre el cuidado de la apariencia física en pacientes oncológicos y sus efectos psicológicos positivos en aspectos como la autoimagen, la calidad de vida e incluso en la reducción de la ansiedad o mejora del estado de ánimo. Más allá de la evidencia publicada, la experiencia clínica diaria con los pacientes nos confirma a menudo estos beneficios. En MD Anderson, disponemos, por ejemplo, de una unidad de cuidados de la piel, donde se ofrece asesoramiento gratuito a los pacientes sobre estas cuestiones y el feedback recibido por parte de los usuarios es muy positivo. No obstante, es fundamental recordar que cada paciente es único y que las intervenciones deben personalizarse. Lo que funciona para un paciente no tiene porqué funcionar para otro».
Precisamente para acercar los cuidados de la piel y el maquillaje a las pacientes oncológicas, la Fundación Stanpa, una organización sin ánimo de lucro promovida por Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) puso en marcha los talleres ‘Ponte Guapa, Te Sentirás Mejor’, una idea que nació hace 35 años en Washington (Look good, feel better) y que ya está implantada en 27 países de todo el mundo. Con ellos se trata de enseñar a las pacientes oncológicas a cuidarse la piel y usar el maquillaje para verse mejor, incentivando el autocuidado, con el fin de mejorar su bienestar personal. María Muñoz de Benavides, farmacéutica y directora de programa de la Fundación señala que «el cuidado personal y la propia imagen es fundamental en momentos tan complicados como el tratamiento del cáncer. Muchas pacientes nos cuentan con mucho sufrimiento que no se quieren mirar al espejo porque no se reconocen. Con los talleres ofrecemos un espacio de cuidados, de confianza y de acompañamiento».

Leticia Sánchez, maquilladora voluntaria de los talleres de la Fundación Stanpa, con Ana, paciente oncológica.

DR

Laura González, especialista en estética y voluntaria desde hace más de seis años en el programa de la Fundación Stanpa -que está disponible en 72 hospitales públicos de toda España- sostiene que «existe una gran preocupación por el aspecto físico durante la enfermedad, y a través de los talleres se da respuesta a las dudas y miedos que genera este proceso en relación con los aspectos de la propia imagen. El cuidado de la imagen personal no es nada frívolo: tiene toda una parte terapéutica que es fundamental».
Beatriz Gimeno Sabater, enfermera del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del hospital Ramón y Cajal, también reconoce los efectos positivos que tienen en las pacientes los cuidados de belleza. «Desde fuera parece que al estar malo no puedes dar importancia a verte guapa, pero es esencial que se vean bien, y, sobre todo, que se reconozcan. Lo que buscamos aquí es que al mirarse al espejo se reconozcan, porque los tratamientos oncológicos dejan una huella importante en el aspecto externo. Cuando se reconocen, proyectan otra energía que tiene también un impacto positivo en su estado anímico».
En los talleres, las pacientes reciben unas pautas, por parte de expertos de la estética, para cuidar la piel cuando está más reactiva por los tratamientos oncológicos, y también para usar el maquillaje en su beneficio, de forma que puedan recrear las cejas, disimular las ojeras o iluminar la tez. Además, es también un momento de compartir experiencias entre ellas. Belén Martín, paciente oncológica del hospital Ramón y Cajal y participante de los talleres de Stanpa asegura «que aunque la parte estética es lo menos importante cuando te detectan un cáncer, es muy necesaria, porque ayuda al bienestar emocional. Todo el proceso es muy duro, desde que te dan la noticia, hasta el propio tratamiento que te hace estar muy cansada y desganada. Coger el hábito del cuidado de la piel me parece sanador, porque me ha ayudado a verme guapa por fuera y estar mejor por dentro».

Mechones solidarios
La pérdida del cabello es uno de los efectos secundarios más impactantes de los tratamientos oncológicos. Y en este contexto la peluca se convierte en una de las herramientas esenciales para mantener el bienestar emocional de la paciente. Una peluca de cabello natural cuesta en torno a los 3.000 euros, un precio que no todo el mundo puede pagar. Así nace Mechones Solidarios, una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es facilitar pelucas de pelo natural a mujeres enfermas de cáncer. Alicia Díaz Tejada, administradora de la asociación, explica que «muchas pacientes le dan más importancia a la pérdida del cabello que a la enfermedad en sí, por el impacto que tiene esto en la imagen. Verse en un espejo, incluso en el reflejo de un escaparate o de un coche les cuesta mucho, porque les recuerda que están enfermas». Las pelucas de Mechones Solidarios se fabrican en Málaga, de forma artesanal y con pelo natural que les envían desde toda España. Los requisitos para donar es que el cabello no haya sido tratado con barros o henna y que mida un mínimo de 30 centímetros. Para confeccionar una peluca, que luego ofrecen a las pacientes con un coste de 0 a 650 euros, según su economía, necesitan entre 3 y 5 donaciones.

Con el mismo objetivo, mejorar la calidad de vida de las pacientes y aliviar los efectos que provocan los tratamientos en la piel, la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé lleva 15 años ofreciendo su programa de estética oncológica. Están presentes en más de 20 hospitales y asociaciones de pacientes de toda España, además de ofrecer un curso de especialización en estética oncológica para profesionales del sector.
Meritxell Solé, responsable del programa, explica que «los tratamientos oncológicos pueden provocar efectos secundarios en la piel, como sequedad intensa, irritaciones, eritemas, sensibilidad extrema o alteraciones de la barrera cutánea. Si no se cuida adecuadamente, estos cambios pueden generar incomodidad, dolor o incluso infecciones, afectando directamente la calidad de vida del paciente. Buscamos aliviar esos efectos, ayudando a mantener la piel en mejores condiciones y evitando que las reacciones cutáneas obliguen a interrumpir el tratamiento, reducir la dosis o cambiar la medicación. Nuestro trabajo consiste en minimizar ese malestar y ofrecer bienestar, favoreciendo así la continuidad terapéutica. Además, cuidar la piel de forma correcta tiene un impacto emocional muy positivo: verse y sentirse mejor refuerza la autoestima y la confianza, aportando equilibrio y bienestar en una etapa especialmente delicada».

Talleres de cuidados de belleza para pacientes oncológicas de la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé.

DR

Micropigmentación paramédica

Otra herramienta que ayuda a mejorar la imagen de las pacientes oncológicas es la micropigmentación que se puede usar para hacer frente a la pérdida de las cejas y las pestañas, y también para recrear la forma y el color de las areolas y el pezón, tras una mastectomía. Se trata de un tatuaje temporal, que usa la implementación de pigmentos de color, aprobados por las autoridades sanitarias, en la piel. En el caso de las cejas y las pestañas, Mónica Aránguez, experta en micropigmentación estética y paramédica, explica que «se aplican técnicas especializadas para simular el crecimiento natural del pelo (pelo a pelo 3D) o generar un sombreado suave, que da un aspecto realista incluso en ausencia de vello. Esta técnica tiene un gran valor emocional, ya que permite mantener o restaurar la expresión facial durante o después del tratamiento, mejorando así su autoestima y calidad de vida».
Se puede realizar antes del tratamiento de quimioterapia, cuando el sistema inmunológico no está debilitado, o después, cuando el oncológo dé el visto bueno. La micropigmentación también se usa para recrear la areola, tras una masectomía, de forma que gracias al color se recupera el aspecto natural del pecho. Para ofrecer una solución inmediata y no invasiva tras la cirugía, Aránguez también ofrece una prótesis externa fabricada en silicona médica de platino, un material hipoalergénico y seguro.

Publicado: octubre 18, 2025, 6:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/estilo/belleza/mirarse-espejo-reconocerse-cuidados-belleza-pacientes-oncologicas-20251018161528-nt.html

El 19 de octubre es el Día Internacional del Cáncer de Mama, el más común entre las mujeres españolas, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. Se estima que en 2025 podrían ser diagnosticados 37.682 casos, y que una de cada ocho mujeres en España desarrollarán la enfermedad en algún momento de su vida. El tratamiento del cáncer de mama debe individualizarse, pero muchas mujeres suelen pasar por radioterapia y quimioterapia, que tienen un gran impacto en la imagen personal. Los más visibles son la pérdida del cabello y de las cejas.

Aunque lo esencial para cualquier paciente es curarse, lo cierto es que los cambios en la imagen tienen un impacto directo en el bienestar y en la salud mental, factores a los que cada vez se les presta mayor atención, como explica la psicóloga María Isabel González, de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten: «la imagen corporal está íntimamente relacionada con nuestra identidad y autoestima, con cómo nos percibimos y cómo pensamos que nos perciben los demás. El proceso oncológico impacta de manera significativa en ella, produciendo cambios como la pérdida del cabello, alteraciones en la piel o variaciones en el peso. Estas transformaciones no deseadas, pueden tener implicaciones en el paciente con consecuencias a nivel psicológico y emocional, como la tristeza, la ansiedad, una visión negativa de sí mismo o la tendencia al aislamiento. En este contexto, cualquier recurso que permita recuperar la percepción de control sobre la imagen y sentirse a gusto con la misma, podrá favorecer un mayor bienestar personal y relacional».

El maquillaje y los cuidados de belleza se convierten así en herramientas al servicio de las pacientes oncológicas con un impacto en su imagen, y también en su bienestar. La psicóloga María Isabel González asegura que «la literatura científica recoge diversas revisiones que señalan la relación entre el cuidado de la apariencia física en pacientes oncológicos y sus efectos psicológicos positivos en aspectos como la autoimagen, la calidad de vida e incluso en la reducción de la ansiedad o mejora del estado de ánimo. Más allá de la evidencia publicada, la experiencia clínica diaria con los pacientes nos confirma a menudo estos beneficios. En MD Anderson, disponemos, por ejemplo, de una unidad de cuidados de la piel, donde se ofrece asesoramiento gratuito a los pacientes sobre estas cuestiones y el feedback recibido por parte de los usuarios es muy positivo. No obstante, es fundamental recordar que cada paciente es único y que las intervenciones deben personalizarse. Lo que funciona para un paciente no tiene porqué funcionar para otro».

Precisamente para acercar los cuidados de la piel y el maquillaje a las pacientes oncológicas, la Fundación Stanpa, una organización sin ánimo de lucro promovida por Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) puso en marcha los talleres ‘Ponte Guapa, Te Sentirás Mejor’, una idea que nació hace 35 años en Washington (Look good, feel better) y que ya está implantada en 27 países de todo el mundo. Con ellos se trata de enseñar a las pacientes oncológicas a cuidarse la piel y usar el maquillaje para verse mejor, incentivando el autocuidado, con el fin de mejorar su bienestar personal. María Muñoz de Benavides, farmacéutica y directora de programa de la Fundación señala que «el cuidado personal y la propia imagen es fundamental en momentos tan complicados como el tratamiento del cáncer. Muchas pacientes nos cuentan con mucho sufrimiento que no se quieren mirar al espejo porque no se reconocen. Con los talleres ofrecemos un espacio de cuidados, de confianza y de acompañamiento».


Leticia Sánchez, maquilladora voluntaria de los talleres de la Fundación Stanpa, con Ana, paciente oncológica.


DR

Laura González, especialista en estética y voluntaria desde hace más de seis años en el programa de la Fundación Stanpa -que está disponible en 72 hospitales públicos de toda España- sostiene que «existe una gran preocupación por el aspecto físico durante la enfermedad, y a través de los talleres se da respuesta a las dudas y miedos que genera este proceso en relación con los aspectos de la propia imagen. El cuidado de la imagen personal no es nada frívolo: tiene toda una parte terapéutica que es fundamental».

Beatriz Gimeno Sabater, enfermera del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del hospital Ramón y Cajal, también reconoce los efectos positivos que tienen en las pacientes los cuidados de belleza. «Desde fuera parece que al estar malo no puedes dar importancia a verte guapa, pero es esencial que se vean bien, y, sobre todo, que se reconozcan. Lo que buscamos aquí es que al mirarse al espejo se reconozcan, porque los tratamientos oncológicos dejan una huella importante en el aspecto externo. Cuando se reconocen, proyectan otra energía que tiene también un impacto positivo en su estado anímico».

En los talleres, las pacientes reciben unas pautas, por parte de expertos de la estética, para cuidar la piel cuando está más reactiva por los tratamientos oncológicos, y también para usar el maquillaje en su beneficio, de forma que puedan recrear las cejas, disimular las ojeras o iluminar la tez. Además, es también un momento de compartir experiencias entre ellas. Belén Martín, paciente oncológica del hospital Ramón y Cajal y participante de los talleres de Stanpa asegura «que aunque la parte estética es lo menos importante cuando te detectan un cáncer, es muy necesaria, porque ayuda al bienestar emocional. Todo el proceso es muy duro, desde que te dan la noticia, hasta el propio tratamiento que te hace estar muy cansada y desganada. Coger el hábito del cuidado de la piel me parece sanador, porque me ha ayudado a verme guapa por fuera y estar mejor por dentro».

Con el mismo objetivo, mejorar la calidad de vida de las pacientes y aliviar los efectos que provocan los tratamientos en la piel, la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé lleva 15 años ofreciendo su programa de estética oncológica. Están presentes en más de 20 hospitales y asociaciones de pacientes de toda España, además de ofrecer un curso de especialización en estética oncológica para profesionales del sector.

Meritxell Solé, responsable del programa, explica que «los tratamientos oncológicos pueden provocar efectos secundarios en la piel, como sequedad intensa, irritaciones, eritemas, sensibilidad extrema o alteraciones de la barrera cutánea. Si no se cuida adecuadamente, estos cambios pueden generar incomodidad, dolor o incluso infecciones, afectando directamente la calidad de vida del paciente. Buscamos aliviar esos efectos, ayudando a mantener la piel en mejores condiciones y evitando que las reacciones cutáneas obliguen a interrumpir el tratamiento, reducir la dosis o cambiar la medicación. Nuestro trabajo consiste en minimizar ese malestar y ofrecer bienestar, favoreciendo así la continuidad terapéutica. Además, cuidar la piel de forma correcta tiene un impacto emocional muy positivo: verse y sentirse mejor refuerza la autoestima y la confianza, aportando equilibrio y bienestar en una etapa especialmente delicada».


Talleres de cuidados de belleza para pacientes oncológicas de la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé.


DR

Micropigmentación paramédica

Otra herramienta que ayuda a mejorar la imagen de las pacientes oncológicas es la micropigmentación que se puede usar para hacer frente a la pérdida de las cejas y las pestañas, y también para recrear la forma y el color de las areolas y el pezón, tras una mastectomía. Se trata de un tatuaje temporal, que usa la implementación de pigmentos de color, aprobados por las autoridades sanitarias, en la piel. En el caso de las cejas y las pestañas, Mónica Aránguez, experta en micropigmentación estética y paramédica, explica que «se aplican técnicas especializadas para simular el crecimiento natural del pelo (pelo a pelo 3D) o generar un sombreado suave, que da un aspecto realista incluso en ausencia de vello. Esta técnica tiene un gran valor emocional, ya que permite mantener o restaurar la expresión facial durante o después del tratamiento, mejorando así su autoestima y calidad de vida».

Se puede realizar antes del tratamiento de quimioterapia, cuando el sistema inmunológico no está debilitado, o después, cuando el oncológo dé el visto bueno. La micropigmentación también se usa para recrear la areola, tras una masectomía, de forma que gracias al color se recupera el aspecto natural del pecho. Para ofrecer una solución inmediata y no invasiva tras la cirugía, Aránguez también ofrece una prótesis externa fabricada en silicona médica de platino, un material hipoalergénico y seguro.

Artículos Relacionados