Publicado: octubre 7, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/paralisis-politica-agrava-crisis-economica-social-francia-20251008200015-nt.html
La histórica crisis política, sin precedentes, se ha transformado en un bomba de relojería económica para Francia, con un costo amenazante para la credibilidad nacional y la estabilidad de la zona euro. De ahí que la opinión pública, todos los grandes partidos parlamentarios, todos … los líderes nacionales, todos los analistas de referencia, pidan a coro la dimisión de Emmanuel Macron, esperando «frenar» el desastre financiero emergente.
Según un sondeo publicado por el matutino conservador ‘Le Figaro’, el 70% de los franceses son «favorables» a la dimisión de Macron. A tenor de un rosario de encuestas publicadas en el último trimestre, entre el 65 y el 75% de los franceses tienen mala opinión del jefe del Estado. Los franceses más modestos temen la pérdida del poder adquisitivo. Empresarios grandes y pequeños, comerciantes, temen los efectos de una economía estatal en estado lamentable.
Tras la dimisión de Sébastien Lecornu, tras veintiséis días intentando formar gobierno, en vano, socialistas, comunistas, ecologistas, derecha tradicional y centristas multiplicaron el martes sus conciliábulos, chalaneos y «negociaciones», esperando que Macron termine formando un nuevo gobierno, si no se ve forzado a convocar elecciones anticipadas, o dimitir.
El semanario satírico ‘Le Canard Enchaîné’, tradicionalmente muy bien informado, los prefectos de Francia, representantes del Estado en los departamentos, habrían recibido la consigna «oficiosa» de «prepararse» para la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas entre el 16 y el 13 de noviembre.
A la espera de lo que ocurra, partidos y líderes políticos estiman que la dimisión o destitución de Macron es la mejor «solución» para sacar a Francia de la histórica crisis provocada por las catastróficas decisiones presidenciales durante el último año y medio.
Entre sus amigos y colaboradores, Édouard Philippe, quien fue su primer ministro, entre 2017 y 2020, declaró el martes: «Macron debe dimitir para preparar una elección presidencial anticipada».
Portavoz de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), Christophe Gomart razona de este modo la exigencia de la dimisión presidencial: «La incertidumbre y la inestabilidad son catastróficas, cuando Francia tiene una deuda pública gigantesca. Si Macron desea el bien de Francia, debe dimitir. Es necesario que se vaya».
«Dimisión o socialismo»
Olivier Faure, líder socialista, plantea esta alternativa: «Macron tiene dos soluciones: dimitir o nombrar un jefe de gobierno socialista». Marine Tordelier, líder ecologista, matiza: «Macron tiene tres soluciones… dimitir, convocar elecciones anticipadas o cohabitar con la izquierda».
Extrema izquierda y extrema derecha con mucho más brutales.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda) repite incansablemente: «Macron debe largarse. Si no dimite, debemos iniciar un procedimiento de destitución». Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), resume la situación nacional de este modo: «Ante el caos que él mismo ha provocado, Macron debe dimitir o convocar elecciones anticipadas. O ambas cosas». Jordan Bardella, presidente del partido de Le Pen, subraya: «Francia necesita salir del caos. Deben convocarse elecciones con rapidez». Todos los sondeos afirman que la extrema derecha francesa puede estar a las puertas del poder cuando haya elecciones, previsiblemente anticipadas.
Los analistas políticos más moderados y respetables coinciden con esas sentencias sumarísimas contra el jefe del Estado.
Alain Minc, uno de los politólogos más famosos e influyentes de Francia, consejero de varios jefes de Estado (Macron incluido), ha sentenciado: «Emmanuel Macron es el peor presidente de la V República. Esperemos que no sea el sepulturero del Régimen fundado por el general de Gaulle entre 1958 y 1962».
Alain Duhamel, decano de los analistas políticos franceses, académico, comenta con ironía mordaz: «Macron ha dado muestras de ser un nombre inteligente, en casi todo. Salvo en política. En ese terreno ha tomado decisiones catastróficas».
Crisis de Estado
Dominique Reynié, presidente de Fondapol (Fundación para la inovación política), ‘think thank’ de referencia, liberal y europeo, resume la situación nacional de este modo: «Nuestra crisis política amenaza en transformarse en crisis de régimen y crisis de Estado».
Crisis de régimen o de Estado que también es una amenaza para la zona euro, cuando Macron prolonga la incertidumbre política sin tomar decisiones que clarifiquen la incertidumbre más absoluta.
Los analistas financieros, por su parte, sacan consecuencias económicas inquietantes.
Desmond Lachmann, ex director adjunto del Fondo Monetario Internacional (FMI), investigador en el American Enterprise Institute (AEI), hace este análisis de la dimensión financiera de la crisis política en curso: «La finanzas públicas del Estado francés se encuentran en un estado insostenible y pueden convertirse en una amenaza existencial para toda la zona euro. Los déficits y la deuda pública están en un desorden amenazante.». Lachmann sentencia: «Lo mejor que pudiera hacer Macron es dimitir y convocar una elección presidencial anticipada. Si no lo hace, los mercados e inversores internacionales pueden obligarlo a hacerlo».
El Observatorio francés de coyunturas económicas (OFCE), institución universitaria próxima a la Fundación nacional de ciencias políticas (FNSP), la escuela de las élites políticas francesas, ha publicado un resumen inquietante del costo económico de año y medio de crisis política.
El estallido y proliferación definitiva de la crisis, entre junio de 2024 y este mes de octubre, ha costado a Francia más de 15.000 millones de euros, agravando el estado catastrófico de las finanzas nacionales, «farolillo rojo» de la zona euro.
Dimensión internacional
Eric Heyer, economista de la OFCE, comenta esas cifras básicas de este modo: «Ante la incertidumbre, las empresas invierten menos y congelan parcialmente sus actividades, penalizando gravemente las inversiones y el empleo. Las familias más modestas son las primeras víctimas de la crisis, agravando su incertidumbre».
Esa dimensión económica de la crisis política tiene una dimensión internacional y una dimensión nacional.
En la escena internacional, instalada en el «pelotón de los torpes» de la zona euro, Francia es contemplada con inquietud por los aliados europeos. En la escena política nacional, las consecuencias económicas y sociales de la crisis en el bolsillo de las familias más modestas favorece de manera espectacular a las subidas del voto de extrema derecha que anuncian los sondeos. Marine Le Pen y el presidente de su partido, Jordan Bardella, se han convertido en las personalidades políticas más populares de Francia.