Publicado: octubre 5, 2025, 12:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-estudia-fase-dos-despligue-ante-venezuela-20251005182757-nt.html
Donald Trump reveló este domingo que estudia una «fase dos» del despliegue militar en el Caribe, tras asegurar que Estados Unidos ya ha logrado el control marítimo en la región con una serie de ataques contra embarcaciones venezolanas.
«Vamos a acabar con el … tráfico de drogas, y ya hemos hecho mucho. No hay nadie entrando por mar. Eso sí te lo puedo decir. El mar está, digamos, vacío. No están entrando drogas por el agua, y vamos a estudiar qué es la fase dos. Ha marcado una gran diferencia. Échale un vistazo, ¿eh?«, dijo el presidente en respuesta a ABC antes de su visita a la base naval de Norfolk, Virginia.
Hay legisladores republicanos que le presionan para que ataque también dentro de Venezuela a centros neurálgicos de la logística del narcotráfico. Un gran jurado considera a Nicolás Maduro capo del cártel de los Soles, una organización de jerarcas chavistas que según la fiscalía se lucra con trafico de cocaína de Colombia hacia Europa, el Caribe y Norteamérica.
El anuncio de que puede haber una fase dos llega en plena expansión de la operación militar lanzada a comienzos de año contra las rutas del narcotráfico en el Caribe, una ofensiva que el propio Trump describe como «la guerra prolongada» contra el narcoterrorismo. La estrategia combina ataques preventivos, patrullas de la Armada y coordinación directa con Puerto Rico y otros aliados regionales.
En las últimas semanas, buques estadounidenses han intensificado su presencia frente a las costas de Venezuela, Cuba y Centroamérica, en una zona que Washington considera un corredor clave para el tráfico de cocaína hacia su territorio. Según Trump, el operativo «ya ha devuelto la seguridad a las aguas del Caribe».
En la Casa Blanca se debate una segunda fase que podría ampliar el alcance de las operaciones a puertos y enclaves logísticos utilizados por las redes criminales, aunque esa decisión aún no ha sido formalizada.
Potencia marítima reactivada
El presidente viajó este domingo junto a la primera dama a Norfolk, donde preside una demostración de poder naval a bordo del portaaviones USS George H. W. Bush y tiene previsto pronunciar un discurso en conmemoración del 250 aniversario de la Armada de Estados Unidos.
En ese escenario, Trump busca proyectar la imagen de una potencia marítima reactivada y comprometida con una estrategia de «defensa exterior» frente a las amenazas del narcotráfico.
TRUMP ESTUDIA LA FASE DOS DEL DESPLIEGUE EN EL CARIBE 🇻🇪
Le he preguntado a Donald Trump cuál será el siguiente paso en el despliegue militar en el Caribe. El presidente me ha dicho que va a revisar “lo que la Armada está haciendo”, porque, según asegura, en esta fase ya se ha… pic.twitter.com/kmk1m1BEt3
— David Alandete (@alandete) October 5, 2025
El contexto de sus palabras no es casual. Apenas un día antes, un nuevo ataque ordenado desde la Casa Blanca había alcanzado una embarcación frente a la costa venezolana, dejando cuatro muertos.
Fue el cuarto bombardeo de este tipo desde que comenzó la operación. Según la versión oficial, el barco transportaba cargamentos de droga con destino a Estados Unidos y estaba vinculado a grupos designados como terroristas.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que la acción se ejecutó tras varios días de seguimiento con apoyo de inteligencia aérea y marítima. Explicó que la embarcación navegaba por una ruta habitual de narcotráfico y que el objetivo fue «neutralizado de manera precisa para evitar riesgos a terceros». Hegseth defendió que «Estados Unidos no tolerará que organizaciones criminales utilicen el mar como corredor hacia nuestro territorio», y subrayó que los ataques continuarán «mientras las amenazas persistan».
El jueves, la Casa Blanca había enviado al Capitolio un memorando en el que Trump declaraba formalmente que los cárteles de la droga constituyen «grupos armados no estatales» y que sus acciones representan «un ataque armado contra Estados Unidos». En ese texto, el presidente invocó el derecho internacional humanitario para afirmar que el país se encuentra inmerso en «un conflicto armado no internacional» con dichas organizaciones.
La medida, según juristas en Washington, amplía de forma significativa el margen legal para el uso de la fuerza, al permitir operaciones letales fuera del territorio estadounidense sin requerir autorización previa del Congreso. También marca una ruptura doctrinal: por primera vez, una Administración estadounidense equipara a los cárteles de la droga con actores beligerantes.
Trump sigue personalmente el curso de la campaña desde la Casa Blanca en coordinación directa con el comandante del Comando Sur (SOUTHCOM) y la nueva cúpula del renombrado Departamento de Guerra, antes Departamento de Defensa. Su objetivo es mantener la iniciativa en el Caribe, impedir que las redes criminales reconstruyan sus rutas y proyectar una imagen de dominio absoluto en el mar.
Cooperación con fuerzas locales
La «fase dos», cuya planificación se mantiene bajo reserva, podría implicar una expansión de las operaciones hacia enclaves costeros de América Central y del norte de Suramérica, así como una cooperación más estrecha con fuerzas locales bajo un nuevo marco de seguridad regional.
Actualmente, Estados Unidos mantiene un amplio despliegue naval en el Caribe vinculado a la campaña contra el narcotráfico asociado al régimen de Nicolás Maduro. La operación incluye buques anfibios como el USS Iwo Jima, el USS San Antonio y el USS Fort Lauderdale, además del crucero de misiles USS Lake Erie y el submarino USS Newport News. Estos activos operan en aguas internacionales con apoyo de aviones de patrulla marítima y helicópteros, y ya han participado en varios ataques contra embarcaciones que el equipo de Trump describe como «lanchas de narcoterroristas venezolanos».