Publicado: septiembre 15, 2025, 12:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/paula-gil-medicos-pueden-parar-genocidio-lideres-mundiales-20250914160611-nt.html
Más de un millón de personas han recibido la orden de evacuar Ciudad de Gaza antes de una ofensiva terrestre israelÃ. Para muchos –personas ancianas, enfermas, embarazadas, heridas– escapar es imposible. Quienes logren huir lo harán bajo bombardeos y, si sobreviven, llegarán a zonas … superpobladas en el centro y sur de Gaza, sin seguridad ni recursos básicos. Una población, agotada tras casi dos años de violencia extrema, enfrenta ahora una nueva catástrofe.
Lo que está ocurriendo en Gaza no es solo una catástrofe humanitaria, es la destrucción sistemática de un pueblo. MSF lo tiene claro: Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos en Gaza con total impunidad. 
El coste humano es abrumador. Según cifras del Ministerio de Salud (controlado por Hamás), más de 64.000 personas han sido asesinadas, entre ellas 20.000 niños y niñas. El número real puede ser mayor, ya que muchas personas permanecen sepultadas bajo los escombros de hospitales, escuelas y viviendas.
No hay lugar seguro en Gaza. Se han aniquilado a familias en sus hogares, a trabajadores sanitarios mientras atendÃan a enfermos y a periodistas por hacer su trabajo. El Ejército israelà ha atacado todo y a todos en Gaza.
Se están utilizando armas de alta intensidad diseñadas para campos de batalla abiertos –algunas vendidas a Israel por EE.UU. y gobiernos europeos– en zonas urbanas densamente pobladas, donde la gente vive en tiendas de campaña. Como resultado, estamos tratando lesiones devastadoras.
Al mismo tiempo, las autoridades israelÃes han atacado sistemáticamente el sistema sanitario de Gaza, y los pocos hospitales que quedan están desbordados y carecen de suministros suficientes. Los pacientes sufren y mueren innecesariamente.
Doce de nuestros colegas han sido asesinados y el cirujano ortopédico de MSF, el Dr. Mohammed Obeid, permanece detenido por Israel desde octubre de 2024. En total, más de 1.500 trabajadores sanitarios han sido asesinados. Cada uno de ellos es una pérdida devastadora, para sus familias y el asediado sistema sanitario de Gaza.
El impacto de la guerra genocida va más allá de los ataques directos. Las autoridades israelÃes han asfixiado deliberadamente a Gaza, imponiendo un asedio total, con severas restricciones en el suministro de combustible, agua, alimentos y material médico.
La polÃtica de castigo colectivo, que incluye el hambre deliberada, ha logrado su brutal objetivo: la declaración de la hambruna. Una encuesta reciente realizada en nuestras clÃnicas de Gaza reveló que el 25% de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia estaban desnutridas.
La limitada comida se usa cÃnicamente como arma. La denominada Fundación Humanitaria de Gaza, dirigida por Israel y financiada por EE.UU., ha reemplazado la ayuda de la ONU y es responsable de la muerte de 1.400 personas y dejar heridas a 4.000. Hemos atendido a niños con disparos y a personas aplastadas en estampidas. La brutalidad es inconcebible.
La escasez deliberada de agua está provocando enfermedades. El mes pasado, MSF atendió a 4.000 personas por diarrea acuosa, que puede ser mortal en niños y niñas desnutridos.
Mientras tanto, la violencia de los colonos y del Estado en la Cisjordania ocupada se está acelerando. El robo de tierras, los desplazamientos forzados y los ataques a las comunidades se intensifican, como parte de las polÃticas diseñadas para cambiar la composición demográfica de Cisjordania.
Todos los gobiernos, ya sea por apoyo polÃtico, militar o por su silencio, son cómplices del genocidio en Gaza. Tienen la obligación moral y legal de actuar: deben ejercer presión real –polÃtica, diplomática y económica– para detener las atrocidades, incluido el fin de las transferencias de armas.
Es urgente garantizar un alto el fuego, levantar el asedio y permitir la entrada inmediata de ayuda humanitaria independiente. Deben protegerse hospitales y personal sanitario, y cesar las órdenes de evacuación y el desplazamiento forzoso. Las fronteras deben abrirse para evacuar a quienes lo deseen y a los pacientes que necesitan atención urgente, y asegurar su derecho al retorno cuando haya condiciones seguras.
Los ataques de Hamás en octubre de 2023 fueron atroces. También se debe permitir que todos los rehenes regresen a sus hogares, igual que los palestinos detenidos arbitrariamente.
España ha dado pasos importantes, pero la magnitud de los crÃmenes de Israel exige un liderazgo más firme. Tiene el deber de usar todas las herramientas a su alcance y su influencia en la UE y la ONU para presionar a otros gobiernos.
Cada dÃa, nuestros 1.399 compañeros en Gaza enfrentan la realidad de no poder detener el genocidio. Los lÃderes mundiales sà pueden, pero ya han tardado demasiado.