Publicado: octubre 3, 2025, 10:15 pm
Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/holger-prokisch-farmaco-ideal-cure-ayudan-20251002161044-nt.html
Holger Prokisch dirige el grupo de trastornos mitocondriales de la Universidad de Múnich (Alemania). Su investigación se centra en comprender la variación genética en trastornos tanto raros como comunes que conducen a enfermedades relacionadas con las mitocondrias. Prokisch coordina Genomit, una red internacional … cuyo objetivo es avanzar en la comprensión del curso natural de las enfermedades mitocondriales, proporcionar una base sólida para el asesoramiento genético y servir de catalizador para trasladar los resultados de la investigación básica a la práctica clínica. Ha participado en el Congreso MitoSpain que, organizado por Asociación Española de Patologías Mitocondriales AEPMI, la Fundación Ana Carolina Díez Mahou y Asociación de Atrofia del Nervio óptico de Leber ASANOL, se celebró en Madrid.
¿Cómo explicaría lo que es una enfermedad mitocondrial?
Son enfermedades causadas por un metabolismo energético defectuoso. Todas nuestras células necesitan energía para pensar, movernos, ver… pero en estos pacientes ese metabolismo no funciona bien. Como consecuencia, aparecen problemas neurológicos, cardíacos y musculares. En resumen, el organismo no convierte de forma eficiente los nutrientes en energía utilizable.
¿Podría explicar qué es Genomit y cuáles son los principales objetivos en la investigación de enfermedades mitocondriales?
Genomit es un proyecto europeo financiado por varios países. Nos centramos en enfermedades mitocondriales raras que, precisamente por su rareza, requieren colaboración internacional. Actualmente, casi 10 países trabajamos juntos para recopilar información de pacientes, mejorar el diagnóstico, descubrir biomarcadores que permitan predecir mejor la evolución de la enfermedad y preparar ensayos clínicos.
La red se ha creado para superar la fragmentación de la investigación sobre las enfermedades mitocondriales, estudiar la historia natural de la enfermedad y crear un biobanco completo para encontrar y establecer opciones terapéuticas.
También desarrollamos estudios de historia natural para comprender la progresión habitual de estas enfermedades y aplicamos tecnologías multi-ómicas para aumentar el rendimiento diagnóstico con enfoques innovadores. La mayoría de los países son europeos, entre ellos España, pero también colaboramos con socios en Estados Unidos, Japón y China.
¿Por qué es tan importante la colaboración internacional?
Para evaluar si un tratamiento funciona, primero debemos saber cómo progresa la enfermedad sin tratamiento. Por eso son fundamentales los estudios de historia natural: nos preparan para los ensayos clínicos. Muchas veces los tratamientos no curan, pero sí ralentizan la progresión o mejoran los síntomas. Para comprobarlo necesitamos medidas fiables.
Hoy existen algunos fármacos en desarrollo. No tenemos aún un «fármaco ideal» que cure estas enfermedades, pero algunos ayudan parcialmente. Es clave documentar qué funciona y qué no, y qué terapias recomendar.
Entonces, ¿no existe una cura?
Exacto. En Europa solo hay un fármaco aprobado para una enfermedad que causa ceguera y que ayuda hasta al 50% de los pacientes. También se está probando una terapia génica para el mismo trastorno.
En algunos casos hemos detectado defectos en proteínas transportadoras: si impiden la absorción de vitaminas necesarias para el metabolismo energético, aumentar su ingesta puede curar la enfermedad. Sin embargo, esto solo aplica a un 10% de pacientes. Para el resto, no hay aún cura, aunque terapias como la dieta cetogénica ayudan a mejorar síntomas.
¿Es posible detectar la enfermedad antes de que aparezcan síntomas, por ejemplo en el embarazo?
Sí, pero únicamente si existe antecedente familiar. En esos casos podemos hacer diagnóstico prenatal o incluso preimplantacional para prevenir nuevos casos. No obstante, estas enfermedades no se incluyen en el cribado neonatal. Si no hay antecedentes, la enfermedad se descubre cuando surgen los primeros síntomas en los primeros meses de vida.
¿Qué opciones tienen las familias con antecedentes si desean más hijos?
Pueden recurrir al diagnóstico genético preimplantacional, que analiza el embrión antes de la implantación. En el Reino Unido también existe la controvertida técnica del «bebé de tres padres», que sustituye las mitocondrias defectuosas de la madre. Los primeros bebés nacidos con esta técnica presentan buen pronóstico, aunque sigue siendo un debate ético abierto.
¿Qué importancia tiene la colaboración de los investigadores con los pacientes y familias?
Es fundamental. En Genomit las asociaciones de pacientes son socios de pleno derecho y reciben financiación europea para participar. Ellos definen prioridades y apoyan decisiones difíciles, como el uso de la secuenciación completa del genoma, que ahora es estándar pero en su día generó debate ético.
Además, los pacientes aportan datos clave sobre calidad de vida y, en ocasiones, saben más que los médicos porque investigan durante horas enfermedades extremadamente raras. Como anécdota puedo contar que, en ocasiones, incluso han corregido detalles en mis propios manuscritos: son auténticos expertos en su enfermedad.
Congresos como Mitospain-el primer congreso dedicado a las enfermedades mitocondriales en España- tienen como un objetivo fomentar la colaboración entre médicos de adultos, pediatras, neuropediatras y neurólogos de toda España para debatir los últimos avances en medicina mitocondrial.
¿Cuáles son los principales retos de Genomit a corto plazo?
La financiación. Hemos tenido la suerte de recibir apoyo durante 15 años, pero los proyectos suelen durar solo tres, lo que dificulta las colaboraciones internacionales a largo plazo.
Otros retos son la burocracia, el poco tiempo que los clínicos pueden dedicar a pacientes con enfermedades raras y la falta de interés de la industria farmacéutica en este campo debido a las poblaciones tan pequeñas. Por eso debemos trabajar a nivel europeo e internacional para reunir suficientes pacientes que permitan avanzar en la investigación y los ensayos.
En su opinión, ¿qué avances marcarán el futuro de este campo?
La manipulación directa del ADN. Ya existen métodos que permiten corregir mutaciones genéticas y los primeros ensayos clínicos están en marcha. Aunque tardaremos al menos una década en ver resultados amplios, es el camino más prometedor hacia la cura.
Otros avances son las terapias génicas y los oligonucleótidos antisentido, que regulan la expresión de genes concretos. La medicina de precisión a nivel molecular está creciendo y ofrece una esperanza real para el futuro.