El padre que desafía a la Justicia griega tras perder a su hijo en tragedia de Tempe: «Llegaré hasta el final» - Colombia
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El padre que desafía a la Justicia griega tras perder a su hijo en tragedia de Tempe: «Llegaré hasta el final»

La tumba del Soldado Desconocido, en la plaza de Sintagma, en el centro de Atenas, es el escenario de una de las mayores protestas de la historia reciente de Grecia. En este simbólico lugar, frente al Parlamento griego, entre farolillos, pancartas, flores, fotografías y los … 57 nombres de las víctimas mortales de la tragedia ferroviaria de Tempe, una tienda de campaña que se ha convertido en el epicentro de resistencia social del país.
Desde el pasado 15 de septiembre, Panos Routsi, padre de una de las víctimas, acampa allí en señal de protesta para pedir la exhumación del cadáver de su hijo y la realización de nuevas pruebas. «No pararé hasta llegar al fondo del asunto, hasta alcanzar la verdad», repite incansablemente. Su hijo, Denis, de 22 años, viajaba en el tren siniestrado la noche del 28 de febrero de 2023.
Aquella noche, un tren de pasajeros que cubría la línea Atenas-Tesalónica colisionó en el valle de Tempe (Tesalia) con un convoy de mercancías que circulaba en dirección contraria por la misma vía. Minutos antes, en la estación de Lárisa, el jefe de estación no cambió las agujas, lo que provocó que los dos trenes circulasen por la misma vía durante varios kilómetros antes de la colisión. El impacto causó el descarrilamiento de los tres primeros vagones de pasajeros y un incendio que afectó a los dos trenes, dejando 57 muertos, la gran mayoría jóvenes.

Denis Routsi era uno de los pasajeros del convoy. El joven había pasado unos días visitando a su novia y a algunos familiares, y esa noche regresaba a casa. Viajaba en uno de los últimos vagones, que no sufrieron daños tras el choque. Sin embargo, minutos antes de la colisión, se desplazó hasta el primer vagón, donde la cobertura móvil era mejor, para llamar a su padre e informarle de que el tren iba con retraso y no llegaría a tiempo a la cita que ambos tenían en la estación de Tesalónica.
La tragedia de Tempe, la más mortífera de la historia ferroviaria del país, puso en evidencia las graves deficiencias en la red de transporte del país. Aunque la investigación oficial atribuyó el siniestro a un error humano por parte del jefe de la estación de Lárisa, peritajes independientes impulsados por las familias de las víctimas revelaron fallos en los sistemas de seguridad automatizados y un abandono generalizado de las infraestructuras, a pesar que Grecia había recibido fondos de la UE para la modernización de la red ferroviaria.

MANIFESTACIONES EN ATENAS
Cientos de personas se reúnen en el centro de la capital par apoyar la causa de Panos
EFE

Gestión del desastre

Las labores de rescate y de investigación también fueron muy criticadas por la falta de coordinación entre instituciones y la ausencia de un protocolo claro en la recolección de pruebas. Además, varios familiares de las víctimas denunciaron que los cuerpos sin vida fueron entregados sin que se realizaran análisis completos de ADN. También generó controversia la retirada de 300 centímetros cúbicos de tierra del lugar del siniestro.
El Gobierno defendió la hipótesis del fallo humano. Sin embargo, el goteo de pruebas en los últimos dos años, reavivó la indignación social y comenzaron las acusaciones al gobierno de ocultación de la verdad. La filtración, el pasado invierno, del audio de auxilio de una de las víctimas mortales reveló que muchas personas fallecieron a causa del incendio que se desató tras el choque. El caso despertó una nueva ola de protestas en las principales ciudades del país bajo el lema «No tengo oxígeno», frase que la víctima pronunció minutos antes de morir.

«Noto que ya no tengo tanta energía como hace unos días, pero el apoyo de la gente me da fuerzas para continuar, para llegar hasta el final».

Panos Routsi

Por otra parte, los análisis realizados por peritos independientes revelaron la presencia de materiales inflamables, entre ellos el xilol, que podrían haber provocado el incendio y que, supuestamente, eran transportados de forma ilegal por el tren de mercancías. Sin embargo, los vídeos de las cámaras de seguridad de una empresa privada, filtrados dos años después del accidente, desmintieron esta teoría al mostrar a ambos trenes en circulación sin que se evidenciara un vagón con dichos materiales.
En el ámbito judicial, el sumario alcanza las 60.000 páginas y 36 personas deberán responder ante el tribunal por cargos que incluyen homicidio por negligencia, fallos graves en la seguridad ferroviaria e incumplimiento de deberes públicos, con penas de hasta 20 años de prisión.

Problemas en identificar

Son las dos en punto de mediodía y la plaza de Sintagma está a rebosar de gente. Decenas de turistas han llegado hasta aquí para ver el cambio de guardia, al mismo tiempo, una cola de ciudadanos espera pacientemente frente a la carpa de Routsi para hablar con él, dejarle poemas y textos escritos por ellos y dibujos hechos por sus hijos. Nos invita a pasar a la carpa, previamente un miembro del personal sanitario que lo acompaña durante todo el día, nos informa de que debemos mantener la distancia de seguridad y ponernos mascarilla: «Su estado de salud ha empeorado y hay que priorizar su seguridad».
Con un chorro de voz, Routsi nos explica que ha perdido nuevo kilos desde que empezó la huelga de hambre hace más de dos semanas. «Noto que ya no tengo tanta energía como hace unos días, pero el apoyo de la gente me da fuerzas para continuar, para llegar hasta el final».
Routsi explica a este medio que tras el cierre del caso el pasado 29 de agosto, intentó junto con su abogada, la jurista y secretaria general del partido `Travesia a la libertad´, conseguir una audiencia con la fiscalía encargada del caso. «A pesar de que teníamos cita con ellos, no había nadie, ni el fiscal, ni el juez. Al regresar a Tesalónica, preparé una maleta y sin decírselo a nadie, me viene a Atenas y aquí estoy desde entonces».

Así quedaron los trenes tras colisionar

EFE

La gente sigue llegando y, sin excepción, Routsi saluda a todos y les da las gracias por venir. «Recibo visitas durante todo el día, desde primera hora de la mañana hasta pasadas las doce de la madrugada. La gente dice que soy un héroe y que les doy fuerzas, pero es lo contrario, ellos me dan la energía y la fuerza».
Olga Kosmopulu, una de las siete médicos que atienden a Routsi, explica ante los medios concentrados en la plaza que «estamos en un momento crítico. Routsis ha pasado la frontera de los semanas de huelga y el riesgo de paro cardíaco es alto». Su abogada, Zoe Konstantopulu, presente en el examen médico, ha recalcado que la situación es «crítica» y que la solicitud de Routsi de conocer las causas del fallecimiento, son prerrogativa en cualesquier estado de derecho. Routsi sostiene que, cuando las autoridades le entregaron los restos de su hijo, no se habían realizado correctamente las pruebas de ADN. También exige pruebas toxicológicas —que hasta ahora solo se han realizado a los maquinistas de ambos trenes— para esclarecer las causas exactas del fallecimiento de su hijo.
La Justicia ha desestimado las peticiones de exhumación solicitada por las familias de las víctimas argumentando que los peritajes existentes son suficientes. El pasado viernes, sin embargo, autorizó la realización de pruebas de ADN, pero no toxicológicas, en los restos de Denis Routsi. «No es razonable que no me dejen realizar las pruebas. Si tan claro está lo que pasó, si no hay nada oculto, ¿por qué no me dejan entonces hacer los análisis. Es mi derecho como padre, es el derecho de todos los padres que han perdido sus hijos en Tempe».
Es consciente de que en los próximos días su salud empeorará, se lo han explicado los médicos y que seguramente no podrá levantarse. «No me voy a ir de aquí. Algo está apunto de pasar, la gente se ha despertado y van a luchar conmigo», explica visiblemente emocionado.

Respuesta del tribunal

Ante la negativa de la justicia a autorizar las pruebas toxicológicas, Panos Routsi anunció que continuará «hasta el final» con su huelga de hambre. Durante el fin de semana, cientos de personas se congregaron en la plaza de Sintagma para expresar su apoyo, en una protesta convocada por organizaciones sociales, colectivos culturales y sindicatos del sector artístico. Los manifestantes reclamaron mayor transparencia judicial y la reapertura de la investigación sobre el accidente.
Routsi tomó la palabra durante un acto multitudinario celebrado el domingo y reiteró su exigencia de que se autoricen pruebas toxicológicas y biológicas sobre los restos de su hijo. En su intervención, acusó a las autoridades de querer cerrar el caso de forma precipitada y de encubrir las verdaderas causas de la tragedia: «Por mucho que quieran ocultar la verdad, no se saldrán con la suya. No nos detendremos, no nos quedaremos callados».
Este lunes, la presidenta del tribunal de apelaciones de Lárisa respondió a las reclamaciones de Routsis y de los otros familiares que solicitaron la exhumación de los restos de sus hijos y la realización de nuevas pruebas de identificación y toxicológicas. El tribunal ha decidido que «en la presente etapa procesal no se requiere la realización de otra acción de instrucción para la búsqueda de sustancias en los fallecidos, puesto que en los informes periciales no se constataron sustancias sospechosas como causa de la ignición tras la colisión de los trenes» y añade que «tampoco se detectó en la investigación principal rastros de ignición de una carga sospechosa en la locomotora comercial ni en los vagones de mercancías». Según el Laboratorio Químico General del Estado, las trazas detectadas «no justifican una investigación adicional» y la petición de examinar a todos los pasajeros se considera innecesaria «porque ya se examinó una muestra representativa y las circunstancias del accidente son claras».

Publicado: octubre 1, 2025, 2:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/panos-routsi-padre-desafia-justicia-griega-tras-20251001192044-nt.html

La tumba del Soldado Desconocido, en la plaza de Sintagma, en el centro de Atenas, es el escenario de una de las mayores protestas de la historia reciente de Grecia. En este simbólico lugar, frente al Parlamento griego, entre farolillos, pancartas, flores, fotografías y los 57 nombres de las víctimas mortales de la tragedia ferroviaria de Tempe, una tienda de campaña que se ha convertido en el epicentro de resistencia social del país.

Desde el pasado 15 de septiembre, Panos Routsi, padre de una de las víctimas, acampa allí en señal de protesta para pedir la exhumación del cadáver de su hijo y la realización de nuevas pruebas. «No pararé hasta llegar al fondo del asunto, hasta alcanzar la verdad», repite incansablemente. Su hijo, Denis, de 22 años, viajaba en el tren siniestrado la noche del 28 de febrero de 2023.

Aquella noche, un tren de pasajeros que cubría la línea Atenas-Tesalónica colisionó en el valle de Tempe (Tesalia) con un convoy de mercancías que circulaba en dirección contraria por la misma vía. Minutos antes, en la estación de Lárisa, el jefe de estación no cambió las agujas, lo que provocó que los dos trenes circulasen por la misma vía durante varios kilómetros antes de la colisión. El impacto causó el descarrilamiento de los tres primeros vagones de pasajeros y un incendio que afectó a los dos trenes, dejando 57 muertos, la gran mayoría jóvenes.

Denis Routsi era uno de los pasajeros del convoy. El joven había pasado unos días visitando a su novia y a algunos familiares, y esa noche regresaba a casa. Viajaba en uno de los últimos vagones, que no sufrieron daños tras el choque. Sin embargo, minutos antes de la colisión, se desplazó hasta el primer vagón, donde la cobertura móvil era mejor, para llamar a su padre e informarle de que el tren iba con retraso y no llegaría a tiempo a la cita que ambos tenían en la estación de Tesalónica.

La tragedia de Tempe, la más mortífera de la historia ferroviaria del país, puso en evidencia las graves deficiencias en la red de transporte del país. Aunque la investigación oficial atribuyó el siniestro a un error humano por parte del jefe de la estación de Lárisa, peritajes independientes impulsados por las familias de las víctimas revelaron fallos en los sistemas de seguridad automatizados y un abandono generalizado de las infraestructuras, a pesar que Grecia había recibido fondos de la UE para la modernización de la red ferroviaria.

MANIFESTACIONES EN ATENAS
Cientos de personas se reúnen en el centro de la capital par apoyar la causa de Panos
EFE

Gestión del desastre

Las labores de rescate y de investigación también fueron muy criticadas por la falta de coordinación entre instituciones y la ausencia de un protocolo claro en la recolección de pruebas. Además, varios familiares de las víctimas denunciaron que los cuerpos sin vida fueron entregados sin que se realizaran análisis completos de ADN. También generó controversia la retirada de 300 centímetros cúbicos de tierra del lugar del siniestro.

El Gobierno defendió la hipótesis del fallo humano. Sin embargo, el goteo de pruebas en los últimos dos años, reavivó la indignación social y comenzaron las acusaciones al gobierno de ocultación de la verdad. La filtración, el pasado invierno, del audio de auxilio de una de las víctimas mortales reveló que muchas personas fallecieron a causa del incendio que se desató tras el choque. El caso despertó una nueva ola de protestas en las principales ciudades del país bajo el lema «No tengo oxígeno», frase que la víctima pronunció minutos antes de morir.

«Noto que ya no tengo tanta energía como hace unos días, pero el apoyo de la gente me da fuerzas para continuar, para llegar hasta el final».

Panos Routsi

Por otra parte, los análisis realizados por peritos independientes revelaron la presencia de materiales inflamables, entre ellos el xilol, que podrían haber provocado el incendio y que, supuestamente, eran transportados de forma ilegal por el tren de mercancías. Sin embargo, los vídeos de las cámaras de seguridad de una empresa privada, filtrados dos años después del accidente, desmintieron esta teoría al mostrar a ambos trenes en circulación sin que se evidenciara un vagón con dichos materiales.

En el ámbito judicial, el sumario alcanza las 60.000 páginas y 36 personas deberán responder ante el tribunal por cargos que incluyen homicidio por negligencia, fallos graves en la seguridad ferroviaria e incumplimiento de deberes públicos, con penas de hasta 20 años de prisión.

Problemas en identificar

Son las dos en punto de mediodía y la plaza de Sintagma está a rebosar de gente. Decenas de turistas han llegado hasta aquí para ver el cambio de guardia, al mismo tiempo, una cola de ciudadanos espera pacientemente frente a la carpa de Routsi para hablar con él, dejarle poemas y textos escritos por ellos y dibujos hechos por sus hijos. Nos invita a pasar a la carpa, previamente un miembro del personal sanitario que lo acompaña durante todo el día, nos informa de que debemos mantener la distancia de seguridad y ponernos mascarilla: «Su estado de salud ha empeorado y hay que priorizar su seguridad».

Con un chorro de voz, Routsi nos explica que ha perdido nuevo kilos desde que empezó la huelga de hambre hace más de dos semanas. «Noto que ya no tengo tanta energía como hace unos días, pero el apoyo de la gente me da fuerzas para continuar, para llegar hasta el final».

Routsi explica a este medio que tras el cierre del caso el pasado 29 de agosto, intentó junto con su abogada, la jurista y secretaria general del partido `Travesia a la libertad´, conseguir una audiencia con la fiscalía encargada del caso. «A pesar de que teníamos cita con ellos, no había nadie, ni el fiscal, ni el juez. Al regresar a Tesalónica, preparé una maleta y sin decírselo a nadie, me viene a Atenas y aquí estoy desde entonces».


Así quedaron los trenes tras colisionar


EFE

La gente sigue llegando y, sin excepción, Routsi saluda a todos y les da las gracias por venir. «Recibo visitas durante todo el día, desde primera hora de la mañana hasta pasadas las doce de la madrugada. La gente dice que soy un héroe y que les doy fuerzas, pero es lo contrario, ellos me dan la energía y la fuerza».

Olga Kosmopulu, una de las siete médicos que atienden a Routsi, explica ante los medios concentrados en la plaza que «estamos en un momento crítico. Routsis ha pasado la frontera de los semanas de huelga y el riesgo de paro cardíaco es alto». Su abogada, Zoe Konstantopulu, presente en el examen médico, ha recalcado que la situación es «crítica» y que la solicitud de Routsi de conocer las causas del fallecimiento, son prerrogativa en cualesquier estado de derecho. Routsi sostiene que, cuando las autoridades le entregaron los restos de su hijo, no se habían realizado correctamente las pruebas de ADN. También exige pruebas toxicológicas —que hasta ahora solo se han realizado a los maquinistas de ambos trenes— para esclarecer las causas exactas del fallecimiento de su hijo.

La Justicia ha desestimado las peticiones de exhumación solicitada por las familias de las víctimas argumentando que los peritajes existentes son suficientes. El pasado viernes, sin embargo, autorizó la realización de pruebas de ADN, pero no toxicológicas, en los restos de Denis Routsi. «No es razonable que no me dejen realizar las pruebas. Si tan claro está lo que pasó, si no hay nada oculto, ¿por qué no me dejan entonces hacer los análisis. Es mi derecho como padre, es el derecho de todos los padres que han perdido sus hijos en Tempe».

Es consciente de que en los próximos días su salud empeorará, se lo han explicado los médicos y que seguramente no podrá levantarse. «No me voy a ir de aquí. Algo está apunto de pasar, la gente se ha despertado y van a luchar conmigo», explica visiblemente emocionado.

Respuesta del tribunal

Ante la negativa de la justicia a autorizar las pruebas toxicológicas, Panos Routsi anunció que continuará «hasta el final» con su huelga de hambre. Durante el fin de semana, cientos de personas se congregaron en la plaza de Sintagma para expresar su apoyo, en una protesta convocada por organizaciones sociales, colectivos culturales y sindicatos del sector artístico. Los manifestantes reclamaron mayor transparencia judicial y la reapertura de la investigación sobre el accidente.

Routsi tomó la palabra durante un acto multitudinario celebrado el domingo y reiteró su exigencia de que se autoricen pruebas toxicológicas y biológicas sobre los restos de su hijo. En su intervención, acusó a las autoridades de querer cerrar el caso de forma precipitada y de encubrir las verdaderas causas de la tragedia: «Por mucho que quieran ocultar la verdad, no se saldrán con la suya. No nos detendremos, no nos quedaremos callados».

Este lunes, la presidenta del tribunal de apelaciones de Lárisa respondió a las reclamaciones de Routsis y de los otros familiares que solicitaron la exhumación de los restos de sus hijos y la realización de nuevas pruebas de identificación y toxicológicas. El tribunal ha decidido que «en la presente etapa procesal no se requiere la realización de otra acción de instrucción para la búsqueda de sustancias en los fallecidos, puesto que en los informes periciales no se constataron sustancias sospechosas como causa de la ignición tras la colisión de los trenes» y añade que «tampoco se detectó en la investigación principal rastros de ignición de una carga sospechosa en la locomotora comercial ni en los vagones de mercancías». Según el Laboratorio Químico General del Estado, las trazas detectadas «no justifican una investigación adicional» y la petición de examinar a todos los pasajeros se considera innecesaria «porque ya se examinó una muestra representativa y las circunstancias del accidente son claras».

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