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Sheinbaum pone bajo la lupa la corrupción de López Obrador

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha destapado un escándalo de supuesta corrupción en la compra de medicamentos por parte del Estado que roza al expresidente Andrés Manuel López Obrador. La pesquisa se desarrolla en plena tensión de la mandataria con figuras allegadas a … su antecesor que le disputan la conducción del partido gobernante, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Sheinbaum decidió despedir a los principales directivos de Birmex, empresa estatal encargada de comprar medicinas para distribuirlas entre los sectores más desprotegidos de la sociedad. El abastecimiento de medicamentos es un tema sensible en un país con más de 126 millones de personas afectadas por todo tipo de cuadros clínicos. Generalmente, si el Estado no interviene, los medicamentos son inaccesibles por su esquema de precios y el nivel de demanda.
Birmex fue un proyecto iniciado por López Obrador y, según la denuncia impulsada por la Secretaría Anticorrupción del Gobierno de Sheinbaum, se habría incurrido en sobreprecios que derivan en un desfalco de 12.000 millones de pesos (525 millones de euros).

Sheinbaum aseguró que las farmacéuticas que vendieron sus medicamentos a sobrecoste serán inhabilitadas, multadas o se les cancelará el contrato. «Hay inhabilitación de la empresa, ya nunca más podrá ser contratado el medicamento de la empresa, o se aplica la multa correspondiente o sencillamente se cancela el contrato», puntualizó la mandataria.

Vínculos con el poder

Este es el punto de fricción con su antecesor. Fuentes del Gabinete mencionaron a ABC que, entre las empresas que habrían incurrido en sobreprecios, aparecen compañías vinculadas a la familia de López Obrador. En concreto, su hijo Andrés López Beltrán, quien actualmente es el segundo en la dirección de Morena y en los círculos del oficialismo se le percibe como un potencial candidato a la presidencia en 2030 (en México no existe la reelección).
Tras destituir a la cúpula de Birmex, la presidenta decidió intervenir la empresa estatal con la designación de un exdiputado de su extrema confianza. El año pasado, por petición de López Obrador, la mandataria había designado en la empresa a Iván Olmos, un funcionario allegado al expresidente.
Olmos llegó a la t,itularidad de Birmex desde la Dirección Jurídica de la Auditoría Superior de la Ciudad de México, un organismo de control a su vez controlado por Morena, que tiene en la capital su bastión político y electoral. Olmos es una figura del círculo más cercano al expresidente.
De confirmarse las acusaciones, el caso Birmex sería el mayor escándalo de corrupción de la historia reciente en México. Hasta ahora, lo era la llamada Estafa Maestra, como se definió a un esquema que involucró a 128 empresas fantasma, ocho universidades públicas y una decena de dependencias federales. A través de ellas, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto desvió 7.670 millones de pesos (341 millones de euros) entre 2012 y 2018, pero fue descubierto por la Auditoría Superior de la Federación. El caso Birmex supera esa cifra en más de 4.000 millones de pesos (178 millones de euros).
Los números de estos escándalos en México suelen ser siderales. La clave es la opacidad: en la Administración de López Obrador, ocho de cada diez contratos del sector público se entregaron sin concurso. Según datos oficiales, en sus últimos ocho meses de Gobierno se registraron 111.145 adjudicaciones, de las cuales 77.6% fueron por asignación directa.
La semana pasada, los diputados aliados de López Obrador impulsaron la desaparición del sistema que registra las compras del Estado y que dotaba a la Administración de cierto grado de transparencia. La oposición, por su parte, ha reclamado en la Cámara de Diputados que acudan a comparecer los funcionarios involucrados en los procesos de compra de medicamentos. Actualmente Morena domina ambas Cámaras del legislativo.

Tensiones internas

El caso Birmex es solo un botón de muestra de otras tensiones que dominan la vida interna del oficialismo en México. Sheinbaum, por ejemplo, ha elegido una confrontación abierta contra el crimen organizado mientras que López Obrador promovía su política de ‘abrazos, no balazos’. Esta consistía en combatir al narcotráfico con programas sociales mientras las bandas expandían sus negocios en diversos campos de la vida civil.
Desde que se inició el sexenio de Sheinbaum, el pasado octubre, se han efectuado decomisos históricos de drogas, se han encarcelado decenas de operadores financieros de los cárteles y 29 grandes narcos fueron deportadas a EE.UU., entre ellos Rafael Caro Quintero, fundador del cártel de Guadalajara en los años 80.
Otra diferencia es el gasto gubernamental. Sheinbaum ha paralizado la inversión en infraestructuras del sexenio anterior, como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o la aerolínea estatal mexicana. Todos ellos son proyectos de López Obrador que dejaron a las cuentas públicas en déficit y que todavía no han dado sus frutos.
La relación con Estados Unidos plantea otra brecha. Los grupos más allegados al expresidente cuestionan que la presidenta acceda a las demandas de Donald Trump para sostener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Para Sheinbaum este esquema comercial es crucial para el desarrollo del país, en cambio, para la línea dura de su movimiento, el Tratado es un mecanismo de control de Washington sobre México.

Publicado: abril 19, 2025, 10:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/sheinbaum-pone-bajo-lupa-corrupcion-lopez-obrador-20250417144321-nt.html

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha destapado un escándalo de supuesta corrupción en la compra de medicamentos por parte del Estado que roza al expresidente Andrés Manuel López Obrador. La pesquisa se desarrolla en plena tensión de la mandataria con figuras allegadas a su antecesor que le disputan la conducción del partido gobernante, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Sheinbaum decidió despedir a los principales directivos de Birmex, empresa estatal encargada de comprar medicinas para distribuirlas entre los sectores más desprotegidos de la sociedad. El abastecimiento de medicamentos es un tema sensible en un país con más de 126 millones de personas afectadas por todo tipo de cuadros clínicos. Generalmente, si el Estado no interviene, los medicamentos son inaccesibles por su esquema de precios y el nivel de demanda.

Birmex fue un proyecto iniciado por López Obrador y, según la denuncia impulsada por la Secretaría Anticorrupción del Gobierno de Sheinbaum, se habría incurrido en sobreprecios que derivan en un desfalco de 12.000 millones de pesos (525 millones de euros).

Sheinbaum aseguró que las farmacéuticas que vendieron sus medicamentos a sobrecoste serán inhabilitadas, multadas o se les cancelará el contrato. «Hay inhabilitación de la empresa, ya nunca más podrá ser contratado el medicamento de la empresa, o se aplica la multa correspondiente o sencillamente se cancela el contrato», puntualizó la mandataria.

Vínculos con el poder

Este es el punto de fricción con su antecesor. Fuentes del Gabinete mencionaron a ABC que, entre las empresas que habrían incurrido en sobreprecios, aparecen compañías vinculadas a la familia de López Obrador. En concreto, su hijo Andrés López Beltrán, quien actualmente es el segundo en la dirección de Morena y en los círculos del oficialismo se le percibe como un potencial candidato a la presidencia en 2030 (en México no existe la reelección).

Tras destituir a la cúpula de Birmex, la presidenta decidió intervenir la empresa estatal con la designación de un exdiputado de su extrema confianza. El año pasado, por petición de López Obrador, la mandataria había designado en la empresa a Iván Olmos, un funcionario allegado al expresidente.

Olmos llegó a la t,itularidad de Birmex desde la Dirección Jurídica de la Auditoría Superior de la Ciudad de México, un organismo de control a su vez controlado por Morena, que tiene en la capital su bastión político y electoral. Olmos es una figura del círculo más cercano al expresidente.

De confirmarse las acusaciones, el caso Birmex sería el mayor escándalo de corrupción de la historia reciente en México. Hasta ahora, lo era la llamada Estafa Maestra, como se definió a un esquema que involucró a 128 empresas fantasma, ocho universidades públicas y una decena de dependencias federales. A través de ellas, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto desvió 7.670 millones de pesos (341 millones de euros) entre 2012 y 2018, pero fue descubierto por la Auditoría Superior de la Federación. El caso Birmex supera esa cifra en más de 4.000 millones de pesos (178 millones de euros).

Los números de estos escándalos en México suelen ser siderales. La clave es la opacidad: en la Administración de López Obrador, ocho de cada diez contratos del sector público se entregaron sin concurso. Según datos oficiales, en sus últimos ocho meses de Gobierno se registraron 111.145 adjudicaciones, de las cuales 77.6% fueron por asignación directa.

La semana pasada, los diputados aliados de López Obrador impulsaron la desaparición del sistema que registra las compras del Estado y que dotaba a la Administración de cierto grado de transparencia. La oposición, por su parte, ha reclamado en la Cámara de Diputados que acudan a comparecer los funcionarios involucrados en los procesos de compra de medicamentos. Actualmente Morena domina ambas Cámaras del legislativo.

Tensiones internas

El caso Birmex es solo un botón de muestra de otras tensiones que dominan la vida interna del oficialismo en México. Sheinbaum, por ejemplo, ha elegido una confrontación abierta contra el crimen organizado mientras que López Obrador promovía su política de ‘abrazos, no balazos’. Esta consistía en combatir al narcotráfico con programas sociales mientras las bandas expandían sus negocios en diversos campos de la vida civil.

Desde que se inició el sexenio de Sheinbaum, el pasado octubre, se han efectuado decomisos históricos de drogas, se han encarcelado decenas de operadores financieros de los cárteles y 29 grandes narcos fueron deportadas a EE.UU., entre ellos Rafael Caro Quintero, fundador del cártel de Guadalajara en los años 80.

Otra diferencia es el gasto gubernamental. Sheinbaum ha paralizado la inversión en infraestructuras del sexenio anterior, como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o la aerolínea estatal mexicana. Todos ellos son proyectos de López Obrador que dejaron a las cuentas públicas en déficit y que todavía no han dado sus frutos.

La relación con Estados Unidos plantea otra brecha. Los grupos más allegados al expresidente cuestionan que la presidenta acceda a las demandas de Donald Trump para sostener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Para Sheinbaum este esquema comercial es crucial para el desarrollo del país, en cambio, para la línea dura de su movimiento, el Tratado es un mecanismo de control de Washington sobre México.

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