Andrej Babis , el 'tercer hombre' de Putin en la UE - Colombia
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Andrej Babis , el 'tercer hombre' de Putin en la UE

El momento más delirante de la campaña de Andrej Babis tuvo lugar el 20 de agosto, en Lysá, la montaña más alta de los Beskides de Moravia-Silesia. Se había sabido que la diputada del movimiento Acción de Ciudadanos Descontentos (ANO) Margita … Balastíková contrató a un sicario para matar al perro de la nueva novia de su exmarido, en un país en el que hay un perro en el 42% de los hogares, y el líder del partido se presentó allí junto a la directiva y una profusa compañía canina. Se dejó fotografiar en Kolín con un perro que bebía agua de un tazón de propaganda de ANO y obligó a la comitiva a escalar Lysá ante los ojos de las cámaras, como muestra indiscutible de complicidad política entre las dos especies.
El momento más decisivo, sin embargo, tuvo lugar meses antes y en territorio de la escindida Eslovaquia. Babis arrastraba allí desde 2017 una disputa legal con el Instituto de la Memoria de la Nación Eslovaca, que mantiene registros que lo identifican como agente secreto soviético con el nombre en clave ‘Bures’.
El Ministerio de Interior eslovaco, dirigido por Matus Sutaj Estok, hombre de confianza del primer ministro Robert Fico, amigo declarado de Putin, llegó a un acuerdo extrajudicial con los abogados de Babis que puso fin al litigio. El primer ministro checo, Petr Fiala, desestimó el acuerdo como un «favor político», pero el asunto quedó fuera de la campaña, a pesar de que su relación con los servicios secretos comunistas es bien conocido.

Su padre, diplomático y miembro del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ), estuvo destinado en Ginebra y las Naciones Unidas. El propio Babis se unió al KSČ en 1980 y durante toda esa década fue agente de StB, el servicio secreto de seguridad del Estado checoslovaco, según su versión «sin ser consciente de ello».
Accedió a información privilegiada que le permitió situarse a la cabeza de una de las grandes empresas checas privatizadas tras la disolución de Checoslovaquia, Agrofert. Se hizo después de la noche a la mañana con la propiedad de la compañía, alegando que el dinero provenía de sus «antiguos compañeros de escuela suizos». Desde Agrofert, que abarca la agroindustria, los medios de comunicación y el sector petroquímico checo, se ha convertido en el hombre más rico del país. Según el ranking de ‘Forbes’ actualizado a septiembre de 2025, Andrej Babis, con una fortuna estimada de 4.300 millones de dólares, ocupa el puesto 937 de los multimillonarios del mundo. Sólo cuando su nombre apareció en una investigación por fraude en el caso Nido de Cigüeña, decidió entrar en política, con la esperanza de controlar un entorno institucional que comenzaba a volverse hostil hacia él.

El Estado como empresa

Fundó en 2011 el partido ANO, palabra que en checo significa ‘si’, como una plataforma contra la corrupción con un discurso populista, empresarial y tecnocrático: «Gestionar el Estado como una empresa». En su manifiesto autobiográfico ‘Muj príbeh’ (‘Mi historia’), afirma que no quería ser político, sino ofrecer sus habilidades gerenciales para «convertir Chequia en una nueva Suiza o Suecia». Y no le costó destacar en la política checa, gracias a su perfil de hiperactividad, su falsa imagen de hombre hecho a sí mismo, con idiomas y conexiones internacionales. Tiene en los contactos de su móvil a Trump, a Macron y a ministros alemanes.
Como titular de Finanzas acosó a pymes y autónomos, en favor de las grandes corporaciones, y pidió la intervención de la OTAN en el Mediterráneo durante la crisis de los refugiados en 2015. En 2017 fue destituido por el primer ministro Bohuslav Sobotka, tras ser llevado a los tribunales por evasión de impuestos y descubrirse que desviaba fondos de las ayudas europeas a sus empresas.
Todavía con cuentas jurídicas pendientes, se presentó de nuevo a estas elecciones, con promesas de «rescate nacional», bajar un 20% el precio de la energía y terminar con la ayuda militar a Ucrania. Su victoria amenaza con desmoronar el frente anti-Putin en la UE, dado que está decidido a alinearse con el eslovaco Fico y el húngaro Orbán.
Babis le dijo a Trump, en una visita a la Casa Blanca en 2019, que tenía «un plan similar para hacer que Chequia vuelva a ser grande». «Pero ahora le conviene más estar del lado de Putin. Babis no es el típico tipo del Kremlin, pero tampoco es proeuropeo… está pendiente de qué acciones políticas suben o bajan y se colocará del lado que le convenga», ha previsto Ondrej Kundra, que ha escrito extensamente sobre Babis para el semanario liberal checo ‘Respekt’.

Publicado: octubre 4, 2025, 8:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/andrej-babis-tercer-hombre-putin-ue-20251004202644-nt.html

El momento más delirante de la campaña de Andrej Babis tuvo lugar el 20 de agosto, en Lysá, la montaña más alta de los Beskides de Moravia-Silesia. Se había sabido que la diputada del movimiento Acción de Ciudadanos Descontentos (ANO) Margita Balastíková contrató a un sicario para matar al perro de la nueva novia de su exmarido, en un país en el que hay un perro en el 42% de los hogares, y el líder del partido se presentó allí junto a la directiva y una profusa compañía canina. Se dejó fotografiar en Kolín con un perro que bebía agua de un tazón de propaganda de ANO y obligó a la comitiva a escalar Lysá ante los ojos de las cámaras, como muestra indiscutible de complicidad política entre las dos especies.

El momento más decisivo, sin embargo, tuvo lugar meses antes y en territorio de la escindida Eslovaquia. Babis arrastraba allí desde 2017 una disputa legal con el Instituto de la Memoria de la Nación Eslovaca, que mantiene registros que lo identifican como agente secreto soviético con el nombre en clave ‘Bures’.

El Ministerio de Interior eslovaco, dirigido por Matus Sutaj Estok, hombre de confianza del primer ministro Robert Fico, amigo declarado de Putin, llegó a un acuerdo extrajudicial con los abogados de Babis que puso fin al litigio. El primer ministro checo, Petr Fiala, desestimó el acuerdo como un «favor político», pero el asunto quedó fuera de la campaña, a pesar de que su relación con los servicios secretos comunistas es bien conocido.

Su padre, diplomático y miembro del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ), estuvo destinado en Ginebra y las Naciones Unidas. El propio Babis se unió al KSČ en 1980 y durante toda esa década fue agente de StB, el servicio secreto de seguridad del Estado checoslovaco, según su versión «sin ser consciente de ello».

Accedió a información privilegiada que le permitió situarse a la cabeza de una de las grandes empresas checas privatizadas tras la disolución de Checoslovaquia, Agrofert. Se hizo después de la noche a la mañana con la propiedad de la compañía, alegando que el dinero provenía de sus «antiguos compañeros de escuela suizos». Desde Agrofert, que abarca la agroindustria, los medios de comunicación y el sector petroquímico checo, se ha convertido en el hombre más rico del país. Según el ranking de ‘Forbes’ actualizado a septiembre de 2025, Andrej Babis, con una fortuna estimada de 4.300 millones de dólares, ocupa el puesto 937 de los multimillonarios del mundo. Sólo cuando su nombre apareció en una investigación por fraude en el caso Nido de Cigüeña, decidió entrar en política, con la esperanza de controlar un entorno institucional que comenzaba a volverse hostil hacia él.

El Estado como empresa

Fundó en 2011 el partido ANO, palabra que en checo significa ‘si’, como una plataforma contra la corrupción con un discurso populista, empresarial y tecnocrático: «Gestionar el Estado como una empresa». En su manifiesto autobiográfico ‘Muj príbeh’ (‘Mi historia’), afirma que no quería ser político, sino ofrecer sus habilidades gerenciales para «convertir Chequia en una nueva Suiza o Suecia». Y no le costó destacar en la política checa, gracias a su perfil de hiperactividad, su falsa imagen de hombre hecho a sí mismo, con idiomas y conexiones internacionales. Tiene en los contactos de su móvil a Trump, a Macron y a ministros alemanes.

Como titular de Finanzas acosó a pymes y autónomos, en favor de las grandes corporaciones, y pidió la intervención de la OTAN en el Mediterráneo durante la crisis de los refugiados en 2015. En 2017 fue destituido por el primer ministro Bohuslav Sobotka, tras ser llevado a los tribunales por evasión de impuestos y descubrirse que desviaba fondos de las ayudas europeas a sus empresas.

Todavía con cuentas jurídicas pendientes, se presentó de nuevo a estas elecciones, con promesas de «rescate nacional», bajar un 20% el precio de la energía y terminar con la ayuda militar a Ucrania. Su victoria amenaza con desmoronar el frente anti-Putin en la UE, dado que está decidido a alinearse con el eslovaco Fico y el húngaro Orbán.

Babis le dijo a Trump, en una visita a la Casa Blanca en 2019, que tenía «un plan similar para hacer que Chequia vuelva a ser grande». «Pero ahora le conviene más estar del lado de Putin. Babis no es el típico tipo del Kremlin, pero tampoco es proeuropeo… está pendiente de qué acciones políticas suben o bajan y se colocará del lado que le convenga», ha previsto Ondrej Kundra, que ha escrito extensamente sobre Babis para el semanario liberal checo ‘Respekt’.

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