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El ala más dura del Gobierno israelí asegura que la liberación de los rehenes no es la prioridad en Gaza

El ala más dura del Gobierno de Israel zanjó el debate sobre las prioridades en la guerra de Gaza. Bezalel Smotrich, ministro de Economía, declaró en una entrevista a Radio Galey Israel que traer de vuelta a casa a los rehenes «no es … el objetivo más importante» de Israel. En opinión del líder del ultranacionalismo sionista, la prioridad es destruir a Hamás «para que no pueda haber otro 7 de octubre». El Foro de las Familias de los cautivos reaccionó de manera inmediata y declaró que «no tenemos palabras, sólo vergüenza (…) El ministro al menos está revelando la dura verdad al público: este gobierno ha decidido deliberadamente renunciar a los rehenes».
Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, respondió a Smotrich en su cuenta de X y escribió que «la única verdad es que, por tus delirios mesiánicos y psicópatas, estás dispuesto a sacrificar a Matan y a todo un país. ¡Debemos expulsar a Smotrich y al primer ministro Benjamin Netanyahu para que todos los rehenes vuelvan a casa!».
Hamás propuso la semana pasada un acuerdo para entregar a todos los rehenes que mantiene en su poder a cambio del final de la guerra. Los israelíes calculan que quedan alrededor de dos docenas de rehenes vivos y los cadáveres de más de 30. Netanyahu se opuso y ordenó intensificar los bombardeos y mantener el bloqueo total para presionar a los islamistas. El primer ministro israelí rompió de forma unilateral el 18 de marzo el alto el fuego alcanzado en enero, que permitió la liberación de 25 rehenes y la entrega de ocho cuerpos. Desde entonces Israel ha matado a más de 1.600 personas, de ellas al menos 600 niños, según Unicef, y no ha liberado a un solo cautivo.

Las tropas han penetrado de nuevo por tierra y ocupado más del 50 por ciento de superficie de la Franja para crear lo que llama una nueva «zona de seguridad». Las decisiones de Netanyahu mantienen dividido a Israel, con protestas semanales en Tel Aviv que claman a favor de un nuevo acuerdo que permita la salida segura de los cautivos en operaciones de intercambio por presos palestinos.

Sin investigación independiente

Netanyahu, inmerso en mil batallas internas, la última contra el jefe del Shin Bet, apuesta por el uso máximo de la fuerza en Gaza y su Ejército no tiene líneas rojas sobre el terreno. Además de los asesinatos de periodistas, uno de los últimos casos que muestran la impunidad con la que actúan los soldados fue la muerte de 14 paramédicos y un funcionario de la ONU en Rafah el 23 de marzo. Después de matarlos a tiros, los militares enterraron los cuerpos en una fosa común y no permitieron acercarse a nadie hasta pasados cinco días.
Un mes después del suceso, y tras ser obligados a rectificar la primera versión tras la aparición de un vídeo rescatado del teléfono de una de las víctimas, los militares publicaron el resultado de la investigación y dijeron que no se violó su código de ético, pero que un oficial sería destituido por lo ocurrido.
La Media Luna Roja y organizaciones de derechos humanos israelíes como Breaking The Silence solicitaron una investigación independiente y recordaron las mentiras del Ejército, que en un primer momento explicó que sus hombres dispararon contra vehículos que avanzaban de forma sospechosa, sin luces delanteras ni señales de emergencia, y aseguró que entre los muertos también se encontraban hombres de Hamás. El vídeo encontrado reveló que la versión oficial era totalmente falsa.

Publicado: abril 21, 2025, 2:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/ala-dura-gobierno-israeli-asegura-liberacion-rehenes-20250421193304-nt.html

El ala más dura del Gobierno de Israel zanjó el debate sobre las prioridades en la guerra de Gaza. Bezalel Smotrich, ministro de Economía, declaró en una entrevista a Radio Galey Israel que traer de vuelta a casa a los rehenes «no es el objetivo más importante» de Israel. En opinión del líder del ultranacionalismo sionista, la prioridad es destruir a Hamás «para que no pueda haber otro 7 de octubre». El Foro de las Familias de los cautivos reaccionó de manera inmediata y declaró que «no tenemos palabras, sólo vergüenza (…) El ministro al menos está revelando la dura verdad al público: este gobierno ha decidido deliberadamente renunciar a los rehenes».

Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, respondió a Smotrich en su cuenta de X y escribió que «la única verdad es que, por tus delirios mesiánicos y psicópatas, estás dispuesto a sacrificar a Matan y a todo un país. ¡Debemos expulsar a Smotrich y al primer ministro Benjamin Netanyahu para que todos los rehenes vuelvan a casa!».

Hamás propuso la semana pasada un acuerdo para entregar a todos los rehenes que mantiene en su poder a cambio del final de la guerra. Los israelíes calculan que quedan alrededor de dos docenas de rehenes vivos y los cadáveres de más de 30. Netanyahu se opuso y ordenó intensificar los bombardeos y mantener el bloqueo total para presionar a los islamistas. El primer ministro israelí rompió de forma unilateral el 18 de marzo el alto el fuego alcanzado en enero, que permitió la liberación de 25 rehenes y la entrega de ocho cuerpos. Desde entonces Israel ha matado a más de 1.600 personas, de ellas al menos 600 niños, según Unicef, y no ha liberado a un solo cautivo.

Las tropas han penetrado de nuevo por tierra y ocupado más del 50 por ciento de superficie de la Franja para crear lo que llama una nueva «zona de seguridad». Las decisiones de Netanyahu mantienen dividido a Israel, con protestas semanales en Tel Aviv que claman a favor de un nuevo acuerdo que permita la salida segura de los cautivos en operaciones de intercambio por presos palestinos.

Sin investigación independiente

Netanyahu, inmerso en mil batallas internas, la última contra el jefe del Shin Bet, apuesta por el uso máximo de la fuerza en Gaza y su Ejército no tiene líneas rojas sobre el terreno. Además de los asesinatos de periodistas, uno de los últimos casos que muestran la impunidad con la que actúan los soldados fue la muerte de 14 paramédicos y un funcionario de la ONU en Rafah el 23 de marzo. Después de matarlos a tiros, los militares enterraron los cuerpos en una fosa común y no permitieron acercarse a nadie hasta pasados cinco días.

Un mes después del suceso, y tras ser obligados a rectificar la primera versión tras la aparición de un vídeo rescatado del teléfono de una de las víctimas, los militares publicaron el resultado de la investigación y dijeron que no se violó su código de ético, pero que un oficial sería destituido por lo ocurrido.

La Media Luna Roja y organizaciones de derechos humanos israelíes como Breaking The Silence solicitaron una investigación independiente y recordaron las mentiras del Ejército, que en un primer momento explicó que sus hombres dispararon contra vehículos que avanzaban de forma sospechosa, sin luces delanteras ni señales de emergencia, y aseguró que entre los muertos también se encontraban hombres de Hamás. El vídeo encontrado reveló que la versión oficial era totalmente falsa.

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