Publicado: septiembre 23, 2025, 10:45 am
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La crisis de la ONU, su incapacidad para cumplir con sus objetivos fundacionales del mantenimiento de la paz y el respeto de los derechos humanos, su ineficiencia para enfrentar los desafíos globales se puede explicar de muchas maneras: la parálisis del Consejo de Seguridad, la … política de bloques, la gestión deficiente de la organización internacional, el uso cuestionable de recursos… Donald Trump se subió este martes al célebre podio de la Asamblea General de la organización internacional, en el clímax del gran cónclave internacional, y destiló esa crisis de una forma en la que lo entenderá un fontanero de Ohio: «Todo lo que he conseguido de la ONU es una escalera mecánica rota y un teleprompter roto».
Protestaba el presidente de EE.UU. porque camino a su discurso ante el pleno de la Asamblea General, él y la primera dama, Melania Trump, se vieron incomodados por una escalera mecánica que dejó de funcionar. «Menos mal que estamos en forma», bromeó. Y cuando subió al podio, el teleprómpter, las pantallas digitales desde la que se leen los discursos, habían dejado de funcionar. Como la ONU, en su opinión, a la que atacó con fiereza en un discurso que materializa el distanciamiento con la organización internacional y que entierra su idea del multilateralismo: «He venido hoy aquí a ofrecer la mano del liderazgo y de la amistad estadounidense para toda nación en esta Asamblea que quiera unirse a nosotros para formar un mundo más próspero y seguro, un mundo que será mucho más feliz y con un mejor futuro a nuestro alcance».
Una visión, en la que, como dejó claro, la ONU no contribuye. «¿Cuál es el propósito de la ONU?», se preguntó. «La ONU tiene un potencial tremendo, siempre lo he dicho. Pero no está ni cerca de cumplir con ese potencial, al menos ahora. Todo lo que hacen es escribir cartas con mensajes muy fuertes que luego nunca cumplen. Son palabras vacías, y las palabras vacías no paran guerras».
Las guerras las para él, defendió. Trump. «En solo siete meses, yo he parado siete guerras que no tenían fin, decían que eran imposibles de ponerles fin», dijo, y repasó esos conflictos: «Camboya y Tailandia, Kosovo y Serbia, Congo y Ruanda, una guerra cruel y violenta; Pakistán e India, Israel e Irán, Egipto y Etiopía y Armenia y Azerbaiyán», aunque algunos de esos países cuestionan o minimizan el impacto de Trump en estos conflictos.
«Nunca ha ocurrido nada así, y para mí es un honor haberlo hecho», continuó antes de atacar a la organización internacional. «Es una pena que haya tenido que hacer todo eso en lugar de que lo haga la ONU. Y, por desgracia, en todos esos casos, la ONU ni siquiera trató de ayudar. Yo acabé con siete guerras, traté con los líderes de cada uno de esos países, y ni siquiera recibí una llamada de la ONU ofreciendo ayuda para finalizar los acuerdos», protestó. Ahí es cuando añadió la anécdota: «Lo único que he recibido de la ONU es una escalera mecánica rota y un teleprompter roto».