Publicado: octubre 15, 2025, 10:15 pm
Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/ninos-burbuja-curados-gracias-innovadora-terapia-genica-20251015142346-nt.html
Eliana Nachem tenía tres meses de edad cuando le diagnosticaron inmunodeficiencia combinada grave por deficiencia de adenosina desaminasa, o ADA-SCID, una enfermedad genética rara y potencialmente mortal. Desde ese día, Eliana vivió en completo aislamiento médico. Sin mascotas, sin contacto con el exterior, con … filtros de aire HEPA funcionando constantemente y toda la comida y los juguetes esterilizados. Era una ‘niña burbuja‘.
La terapia convencional para estas personas es el trasplante de médula ósea. Pero un equipo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) había probado algo diferente: una terapia génica experimental.
En septiembre de 2014, a los 10 meses, Eliana recibió sus propias células modificadas genéticamente. Ahora tiene 11 años. Como cualquier niña de esa edad, va a un colegio donde, entre otras actividades, juega al baloncesto.
Eliana es una de las 59 personas que recibió un tratamiento experimental que ha logrado restaurar su función inmunitaria. Los resultados, publicados en ‘The New England Journal of Medicine’ (NEJM), muestran una tasa de éxito del 95 % sin complicaciones graves, lo que representa el avance más importante hasta ahora en el tratamiento de este trastorno.
La ADA-SCID impide que el organismo combata infecciones, y sin tratamiento suele ser mortal en los dos primeros años de vida. Las terapias actuales, trasplantes de médula ósea o inyecciones enzimáticas semanales, son costosas y conllevan riesgos considerables.
El tratamiento, desarrollado por investigadores de UCLA, el University College de Londres (UCL) y el Great Ormond Street Hospital (GOSH), utiliza un lentivirus modificado para insertar una copia sana del gen ADA en las células madre sanguíneas del paciente.
Tras ser reinfundidas, estas células generan nuevas células inmunitarias funcionales. La recuperación del sistema inmunológico se completa entre seis y doce meses después del tratamiento.
El estudio, dirigido por Donald Kohn de UCLA, siguió a los pacientes tratados entre 2012 y 2019, acumulando 474 años-paciente de seguimiento. En todos los casos exitosos, la función inmunitaria se mantuvo estable a largo plazo y sin eventos adversos graves. Solo tres niños necesitaron tratamientos adicionales: dos recibieron trasplantes de médula ósea y uno retomó la terapia enzimática mientras esperaba un trasplante.
Luis Ignacio González Granado, médico especialista en inmunodeficiencias de la Universidad Complutense de Madrid, se trata de un trabajo de extraordinaria relevancia y alta calidad metodológica y subraya el hecho de que «la estabilidad del número de copias del vector sugiere una corrección de la enfermedad en las células madre, marcador clave de curación» y «confirma la reconstitución inmunitaria sostenida más allá de siete años y la independencia de inmunoglobulinas en el 98 % de los pacientes».
Más de la mitad de los niños del estudio fueron tratados con células madre corregidas y luego congeladas, lo que permitió trasladar las muestras entre laboratorios y hospitales sin afectar los resultados. Esta innovación podría facilitar el acceso global a la terapia sin necesidad de que las familias viajen largas distancias a centros especializados.
El uso de células criopreservadas, comenta a Science Media Centre González Granado, «permite fabricar y distribuir la terapia sin necesidad de trasladar a los pacientes, una ventaja logística clave». Y, como destaca, Marcos López Hoyos, Director científico de IDIVAL, Universidad de Cantabria , «el hecho de que las células congeladas sean igual de efectivas facilita su aplicación en otros centros».
Para Óscar de la Calle-Martín, médico especialista en Inmunología, Hospital de Sant Pau de Barcelona, «esta terapia génica se posiciona como una opción potencialmente curativa, con menor toxicidad que el trasplante de médula ósea y sin alorreactividad».
Pero, como añade López Hoyos, sería necesario «el cribado neonatal es clave para detectar a tiempo la enfermedad y aplicar esta terapia de manera planificada».
Con apoyo del Instituto de Medicina Regenerativa de California, el equipo de UCLA trabaja para completar los pasos regulatorios necesarios para solicitar la aprobación de las autoridades sanitarias de EE.UU (FDA en inglés) en los próximos dos o tres años. La organización Rarity PBC, fundada por exmiembros del laboratorio de Kohn, ha obtenido la licencia de la terapia y colabora con socios industriales para su producción a escala farmacéutica.
A tenor de estos datos, Pere Soler Palacín, Jefe de la Unidad de Inmunodeficiencias Pediátricas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, confirma que la terapia génica mediante lentivirus debe considerarse el tratamiento de primera línea para ADA-SCID.
Ahora bien, en España, se lamenta Óscar de la Calle-Martín, «lamentablemente, ningún centro en España administra aún estos tratamientos; debería ser una prioridad estatal implementarlos y ampliar el cribado neonatal en todo el país».
Palacín, por último, advierte que aunque los resultados son muy positivos, el riesgo de oncogenicidad clonal debe seguir vigilándose a largo plazo, por lo que el seguimiento prolongado es esencial para garantizar la seguridad definitiva de este abordaje.