Los gazatíes, entre el desgaste y la desconfianza: «¡Que esto pare y podamos respirar de nuevo!» - Colombia
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Los gazatíes, entre el desgaste y la desconfianza: «¡Que esto pare y podamos respirar de nuevo!»

Los gazatíes despertaron tras una larga noche que arrancó con la respuesta de Hamás a la propuesta de Donald Trump, que el presidente estadounidense acogió como una muestra de que los islamistas «están preparados para la paz». Trump pidió a Israel que detuviera los … bombardeos y, pasadas unas horas, Benjamin Netanyahu ordenó a su Ejército detener las operaciones de ataque en Gaza para implementar la primera fase de la propuesta de Estados Unidos. Algunos salieron a las calles a celebrarlo, otros no se lo podían creer, sobre todo porque las explosiones, aunque de menor intensidad que los días anteriores, no dejaron de retumbar en el cielo.
Adel Dojan, estudiante universitario de 22 años, piensa que «el acuerdo es injusto, pero necesitamos un descanso. La gente no tiene donde caerse muerta, la situación nos obliga a aceptar cualquier cosa. No podemos más. Confiamos en que las negociaciones que se abren ahora sirvan para mejorar nuestras condiciones de vida. Hemos sufrido todos, nos ha tocado a todos perder familiares, casas, negocios… no podemos más». Adel explica a través del teléfono que, pese a la orden de Netanyahu, «durante la mañana las cosas no han cambiado, seguimos escuchando explosiones».
Quienes huyeron de Ciudad de Gaza en las últimas semanas empujados por los ataques soñaron por un instante con regresar tras leer las palabras de Netanyahu, hasta que el Ejército informó de «las tropas siguen rodeando la Ciudad de Gaza, y regresar allí es muy peligroso. Por su seguridad, eviten regresar al norte o acercarse a zonas donde las tropas estén operando en cualquier parte de la Franja, incluso en el sur». El regreso al norte sigue estando cerrado para los civiles.

Issam Tawil, mecánico de coches de 41 años de Ciudad de Gaza, forma parte del gran grupo de desconfiados con la situación. «La gente está como borracha, no se creen que esto se pueda aplicar porque saben que los extremistas israelíes están en contra y entienden que Hamás no va a tragar este veneno que encierra la propuesta de Trump. Yo no me creo nada hasta que realmente esté cerrado y se aplique».
En la misma línea se expresa Tasnim Hawagri, ama de casa de 39 años del campo de refugiados de Al Nuseirat, quien repite que «todo me da ya igual, todavía no se ni las personas que han muerto de mi familia porque estamos divididos entre el norte y sur y la comunicación es muy mala. Mi casa fue destruida. No creo nada en la palabra de los políticos de las dos partes. Hemos escuchado muchas veces que estamos cerca del final y ya hemos perdido confianza en propuestas y planes».
Salem Abbas, pescador del campo de refugiados de Al Shati, dice que «no entiendo nada de política, nunca me ha interesado. Lo que quiero es que pare la guerra de una vez, nada más. Lo he perdido todo, han muerto tres miembros de mi familia, me han destrozado la casa y el barco, que era de donde daba de comer a los míos. Estoy bien fastidiado, por eso pido que esto pare y podamos respirar de nuevo».
La falta de confianza en Hamás y Netanyahu también la comparte Musbah Ahmed, costurera de 50 años del barrio de Skeikh Radwan, en Ciudad de Gaza. Musbah, enfadada, responde que «todos son unos mentirosos, Netanyahu y los de Hamás. En realidad, ninguno acepta el acuerdo y cada uno quiere echar la culpa al otro del fracaso. No podemos confiar en ellos y sé que lo que me depara el futuro es morir bajo las bombas o morir de hambre».
Después de dos años y más de 67.000 muertos, Hamás e Israel volverán a sentarse en la mesa de negociación para acercar posturas con la hoja de ruta de Trump como guía. Queda un largo camino por delante, pero el primer paso depende del alto el fuego y la liberación de los rehenes. El desarme de Hamás, el control político de gaza y la retirada de Israel están en la mesa de negociación… pero lo primero es que callen las bombas y regresen los rehenes.

Publicado: octubre 4, 2025, 12:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/gazaties-desgaste-desconfianza-pare-podamos-respirar-nuevo-20251004135605-nt.html

Los gazatíes despertaron tras una larga noche que arrancó con la respuesta de Hamás a la propuesta de Donald Trump, que el presidente estadounidense acogió como una muestra de que los islamistas «están preparados para la paz». Trump pidió a Israel que detuviera los bombardeos y, pasadas unas horas, Benjamin Netanyahu ordenó a su Ejército detener las operaciones de ataque en Gaza para implementar la primera fase de la propuesta de Estados Unidos. Algunos salieron a las calles a celebrarlo, otros no se lo podían creer, sobre todo porque las explosiones, aunque de menor intensidad que los días anteriores, no dejaron de retumbar en el cielo.

Adel Dojan, estudiante universitario de 22 años, piensa que «el acuerdo es injusto, pero necesitamos un descanso. La gente no tiene donde caerse muerta, la situación nos obliga a aceptar cualquier cosa. No podemos más. Confiamos en que las negociaciones que se abren ahora sirvan para mejorar nuestras condiciones de vida. Hemos sufrido todos, nos ha tocado a todos perder familiares, casas, negocios… no podemos más». Adel explica a través del teléfono que, pese a la orden de Netanyahu, «durante la mañana las cosas no han cambiado, seguimos escuchando explosiones».

Quienes huyeron de Ciudad de Gaza en las últimas semanas empujados por los ataques soñaron por un instante con regresar tras leer las palabras de Netanyahu, hasta que el Ejército informó de «las tropas siguen rodeando la Ciudad de Gaza, y regresar allí es muy peligroso. Por su seguridad, eviten regresar al norte o acercarse a zonas donde las tropas estén operando en cualquier parte de la Franja, incluso en el sur». El regreso al norte sigue estando cerrado para los civiles.

Issam Tawil, mecánico de coches de 41 años de Ciudad de Gaza, forma parte del gran grupo de desconfiados con la situación. «La gente está como borracha, no se creen que esto se pueda aplicar porque saben que los extremistas israelíes están en contra y entienden que Hamás no va a tragar este veneno que encierra la propuesta de Trump. Yo no me creo nada hasta que realmente esté cerrado y se aplique».

En la misma línea se expresa Tasnim Hawagri, ama de casa de 39 años del campo de refugiados de Al Nuseirat, quien repite que «todo me da ya igual, todavía no se ni las personas que han muerto de mi familia porque estamos divididos entre el norte y sur y la comunicación es muy mala. Mi casa fue destruida. No creo nada en la palabra de los políticos de las dos partes. Hemos escuchado muchas veces que estamos cerca del final y ya hemos perdido confianza en propuestas y planes».

Salem Abbas, pescador del campo de refugiados de Al Shati, dice que «no entiendo nada de política, nunca me ha interesado. Lo que quiero es que pare la guerra de una vez, nada más. Lo he perdido todo, han muerto tres miembros de mi familia, me han destrozado la casa y el barco, que era de donde daba de comer a los míos. Estoy bien fastidiado, por eso pido que esto pare y podamos respirar de nuevo».

La falta de confianza en Hamás y Netanyahu también la comparte Musbah Ahmed, costurera de 50 años del barrio de Skeikh Radwan, en Ciudad de Gaza. Musbah, enfadada, responde que «todos son unos mentirosos, Netanyahu y los de Hamás. En realidad, ninguno acepta el acuerdo y cada uno quiere echar la culpa al otro del fracaso. No podemos confiar en ellos y sé que lo que me depara el futuro es morir bajo las bombas o morir de hambre».

Después de dos años y más de 67.000 muertos, Hamás e Israel volverán a sentarse en la mesa de negociación para acercar posturas con la hoja de ruta de Trump como guía. Queda un largo camino por delante, pero el primer paso depende del alto el fuego y la liberación de los rehenes. El desarme de Hamás, el control político de gaza y la retirada de Israel están en la mesa de negociación… pero lo primero es que callen las bombas y regresen los rehenes.

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